Narnia: Este es mi destino.

15

POV. JAMES.

Al parecer que había quedado dormido después de que Lucy se fue con Ethan. Me arreglé y salí a ver al comerciante, pero me encontré con Ethan en el camino y me dijo que Lucy ya se había encargo de él. Camine hacia la sala del trono para llevarla a la cena con sus hermanos. Abrí la puerta y pude ver varias hojas regadas en el suelo, las levante y las coloqué en la mesa de piedra. Al ver que Lucy no estaba me dirigí al comedor a lo mejor ya se encontraba ahí. Entre y todos los presentes se pusieron de pie menos el rey Peter.

—Peter...

—Descuide rey Edmund, no pasa nada — comente tomando asiento.

—Lucy nos contó lo que paso con ella hace años — hablo el rey Peter.

—Oh... estoy muy seguro de que fue Ethan, a Lucy no le gusta habar de eso — dije viendo a Ethan quien solo se encogió de hombros.

—Ellos querían saber qué paso en Narnia y con Lucy. James — explico Ethan.

—Entonces saben lo que paso con esos soldados que se atrevieron a hacerle daño a mi reina.

—Sí.

—¿Y qué opinan de mí?

—Creo que si llegaste hasta ese punto para proteger a mi hermana debes amarla más que nada.

—La amo como usted no tiene idea — sonreí.

—Hablando de ella, ¿en dónde está? — pregunto el rey Edmund.

—No lo sé... pensé que estaría aquí.

—No la he visto desde que salí con sus majestades — expreso Ethan.

—¡Alisson!

—Si Su Majestad — respondió Alisson.

—¿Dónde está Lucy?

—La reina salió hace una hora del castillo...

—Ethan alista los caballos — expresé parándome de la silla.

—Sí, Su Majestad — hablo Ethan corriendo fuera del comedor con el capitán y su hijo.

—¿Qué sucede? — pregunto la reina Susan.

—Han intentado matar a Lucy varias veces. Ella no puede salir del castillo sin Ethan y Francisco.

—Nosotros también iremos — expreso el rey Peter.

—Espero estés bien Lucy... — susurre saliendo del comedor con los hermanos de Lucy y Alisson.

[...]

POV. ETHAN.

Lucy en que estabas pensando en salir sola del castillo.

—¡Preparen los caballos! — grité al llegar a la entrada del castillo.

—Sí.

—¡Mi general! — grito un soldado corriendo hacia mí.

—¿Qué sucede?

—Tenemos movimiento a veinte metros, no logramos distinguir, está oscuro.

—Abran la puerta — ordené sacando mi espada.

—No puedes ir Ethan — informo Francisco.

—Volveré antes de que el rey llegue. Además, debemos saber quien es — informe saliendo del castillo. Camine derecho y mientras más me apartaba del castillo más oscuro se veía. Casi no podía distinguir nada.