Capítulo XXI- ¿Un Sueño?II

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Me encontraba jugueteando con el agua del lago, cuando de la nada siento un mareo y la vista se me nubla.
Doy un grito antes de caer desplomada en el agua, intento mantenerme a flote pero mis sentidos no responden.

Una vez más soy presa de uno de esos sueños que tanto me persiguen.
De nuevo visualizo a ése chico de tez pálida, siento como mi cuerpo es arrastrado.
El aliento me falta y temo desfallecer, poco a poco mi mente se desconecta de mi cuerpo y caigo en un estado de transe.

El esta de nuevo en mis sueños, lo he visto incontables noches y sin embargo el lago negro en mi memoria me impide recordar si fue parte de mi vida en el pasado.
Y sin embargo este sueño no es como los demás, este en particular se siente tan real.

El aire regresa a mis pulmones, oigo su voz pero no entiendo sus palabras, siento como poco a poco me sienta sobre la hierba, nuestras miradas se encuentran y, por todos los cielos.... ¡¡Qué ojos!!.

Sus orbes de color café me hipnotizan por completo, hay algo en su mirada que hace que mis latidos se aceleren, temiendo despertar de aquel sueño tan encantador. Me abalanzó en sus brazos.

¡¡Jesús!!... sus brazos se sienten tan bien, fuertes, me hacen sentir segura y a salvo, por alguna extraña razón siento que si estoy ahí rodeada entre esos brazos nada malo me pasará.

Me apega más a su cuerpo, brindadome de su calidez, haciendo que el frío desaparezca.
Con su mano me da pequeñas caricias y con esa exquisita voz me susurra al oído.
Los Ángeles deben sentir envidia de tan encantadora voz, profunda como un pozo de 500 metros.
Me dejo embriagar con su voz, mi cuerpo se relaja y quedó tendida sobre el.

Aspiro su aroma a menta y limón, nos quedamos abrazados por algún tiempo hasta que su melódica voz me habla de nuevo.
Pregunta si me encuentro mejor, asieto y entonces exige que lo miré.

Aflojo los brazos y lentamente alzo la mirada, encontrandome con la suya.
De nuevo mi corazón se acelera y siento un cosquilleo en el estomago, aquel chico es simplemente hermoso.

Sus ojos rasgados me hipnotizan y soy absorbida por sus orbes marrones. Su cabellera despeinada y humeda lo hacen ver tan sexy.
Relame sus labios de una forma tan seductora que me dan ganas de probarlos.
Me acomodo, de forma que nuestros cuerpos encajan a la perfección.

Colocó mi antebrazo sobre su fornido pecho y dejo que mis manos se sitúen en su rostro.
¡¡Jesús!!... si los Ángeles existen, deben verse así, su piel pálida y lechosa contrastan a la perfección con su cabello castaño y sus ojos café. Tiene una belleza divina.
-De nuevo te apareces y perturbas mi sueño, ¿a caso te conozco?... sí, te conozco, vienes cada noche y te apoderas de mi mente, de mi alma y de mi corazón. Si pudiera al menos saber tu nombre, si pudiera recordarte.... si al menos pudiera verte en persona y no sólo en mis sueños.
Mi mente es un caos... ¿a caso perteneces a mi pasado?... he olvidado muchos rostros, pero el tuyo persiste... He soñado contigo incontables noches, pero esta vez haré algo que siempre quise hacer.
Volví a mirar esos labios tan seductores, ligeramente hunedecidos, se veía tan apetecible que me vi derrotada por la tentación de probarlos.

Acorte la escasa distancia que nos separaba y junte nuestros labios.

Si mi condena era la muerte por profanar de tal forma esos labios, gustosa aseptaria mi destino.
Nunca antes había probado algo más dulce, sus labios destilaban miel.
No quería despertar de aquel sueño, quería permanecer así para siempre, morir saboreando sus labios, acurrucada entre sus brazos disfrutando del calor de nuestros cuerpos juntos.

Con los ojos aún cerrados y nuestros labios indagandose mutuamente siento como gira nuestros cuerpos.
Ahora el esta sobre mi, apoya los codos a cada lado de mi cabeza recargando su peso sobre estos.
Rodeó su cuello y dejo que mis dedos jugueteen con su sedosa cabellera profundizando aquel increíble beso.

Tú  (Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora