Capítulo 8
Una fiesta (Parte 1)
Después de recoger en seguridad a los trillizos Alex decidió manejar en mi lugar y desde entonces no ha dicho nada más que verme de reojo y en ciertas ocasiones veo una mirada acusadora de su parte.
No sé cuál será su siguiente movimiento, tal vez le diga todo a sus padres así podrá echarme a patadas de la mansión. Sé que está buscando una excusa para deshacerse de mí, desde el primer día me dejo claro que se encargaría de echarme de la mansión.
—Alex, podríamos dejar este incidente entre nosotros...puedo entender que estas molesto pero....
— ¿Enserio crees que estoy enojado contigo?
De sus labios sale una carcajada enorme y eso me desconcierta. Puedo sentir el ambiente relajado en el auto.
— ¿Qué te pasa? —pregunto confundida.
— ¿Sabes cuantas veces he perdido a los trillizos?
Alexa...no le pegues....no puedes pegarle. Respira
Joder mujer, respira.
Doy pequeñas inhalaciones, cierro los ojos y recuesto mi cabeza en el asiento del auto. Él idiota sólo estuvo fingiendo su enojo para torturarme, supongo que ha perdido más veces a sus hermanos que yo. No se imaginan lo asustada que estaba pensando en que se le contaría todo a sus padres
Odio caer en sus juegos, odio sentirme siempre al acecho pensando que en cualquier momento él pueda actuar en mi contra.
—Eres un..
—Shh. No digas groserías frente a mis hermanos.
Me quedo callada y doy un largo suspiro para no darle un golpe en el rostro.
Cuando repartieron la paciencia. Yo estaba haciendo fila en el lugar equivocado.
—Por cierto ¿Qué hacías en el supermercado? –Pregunto curiosa.
—Necesitaba comprar unas cosas —su sonrisa me dice que algo está tramando.
— ¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas?
—Sí que eres curiosa, además de entrometida —me ve de reojo —No importa, de todos modos no compre nada por tu culpa.
Ruedo los ojos y cierro la boca. Giro mi cabeza a la parte trasera para asegurarme que los trillizos estén con el cinturón abrochado.
—No quiero ir a casa, así que llevaremos a los trillizos al zoológico —Informa Alex, los tres pequeños peguen un grito de emoción.
— ¿Zoológico?
—Que bien que estés de acuerdo.
Y sin dejarme opinar Alex conduce al zoológico.
*************
Para ser sincera hacía tiempo en que no me divertía tanto, acababa de dejar a los pequeños problemas en sus camas profundamente dormidos, los tres habían quedado exhaustos por el paseo y después de un baño los lleve a la cama. Fue un día raro, a pesar de todo Alex mantuvo su distancia para conmigo y sólo en algunas ocasiones me dirigía la palabra.
Era muy tarde, seguro Jay estaba preocupado, subí a la habitación para recoger mis pertenecías, siempre tenía una o dos mudadas de ropa y otros objetos personales en la habitación. El tiempo que llevo trabajando me enseñó a estar prevenida en todo momento. En especial con lo referente a la ropa.
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La Niñera De Los Hermanos Evans
Teen FictionEn los contratos siempre están esas letras pequeñitas que pasas por desapercibido y esto siempre significa: Problemas. Cuidar a trillizos de cinco años no es nada fácil, no cuando están en esa edad donde la energía parece no acabarse. Pero eso será...