Pasado

466 48 24
                                    

Pov's Lexi

Fui abriendo mis ojos lentamente, con pesadez mientras parpadeaba repetidasveces. Una respiracion tranquila chocaba con mi frente levemente.

Alli se encontraba el chico de bonitos ojos azules, que llacian cerrados.

Anoche, al verlo en aquel estado fue simplemente devastador. Sus bonitos ojos cristalizados por el dolor mientras las lagrimas escurrian en sus mejillas. El dolor y el sufrimiento que desprendia su cuerpo.

Una persona tan pura y dulce, llena de dolor y miseria.

Sus ojos llacian cerrados mientras su pecho subia y bajaba con tranquilidad. Sus labios color carmesí estaban levemente entre-abiertos dandole una imagen sumamente tierna y pacifica.

Su cabello castaño estaba revelde sobre su frente y te intensivaba a acaticiarlo. Su suave textura hacia que no quieras separar tu mano de aquellos suaves cabellos marrones.

Su rostro era precioso, sumamente tranquilo y con unas preciosas y largas pestañas que adornaban sus ojos. Eran envidiables.

Cuando deje de acariciar su cabello por temor a despertarlo, pude notar como su seño se fruncia y un leve puchero se formaba en sus labios. Sin abrir sus ojos, tanteo la cama hasta toparce con mi mano y devolverla a su cabello.

-Me gustan los mimos- murmuro con voz ronca.

Sonrei levemente mientras seguia acariciandolo. Mis ojos se quedaron en su cicatriz, que posaba debajo de su ojo derecho a lo largo de este. ¿Que le habra pasado?

Tenia curiosidad, mucha curiosidad. Ese chico simplemente era un misterio. Con miradas que podian mostrarte desde un mar de emociones, hasta la sequedad mas profunda. Su preciosa sonrisa, que podia desaparecer en un solo un instante. La felicidad que sus ojos otorgaban, hasta el dolor mas grande. La felicidad en su tono en algunos momentos, y el dolor en otros.

Algo le habia sucedido. Algo que no fue facil. Algo que le dejo un cicatriz, no solo fisica. Algo que lo tortura dia a dia, atormentandolo con el dolor. Y yo estaba mas que dispuesta a saber de que se trataba. A ayudarlo. A demostrarle que la vida cambia. Que las cosas no tienen que volver a ser lo mismo que antes. A que todo puede cambiar. Que no todas las personas son iguales. Que a pesar del mundo oscuro en el que vivimos, la felicidad puede hallarce con un poco mas de luz. Y estaba dispuesta a ser esa luz.

-Las cicatricez pueden sanar, siempre y cuando tengan una razon para hacerlo- murmure.

Sus facciones ya volvieron a estar totalmente relajadas y supe que se habia dormido.

Sin hacer el minimo ruido, y como un gato convinado con una maquina de no hacer ruido me levante de la cama.

Sali de la habitacion no sin antes admirar nuevamente como el castaño dormia.

Me dirigi al salon y alli se encontraban Daryl y Michonne desayunando cereales mientras hablaban en voz baja tratando de no hacer mucho ruido.

-Buenos dias- murmure sentandome en la punta de la mesa.

Ambos me sonrieron levemente, y se notaba que estaban mas dormidos que despiertos.

-¿Por que no vuelven a dormir un rato? Tenemos proviciones, no hace falta buscar por ahora.-

-Talvez, pero deberiamos empezar a cuidar mas la zona y comenzar a buscar agua del pozo- murmuro Daryl, mientras refregaba uno de sus ojos.

Gire mi cabeza y solte una risita al ver que Michonne se habia dormido sobre la palma de su mano.

Daryl la miro con ternura pero cambio su vista al notar que lo miraba.

-Vayan a dormir, podemos hacer todo eso mas tarde- dije y Michonne bostezo- Yo hago guardia mientras tanto.

Michonne sonrio y dejo en un beso en mi cabeza para volver a su habitacion, no sin antes murmurar un 'gracias cariño'. La conocia hace tan poco, y la adoraba.

Daryl se le quedo mirando, observando su cuerpo de arriba a abajo con un brillo en sus ojos.

