Capítulo XXIIII-Si, Aceptó.

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La música resonaba en todo el lugar, flores por doquier adornaban todo el salón llenandola de un aroma embriagador.

Nara se encontraba caminando de un lugar a otro, haciendo un vaivén con sus pasos.
Entre sus manos apretujaba sin piedad una pequeña servilleta de papel haciéndola bolita a su antojo.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió, Tae y Kooki se adentraron en ella.
Nara contempló a sus hermanos, ¿cuando fue qué crecieron?.
Ambos lucían tan apuestos en sus trajes, caminando con elegancia y majestuosidad que le daban sierto aire de realeza.

Ellos a su vez también se quedaron viendo a su hermana.
Nara lucía como una princesa en aquel vestido blanco

-Woow... Nara te ves realmente bella. -Kooki rodeó a su hermana con sus brazos, Jungkook le llevaba como dos cabezas a su hermana así que ella cabía a la perfección entre los brazos de este.
-Y tú te ves realmente guapo, dejarás a muchas suspirando por ti el día de hoy.

Jungkook negó con la cabeza mientras sonreia de lado.
-No, el dia de hoy tú eres el centro de atención. Tú serás la envidia de todas las chicas y mientras decía esto le dio un pequeño beso en la frente.

-¡Yah!.. demasiada cursilería. -Dijo Tae atrayando a Nara hacia sí, arropo el rostro de Nara entre sus manos con suma delicadeza haciendo que está elevará ligeramente su rostro encontrándose con esos ojos de niño que la miraban con infinita ternura.
-Mi pequeña princesa, ¿sabes?  aún estas a tiempo de arrepentirte, al decir aquello se dibujó en su rostro su típica sonrisa rectangular.

Ambos rieron y se unieron en un cálido abrazo, Nara tomo de las manos a los dos.
-Chicos, gracias... han sido realmente los mejores hermanos, gracias por aceptarme en su familia.

Nara dejo escapar algunas lágrimas, los chicos salieron y en su lugar entraron sus padres.
Jangmin tenía los ojos cristalizado, se aserco y la tomo entre sus brazos.

-¡¡Mi pequeña!!... Dios, no creí que dejarte ir sería tan difícil.
Mírate toda una mujer, enhorabuena.
-Mamá... deseo ser al menos la mitad de mujer que eres tú, realmente estoy agradecida por haberme criado todo este tiempo... espero convertirme en una excelente madre como tú.

Ambas madre e hija se unieron en un tierno abrazo lleno de amor mutuo.
Luego Jhon rodeó a su hija, se quedó contemplandola por un momento.

-Sabía que este día llegaría, y la verdad no creí que me sentiría tan feliz y triste a la vez.
Estoy perdiendo a mi pequeña, pero se que estarás en buenas manos. Espero que seas muy feliz, ambos se lo merecen, han pasado muchos obstáculos así que confío en que podrán enfrentar cualquier cosa estando juntos.

-Papá.. te amo papá, nunca lo olvides.

Nara tomo el brazo de su padre y se encaminó hacia el altar.
La marcha nupcial resono en todo el lugar y todos se pusieron de pie.

Nara caminaba a paso lento y pausado por una alfombra de pétalos rojos.
Al otro lado se encontraba él, Suga se veía tan guapo y elegante.
El color negro del traje contrastaba a la perfección con su pálida piel resaltando su hermoso rostro.

A medida que Nara se aproximaba un sentimiento nuevo crecía en ella, no sabía con exactitud lo que era pero sin dudas era una sensación agradable.
Finalmente llegaron y Jhon entregó la mano de su pequeña y la seremonia dio inicio.

Nara sostenía las manos de Suga quien le daba pequeñas caricias a las de ella. Se miraban mutuamente y el brillo en los ojos de ambos era algo nuevo.
Esos orbes café ligeramente dilatados tenían el poder de absorberla de una forma sinigual, y hoy no seria la esepcion, esa chispa encendida en los ojos de él hacían que el corazón de Nara se acelerará a un ritmo descomunal.

Tú  (Suga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora