Capítulo 31
Te convertiste en un desconocido
Se siente muy bien volver a tocar su cuerpo, ahora no hay remordimientos y puedo abrazarlo sin sentir culpa o tentación. Podemos volver a comenzar. Ha eso he venido, voy a aclarar los malos entendidos.
Alex apenas se mueve, parece una estatua; mis brazos rodean su abdomen y noto que ha perdido peso. Por su ropa puedo deducir que ha salido de la cama para abrir la puerta, en segundos parece reaccionar ante mi presencia y mi abrazarlo.
Sin delicadeza me empuja alejándome, su actitud me desconcierta; sus ojos penetran mi cuerpo haciendo que un cosquilleo aparezca en mi espalda.
— ¿Qué demonios haces aquí? —Agrega, se cruza de brazos y se recuesta en el umbral de la puerta.
La mansión sigue igual a como la recuerdo, siempre un ambiente tranquilo y por supuesto el aire de lujo se siente desde la entrada, parece que lo único que cambio es lo que hay entre el chiquillo y yo.
Voy a contarle todo.
— ¿Puedo pasar? —Pregunto, Alex niega con la cabeza.
—Lo que tengas que decir puedes hacerlo desde afuera —Me desafía con la mirada, sabe que tengo un mal carácter y está convirtiendo esto en una pelea.
Tranquila Alexa
No sé cómo decirle la verdad, yo apenas la asimilo.
—Vengo a darte una explicación.
Las piernas me tiemblan y temo que en cualquier momento me fallen haciéndome caer, trago con dificultad ¿Estoy haciendo lo correcto? llevo más de un mes sin verlo, tiempo suficiente en el que pudo haberme olvidado.
—No necesito una... —Una risita burlona se asoma en la comisura de sus labios —...si no vienes a pagarme no me interesa verte.
Sus palabras crean en mí un sentimiento de miedo y culpa, sé que tiene motivos para comportase de esta manera. Fui yo la que rompió su corazón. Pese a ello su forma de hablarme me lastima.
— ¿Tanto me odias? —Pregunto, un nudo se me hace en la garganta.
Alex me observa en silencio, trato de descifrar las emociones en su mirada, una vez mas no me dice nada.
—Eso es poco...—Agrega, mi corazón se acelera —-...te desprecio Alexa. Nunca sentí algo como esto, al parecer fuiste la primer chica que ame y también la primera a la que aborrezco. Mírate ¿Que esperabas? que al verte mi corazón dejaría de latir, te equivocas, ese sentimiento murió el día en que desapareciste.
Giro la cabeza para no verlo, cada frase me ha calado los huesos y ha destruido la esperanza que me quedaba. Me está mintiendo, detrás de esa mascara está el Alex del que me enamore. Comienzo a enojarme por la actitud tan infantil que está tomando, sin pedir permiso me abro paso al interior de la mansión y paso a su lado, me quedo de pie en la sala. Aun no puedo decir nada.
Por las mañanas la mansión es oscura, esto se debe a que las cortinas aun no son arregladas por Adelina para que la luz del día penetre la habitación. La única luz que impide que la sala este a oscuras es la que proviene de una ventana en la parte de atrás, cerca de la cocina. Esto favorece mi situación ya que ver su rostro es doloroso.
Escucho a Alex cerrar la puerta, se mueve unos pasos pero no me toca, no dice nada, yo aún estoy de espaldas dándome valor para enfrentarlo. Sin darle más vueltas al asunto me giro.
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La Niñera De Los Hermanos Evans
Teen FictionEn los contratos siempre están esas letras pequeñitas que pasas por desapercibido y esto siempre significa: Problemas. Cuidar a trillizos de cinco años no es nada fácil, no cuando están en esa edad donde la energía parece no acabarse. Pero eso será...