Todo cambió. (2a TEMPORADA de ¿Los sueños se cumplen?) [ElRubius y tu]

Capítulo 18:

Ya estaba lista, Marioon me vistió con un corto vestido negro ceñido precioso que tenía la espalda abierta con forma de corazón. Era suyo, pero me lo prestaba. Me maquilló mucho, pero tampoco parecía algo raro, ojos muy delineados para resaltar el color verde y labios, rojo pasión. Adoraba como me maquillaba Marioon, siempre me veía guapa. Estel se encargó de mi pelo. Me rizó el pelo y me cogió la parte delantera para recogerla. Mi pelo rojo contrastaba perfectamente con todo lo que llevaba. Tampoco entendía porque ir tan arreglada, no me fijaría en nadie en especial. Me repasé por última vez en el espejo, como siempre, y las tres salimos.

Tel llevaba un vestido verde largo con escote de pico y su pelo estaba recogido en una cola alta. Marioon iba con shorts y una camiseta larga con estampados. Ella siempre iba lo más natural posible.

Subimos a un taxi y nos dirigimos a la supuesta discoteca.

-          Llegamos – nos informó el conductor.

Pagamos y nos encontrábamos delante de esa enorme discoteca. Abrí la boca de la sorpresa que fue encontrarme con esa monstruosidad de gente haciendo cola por entrar.

-          No entraremos nunca – dije.

Mis dos amigas rieron y Tel me cogió la mano arrastrándome y colándonos de toda esa gentuza. Con un golpe secó logré soltarme de ella.

-          ¿¡Pero qué haces?! – solté un poco molesta.

-          A nosotras nos esperan delante – sonrió Estel.

Asentí no muy convencida y las seguí. Pararon delante de la puerta de entrada y sonrieron al guarda de allí, que no tenía muy buena cara, pero la cambió completamente al vernos. Les dijo algo a esas dos pero no logré escucharlo y nos dejó pasar con una sonrisa dibujada en su rostro que poco después volvió a cambiar. Marioon y Tel se adentraron en ese local casi vacío. Cogí el brazo de la primera para que parara atención.

-          ¿Por qué no hay gente? – pregunté.

-          Esta discoteca es de lujo y sólo entran los que tienen pases que valen un ojo de la cara. – aclaró.

-          ¿Y todos esos? – cuestioné refiriéndome a los de fuera.

-          Ayer dijeron que entrarían gratis si llevabas a más de 8 personas contigo, pero era un farol. – Dijo tan tranquila – Ahora vamos, que nos esperan.

Fruncí el ceño. ¿Nos esperan? Y, ¿cómo entramos si nosotras no somos millonarias?

Las dos, literalmente, me arrastraron hasta la barra del bar. Allí pude reconocer una figura muy familiar. Mangel.

-          ¡MAHE! – gritó Estel y Mangel se giró.

Estel corrió hasta abrazarlo y rieron. Nos hicieron una señal para que nos acercáramos a ellos y así lo hicimos. Nos saludamos cordialmente, dos besos.

-          Hombre, ___, hasíah’ mucho que no te veía – me dijo riendo. Se notaba que llevaba un par de copas bebidas.

-          Ya… - forcé una sonrisa.

Mangel y yo establecimos una conversación, informando de cómo nos iba todo, el trabajo, vida personal,… Hasta que tocó mi punto débil.

-          ¿Y tu novio?

Punzada en el corazón. Abrí la boca para decir algo, pero las palabras no salían, me quedé sin voz, paralizada. Marioon, que se encontraba con nosotros acudió a mi rescate. Me frotó la espalda dándome ánimos y cambió de tema.

-          Mangel, ¿nos traes algo? – sugirió.

Mangel se dirigió al camarero.

-          Ya pasó – me abrazó Marioon.

Mis ojos escocían, pero no lloraría allí delante de todos, no. Antes de separarme de mi amiga, respiré hondo muchas veces hasta que logré calmarme. Cuando finalmente lo conseguí, sonreí a mi amiga para tranquilizarla. Pero algo hizo que mi tranquilidad no durara mucho…

-          ¿___?