Capítulo 38

4K 305 8
                                    

Bleer.

—¡BLEER!

—¡ALICE!

Mi castaña amiga y yo chillamos como adolescentes dejándose llevar por la emoción, y nos abrazamos con fuerza, asimilando el reciente encuentro.

—¡Despertaste!

—¡Sííí! ¡Y tú estás aquí! ¡No lo puedo creer!

Sentí mis oídos pitar por la potencia y el tono agudo de nuestras voces. El pensamiento fugaz acerca de la cantidad de personas presentes que podríamos dejar sin tímpanos de seguir así pasó por mi cabeza, pero no le presté verdadera importancia.

¡Mi mejor amiga estaba aquí! Después de meses sin poder hablarle, pensando que se había olvidado de mí, y sufriendo en ocasiones por eso, ¡ella estaba aquí! ¡Me recordaba! Y yo no podía sentirme más feliz y emocionada al respecto.

—¿Alguien tiene cinta adhesiva?

En medio de nuestro abrazo, a mis oídos llegaron retazos de una conversación en susurros cerca de nosotras.

—¿Para qué quieres cinta adhesiva, Isaí? —la confusión fue palpable en la voz de Emma.

—Necesito silenciarlas ya o me van a sangrar los oídos. Por eso la cinta a... No, espera, ¡tengo una mejor idea! Emma, déjalas sin voz.

—Te has vuelto loco.

Emmaaa, vamos, ¡solo un ratito!

—No.

Rodé los ojos, medio fastidiada y medio divertida, y también tuve que morderme el labio inferior para contener la risa que amenazó con abandonarme.

«Ay, Isaí... No tienes remedio.»

Te extrañé tanto.

Los ojos de la castaña me miraron con un brillo especial, que se intensificó cuando las lágrimas acudieron a ellos. Si labio inferior empezó a temblar, y un pequeño puchero descompuso su expresión.

—Creí que no despertarías. Fue terrible.

Un nudo se apretó con fuerza en mi garganta y también sentí el picor de las lágrimas en mis ojos.

—Y yo creí que no me recordabas... —mencioné en un susurro amargo, recordando nuestra última llamada y las palabras de Cristaly cuando me la encontré minutos después.

—Bleer —sus manos alcanzaron las mías para darles un apretón. Sus ojos me miraron con más firmeza, y la seguridad destelló con fuerza en ellos—, eres mi mejor amiga, mi hermana. Nunca podría olvidarte.

Fui incapaz de seguir conteniendo las lágrimas, pero las oculté medianamente cuando volví a abrazarla. La había extrañado muchísimo.

—Yo también te extrañé mucho, Alice.

Un sonido ahogado se escuchó proveniente de ella, y luego vino algo más. Algo parecido a lo que sueles escuchar cuando alguien suena su nariz.

Oh, pero que escena tan conmovedora. Nunca había visto algo así.

El abrazo terminó, y Alice y yo nos giramos a ver a Isaí justo en el momento en el que él se abrazaba a Emma mientras que ella intentaba apartarlo, haciendo muecas de asco con la mirada fija en el pañuelo que el vampiro sostenía en una de sus manos.

—Sinceramente, Isaí, ¿nunca has pensado en hacer castings en alguna película de drama? Seguramente ganarías un protagónico —soltó la pelinegra en medio de un gruñido, sin conseguir alejarlo demasiado de ella—. ¡Apártate, idiota!

Reina VampíricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora