Narnia: Este es mi destino.

9

—Lucy — escuchaba mi nombre.

—Hola — volteé a ver a todas parte, pero estaba oscuro.

—Lucy...

—Hola...

—Lucy — escuché mi nombre con terror.

—¿Hay alguien ahí?

—Lucy ayúdame — gritos de desesperación.

—¿Quién es? — grite desesperada al escuchar mi nombre. Desesperada, gire a ver a todos lados, pero solo veía oscuridad. Y caballos corriendo.

—¡Despierta!

[...]

Abrí mis ojos toda alterada. Estuve a punto de caerme, pero James me sostuvo con fuerza y detuvo de inmediato su caballo.

—¿Estás bien?

—Estoy bien, ¿dónde estamos?

—Vamos a cruzar un pequeño pueblo.

—¿Cuánto dormí?

—Dos horas.

—Debiste despiértame.

—¿Segura, que estás bien?

—Ya dije que sí.

—Sus Majestades, no deberían quedarse atrás.

—Lo sentimos capitán.

—Su Majestad, ¿se encuentra bien?

—Bien — respondí.

—Capitán, acaba de despertar — hablo James sonriendo.

—Entiendo.

—¿Sucede algo aparte de que tiene unos reyes rebeldes capitán? — pregunto James. Ocasionado que el capitán Guillermo riera.

—Solo vengo a informar que iremos al mercado a comprar comida y tal vez con suerte escucharemos algo del rey Caspian...

—Vaya capitán. Esperaremos en el bosque.

—¿Mi reina le parece bien?

—Sí.

—Entonces iré de inmediato. Adelante se encuentran los demás.

—Gracias capitán — expresé antes de que se fuera. Al llegar al campamento improvisado, todos hicieron una reverencia. Al principio no le tome importancia a los presentes hasta que vi al joven soldado que me había ayudado en cuanto llegue a Narnia.

—¿Por qué no fuiste con el capitán? — pregunte.

—¿Habla de mí Su Majestad? — pregunto el joven soldado.

—Sí.

—Mi padre, me ordeno permanecer aquí hasta su regreso.

—¿Y la razón, cuál es?

—No sé cuál sea la razón Su Majestad, pero si la sabe usted antes que yo me gustaría saber. Siempre y cuando se pueda Su Majestad — hizo una reverencia.

—Si yo llego a saber la razón mucho antes que usted, le pasaré el mensaje.

—Me siento honrado de sus palabras Su Majestad.

—¿Puedo saber su nombre?

—Mi nombre es Francisco Su Majestad, aunque prefiero que me llamen Fran.