La morena solo llevaba una una musculosa gris y unos pantalones holgados negros haciendo que el arquero quedara sin habla. Habia que admitirlo, Michonne era hermosa. Curvas malditamente envidiables, junto con unas rastas que caian en sus hombros y una piel morena perfecta.

Y Daryl lo notaba. Notaba todo de ella y eso era lo mas tierno que habia visto en mi vida.

-Ve antes de que se te caiga la baba- le dije dandole una palmadita en el hombro mientras el seguia con su vista en el pasillo donde ella se habia ido.

-Ya- murmuro pero pude ver una pequeña sonrisa.

Cuando ambos desaparecieron, me quede en el sofa mientras me tapaba con una manta bastante suave.

Algunos recuerdos vinieron a mi cabeza. Algunos malos. Otros buenos.

Recorde a mi mama. Las tardes que pasaba con ella, antes de su enfermedad. Como jugabamos en el parque hasta terminar agotadas, como soliamos jugar con Bobby durante horas hasta que el pobre cachorro se quedaba dormido. Tambien las tardes enteras en el hospital, mientras ella realizaba la Quimio.

La extrañaba. La extrañaba muchisimo.

Tambien recorde a mi padre. Pero no fueron recuerdos buenos. Luego de que mi madre muriera, se volvio una persona alcoholica, adicto a las drogas. Deje de ser su hija en el momento en el que me golpeo. Solia gritarme cosas horribles, humillarme y decirme cuanto me odiaba.

Extraño como el era antes. Un padre trabajador, pero cariñoso. El no era asi. La muerte de mi madre hizo que caiga en un horrible poso sin fondo de la deprecion. Pero el no notaba que yo tambien sufria. Que tambien la extrañaba. Y cuando mas necesite sus brazos, el solo me gritaba.

Simplemente aveces tenia miedo. Miedo a verlo otra vez. Que me grite. Que me golpee. Que me degrade como el lo hizo.

Pero eso no volveria a pasar. El ya no estaba conmigo, y no volveria a estarlo jamas.

Algunas lagrimas bajaron por mis mejillas y me permiti llorar al saber que nadie podia verme.

Pero estaba equivocada. Unos fuertes brazos me rodearon por detras, entrelazando su mano con la mia mientras su respiracion chocaba con mi cuello.

-Estuviste conmigo, yo estare contigo- murmuro con su voz grave.

Sus brazos se aferraron mas a mi, haciendo que nuestros cuerpos quedaran pegados en una posicion cucharita.

Su cuerpo era calido e irradiaba calor. Estaba tranquilo. Transmitia paz.

-Ninguno sabe nada del otro, pero aun asi estamos el uno para el otro. Extraño, ¿verdad?- murmuro.

-Cierto- musite cerrando mis ojos- Pero talvez asi sea mejor. Talvez, sin saber nada del otro, sepamos todo.

-Confuso, pero cierto- pude sentir la comisura de sus labios elevarce.

La respuracion de ambos comenzo a hacerce mas pesada y todo comenzo a volverce mas oscuro, hasta que quede totalmente dormida.

Cuando por fin abri mis ojos, pude escuchar unos leves murmuros.

-Son tan monos- murmuro una voz femenina.

-Se ven tiernos juntos- otra voz masculina casi hizo que large un gruñido.

-¿Verdad?- repuso la otra voz. Comenze a abrir mis ojos con algo de molestia y con el ceño fruncido.

Si me despierto solita, todo bien. Si me despiertan, todo mal.

-Se esta despertando. ¡Corre, corre!- musito la voz femenina, mas bien Michonne, dandole palmaditas a Daryl en la espalda.

Gruñi como un oso y por la unica razon de que no me haya levantado era porque estaba super calentita y comoda en su cuerpo.

Me di la vuelta y quedamos cara a cara. Sus profundos ojos azules se quedaron clavados en los mios, y joder, eran hermosos.

-Gracias- murmure con algo de verguenza por la cercania de nuestros cuerpos.

El sonrio, con sus blancos dientes.

-Todos tenemos un pasado que olvidar y un presente que vivir- acaricio mi mejilla- Quiero vivirlo contigo, Lexi.

/Cicatrices/ C.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora