Tú (Suga)

Capítulo XXIV- May Angel

Cuando Suga dijo que se encargaría de los arreglos para la luna de miel,  nunca pensé que lo haría con tanto entusiasmo.

Desde que aterrizamos a estado realmente eufórico,  recogió nuestras maletas y al salir un hombre nos aguardaba afuera del aeropuerto.
Sostenía en sus manos un letrero que decía. "Srs. Min".

La verdad me sentí emocionada, me gustó ese detalle,  la emoción aumento cuando Suga me vendo los ojos antes de subir al auto.

-Tengo una sorpresa para ti.
Fue la única explicación que recibí,  insistí todo el camino a que me dijera algo más pero resultó ser completamente inútil ya que el simplemente ignoró mis súplicas.

Después de alrededor de una hora el auto se detuvo, Suga me ayudó a bajar y me condujo hacia algún lugar.
Escuche que dejó las maletas dentro de la estancia.
Se colocó a mis espaldas y desató la venda de mis ojos.

-Bienvenida mi amor,  te presento nuestra casa vacacional.

Dios mío... no tenía palabras, simplemente era una casa hermosa,  me giré quedando frente a frente, él rodeó mi cintura apegandome a su anatomía.

-Es una casa hermosa cariño,  pero... ¿Cuándo hiciste todo esto?  -Preguntó.
-¿Porque compraste una casa?... pudimos sólo ir a un hotel. -Digo mirando a sus espaldas y observando el precinto.

Él, se separa unos centímetros haciendo que nuestras miradas se encuentren,  me mira de una forma que no logró descifrar,  es la primera vez que me lanza esa mirada.
Sonríe de lado y me toma del mentón obligándome a levantar el rostro.

-Querida, eres Mía, y como tal te quiero única y exclusivamente para mí,  solos nosotros dos,  y ¿qué mejor nido de amor que una casa propia?.
Quiero disfrutarte tanto como pueda,  las 24 horas  los 7 días de la semana, estando aquí en nuestro hogar, eso es algo que no podría hacer estando en un hotel 

Dios.... cuando creo que le e entregado todo mi corazón,  él simplemente se roba un pedacito más de mí cada día que pasamos juntos.

-Si ese es el caso,  no perdamos el tiempo,  dime ¿qué tienes planeado para hoy?.

El sonríe y sin previo aviso me carga en sus brazos al estilo princesa, doy un grito entre risas ante la sorpresa y rodeó su cuello con mis brazos para no caer.

Entre besos y risas subimos hasta nuestra habitación,  al llegar él me baja con suma delicadeza sobre la cama. Me quita los zapatos y él se descalza los suyos, sube a la cama y se recuesta a mi lado tomándome entre sus brazos.

-Hoy te llenare de caricias. -dice mientras pasa sus manos suavemente por mi despeinada cabellera.
Me acurruco en el hueco de su cuello y me dejó hacer por sus suaves manos.
Cierro los ojos y sin darme cuenta me quedo profundamente dormida.

Me despierto y lentamente abro los ojos,  miro a mi alrededor y me encuentro sola en la habitación.
Noto que hay una nota pegada a mi frente, lo despegó de la frente y lo leo.

-"Sigue las flechas amarillas.".

Persivo que hay flechas amarillas pegadas al piso, emocionada salgo de la cama y sigo el rastro de flechas.

Las flechas se detienen en el cuarto de alado, hay otra nota pegada a la puerta.

"Lo mejor del mundo es tomar una relajante ducha después de una larga siesta, disfruta tu baño preciosa".

Sonrió, Suga si que a puesto todo su empeño en esto, abro la puerta y me encuentro con la bañera lista.
Dios... ¿en qué momento hizo todo esto?.