Tú (Suga)

Capítulo XVIII- My hero

¡¡Dios!!... ¿Cómo habían cambiado las cosas tan repentinamente?.
No lo sabía.
No lo sabía en absoluto, lo único que sabía era que de alguna manera el único para mi era Suga.
Mi corazón le pertenecía única y exclusivamente a él

《Miente, el no te ama, recuerda lo que te hizo, el no te ama, sólo quiere arruinar tu felicidad.
Miente.... miente... miente, ¿caeras en su trampa?, eso es lo que el espera. El no te ama.... no te ama... no te ama.
El te dejo, destrozo tu corazón, el te miente y lo sabes.
¿Qué harás con Jin? El te ama, el te hace feliz, Jin no se merese esto.
Suga jamás podrá hacerte feliz, el solo te puede traer mas dolor, si te engaño una vez lo hara una y otra vez.
HUYE.... ALEJATE DE EL....

La voz de mi consciencia me reprocha una y otra vez, y me encuentro nuevamente en una lucha por tomar la decisión correcta.
Mi corazón se empeña en amarlo, pero la razón me exige mantenerlo lo mas lejos posible de mi

Dentro de mi se halla una batalla entre la razón y el corazón. En medio de mi debate interno, veo venir precipitadamente los labios de Suga.
Por reflejo apartó mi rostro a tiempo, y mis sentidos vuelven a mi, me separo por completo de el y siento que las lágrimas se agolpan en mis ojos.

Una vez más la razón libra una victoria.
-Si con estas palabras hubieras aparecido cuatro años atrás tal vez te habría dado una oportunidad de enmendar tus errores, pero no lo hiciste.
En tu lugar apareció Jin, él se encargó de lavar mis heridas y curarlas una por una, llegas tarde Suga.... cuatro años tarde. Nada de lo que digas o hagas cambiará lo que pasó.
Suga, el amor no sólo se siente y se demuestra, el amor es tomar una decisión.
Tú tomaste la decisión de traicionarme, y tendrás que vivir con las consecuencias de tus acciones.
Yo decidí rehacer mi vida, éso incluye compartir el resto de mi vida junto a Jin la persona que más amo en este momento.
Suga entiende lo, ya no queda rastro alguno de la Nara que conociste alguna vez, ella se fue junto con mi pasado, junto contigo y lo que sentía por ti.
Ahora soy otra persona, no lo niego te amé y quizás no volveré a amar a nadie como te amé a ti, pero tampoco negaré que el amor que siento por Jin es sincero y verdadero.
Lo amó por eso me cansaré con él, espero que cumplas tu palabra y me dejes ser feliz junto a él.

Giré hacia mis dos mejores amigos.
-Gracias por la sorpresa chicos, en verdad me gustó mucho volver a charlar con ustedes, debo volver ya que tengo una agenda muy apretada.
Caminé hacia ambos y los abracé, y sin más mérito salí dejándolos atrás

Seguí trabajando hasta la media noche, tenía que despejar esos sentimientos que persistian en permanecer. En momentos así agradecía tener mucho trabajo ya que me distraia a la perfección.

El timbre de mi móvil sonó, deje salir una pequeña sonrisa al ver de quien se trataba.
-Hola cariño. Contesté
-Hola amada mía, ¿sigues trabajando?.
-Así es, estas dos semanas serán agotadoras.
-¿Puedes asomarte un momento por la ventana?. Hay algo que debes ver.
-Claro, dije encaminandome hacia el enorme ventanal que ocupaba casi la mitad de la oficina.
-Ya estoy frente a ella.
-Bien ahora sólo observa.

De la nada fuegos artificiales empezaron a decorar los cielos, una explosión de mandalas de colores.
Aquello era simplemente hermoso.
-¡¡¡ES HERMOSO!!!.
-Feliz cumpleaños mi amor, te espero abajo con otra sorpresa.
-Como usted ordene señor Kim, bromeó.
Guarde todos los archivos, cogí mis cosas y baje hasta el estacionamiento.

Ahí estaba él,  un alto y guapo jóven, vestía unos jeans rasgados de color negro una camiseta blanca y por enscima de ésta una chaqueta de cuero  del mismo color que sus jeans, de cierta forma se veía sexy.

Recorrí la distancia que nos separaba y una vez frentea él, me tomó de la barbilla haciendo que elevará la mirada hasta toparme con sus ojos.
-Feliz cumpleaños bebé, dijo mientras besaba tiernamente mi mejilla
Al separarse se dibujó en su rostro una sonrisa traviesa, lo mire confundida.
-¿Ocurre algo amor? Dije haciendo un puchero, cosa que a el le encantaba.
-No me tientes, advirtió.
Voltea, ordenó, aún confundida voltee dándole la espalda.
Me vendo los ojos, 《¿hoy es el da de venarle los ojos a Nara o qué? 》pensé.
Con cuidado me ayudó a subir al auto una vez dentro del mismo me abrocho el cinturón de seguridad y partimos donde quiera que Jin me llevaba