ANA

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Capítulo 37

Ana


Estar con Alex fue uno de los momentos más hermosos de mi vida, cuando estas con la persona que amas, este momento se siente mejor que la magia. No es solo entregar tu cuerpo, porque entregas tus sentimientos, tu alma y corazón.

Nuestra respiración es lo único que se escucha en la habitación. Me acomodo sobre su pecho para tener un mejor acceso a los latidos de su corazón. Alex toma mechones de mi cabello y los envuelve en su dedo índice haciéndome sonreír.

—Hace frio—rompo el silencio mientras me acurruco más cerca del cuerpo de Alex.

—Eso se puede arreglar—Contesta, me envuelve en sus brazos, coloca mi cabeza en su hombro y casi me asfixia por lo fuerte de su agarre, su mano derecha toca mi mejilla y me obliga a ver sus ojos.

—Te extrañe todos los días —confieso, él inclina su cabeza y me da un pequeño beso en la nariz.

Son las once y media de la noche, Jay aun no regresa .La última hora nos dedicamos a hablar sobre Richard y mi padre.

Al parecer el papá de Alex mandara a uno de sus hombres al aeropuerto para que realice el trabajo sucio.

Intente llamar miles de veces a mi papá para advertirle, pero su teléfono esta desconectado; supongo que está durmiendo o simplemente no quiere contestar.

Decidimos no decirle nada a la policía, aún, Alex hablara con Sara a primera hora de la mañana, juntos iremos al aeropuerto y trataremos de escapar sin levantar sospechas. Por lo que escucho Alex, Richard no sabe la hora exacta en que aterriza el avión de mi padre, así que solo envió a esperar por él todo el día, eso es un punto a nuestro favor.

Después de estar todos juntos pensaremos en algo para proteger a mi papá. Estoy segura que Sara y Víctor van a tener una mejor idea para acabar con todo esto. Alex y yo no somos superhéroes para salvar al mundo y darle solución a este problema. Eso solo pasa en las películas.

— ¿Crees que Sara estará bien con todo esto? —pregunto, me refiero a ella por su nombre ya que decir la palabra con "M" me quema la garganta.

—Estará destrozada —Alex toma aire, parece incomodo—es difícil de creer.

Me remuevo inquieta, soy consciente que Alex no sabe todo lo que ocurrió entre Víctor, Sara y Richard, saber que su padre destruyo mi vida y la de su madre le dolerá demasiado. Soy la persona menos indicada para decirle todo, para mi aun es difícil aceptarlo.

—Podemos cambiar de tema por favor —Agrega, aparto los pensamientos negativos y los escondo en lo más profundo de mi mente.

— ¿Has estado comiendo? —pregunto dispuesta a seguir la conversación por otro camino.

Alex ríe, me observa por unos segundos y luego niega con la cabeza.

—Tu ausencia me ha quitado el apetito.

Mis mejillas se ponen de mil colores.

—Esa no es excusa —trato de sonar como una niñera que está preocupada por su alimentación—No puedes dejar de comer.

Levanto mi barbilla y miro el rostro del chiquillo, parece un sueño volver a tenerlo tan cerca. Su rostro esta relajado al igual que su respiración. Abre los ojos y me sorprende viéndolo. Rápidamente desvió la mirada.

La Niñera De Los Hermanos EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora