ENEMIGOS

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Capítulo 36

Enemigos


Las palabras de Alex suenan tan locas y aterradoras a la vez, me pierdo un momento en mis ideas. ¿Desde cuándo mi vida se volvió una película de acción? No soy un agente secreto del FBI no puedo llegar y salvar el día.

—Tenemos que llamar a la policía —digo, busco nuevamente mi celular dentro del bolso, antes de cogerlo el chiquillo sostiene mi muñeca.

— ¿Esa es tu grandiosa idea? —agrega, da un largo suspiro cargado de una mirada de desaprobación.

— ¿Acaso tienes una mejor? —contraataco.

No logro aceptar que Richard sea capaz de tomar la vida de una persona, podía ser el villano de la historia pero, ¿Matar? Supongo que el odio hacia alguien puede envenenar tu alma hasta convertirte en un ser sin escrúpulos.

Alex me observa fijamente, es cuando pienso en cómo debe sentirse. No debió ser fácil para él descubrir que su padre es una persona capaz de lo peor. No entiendo como tuvo el valor de buscarme y decirme todo lo que sabe. No cualquier persona va por las calles diciendo que su padre tiene planeado un asesinato.

— ¿Estás bien? —pregunto, tengo la tentación de rodear su cuerpo con mis brazos. Pero cierro los puños para controlar el impulso.

—Eso no importa —confiesa —después de todo, Richard me odia.

Mi mente busca entre mis recuerdos la discusión que presencie en la fiesta. Había algo que faltaba, era un detalle del cual yo me estaba perdiendo. Ana.

¿Tiene que ver con Ana? —pregunto dudosa, el pulso se me acelera al ver como Alex tensa la mandíbula.

No debí preguntar. Yo y mi bocota.

—No quiero hablar de eso —vuelve a cerrarse, por más que trato de entrar él no me lo permite.

Cuando comencé a trabajar en la mansión note que había algo que atormentaba a Alex. Nunca tuve el valor de preguntar. Sin embargo jamás pude sacar de mi mente el nombre de Ana cuando lo escuche por primera vez en su habitación –la noche en que se escapó –no sé si deba meterme en ese asunto, hay cosas que son inalcanzables y esta no es la excepción.

Alex Evans

Estoy hecho una mierda, una total mierda. No se cómo puedo controlar las malditas ganas de romperlo todo. Después de escuchar al hombre que conozco de toda la vida decir esas palabras tan escalofriantes, quise ser otra persona.

Me destruyo por completo, como un idiota fui buscando una explicación sobre mi madre. Y me lleve una gran sorpresa. Dude tanto en venir al departamento de Jay en busca de Alexa.

Como si mi cuerpo se manejara solo me guio hasta la puerta, sé que ahora las cosas entre nosotros terminaron, pero no soy un monstruo para guardar un secreto tan importante que puede costarle la vida a una persona. Y no es cualquier persona: es su papá.

Aun no estoy enterado de todos los detalles de la historia, pero puedo asegurar que Víctor es también una víctima.

El nombre de Ana inunda la habitación, mi corazón comienza a latir con fuerza. Eso no, todo menos eso.

—No tienes por qué estar solo en todo esto —Alexa toma mi mano derecha y hace una leve presión —estoy aquí, estoy contigo.

Las últimas dos semanas pase odiando a todas las personas en mi vida, me sentía solo y vació, esperar el anochecer para que volviera a amanecer era un infierno, no podía aceptar el hecho que viví engañado creyendo cosas que no eran, amando a personas que me mentían.

La Niñera De Los Hermanos EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora