Narnia: Este es mi destino.

Epilogo.

 Imagine que al morir habría dolor, pero no.

Imagine que al morir habría soledad, pero no.

Imagine que al morir habría algo, pero no.

—Lucy...

Solo había susurros que susurraban mi nombre.

—Lucy... despierta — escuché la voz de Aslan.

—¿Aslan? — pregunté al aire. Me tomé un momento en abrir mis ojos y pude notar que estaba en el mismo lugar cuando llegue a Narnia — ¿Aslan? ¿Qué ha sucedido? — pregunte notando que no estaba herida.

—Te he mostrado el futuro — hablo Aslan apareciendo frente a mí.

—¿Qué?

—Tengo interés en saber si escogerás el futuro que te he mostrado.

—¿James? ¿Ethan? ¿William?

—El príncipe James se encuentra con Caspian ahora mismo. El General Ethan viene en camino a ver a James. Tu hijo William, aún no ha nacido — respondió Aslan. — Te he traído tres meses antes de que la guerra inicie.

—¿Por qué?

—Quiero que cambies el futuro que te acabo de mostrar.

—¿Eso se puede hacer?

—Se puede hacer — afirmo Aslan. — Aunque hay una cosa... algo que no puedes cambiar.

—¿Qué es?

—Tu muerte.

—¿Mi muerte?

—Tu muerte siempre será de la misma forma. Apuñalada en el estómago.

—¿Por qué no vas tú a decirle de la guerra a Caspian Aslan?

—¿Temes morir?

—Si temo morir — afirme cubriendo mi estómago con mis manos.

—Si te hubiera dicho que mueres por amar a dos hombres antes de que te mostrara el futuro. ¿Te hubieras enamorado de ellos?

—Claro que no — respondí de inmediato.

—Yo creo que sí — respondió Aslan. — Tú eres la valiente reina de Narnia.

—No lo soy.

—Lo eres... y por eso debes escoger seguir viviendo y Narnia será destruida o aceptar que vas a morir y Narnia será salvada.

—¿Debo escoger morir o vivir?

—Así es — hablo Aslan. — Acompáñame, te mostraré algo que tal vez pueda ayudarte a tomar una decisión — pidió Aslan caminado hacia una luz blanca que antes no estaba ahí. Seguí a Aslan a través de ella.

[...]

—¿Dónde estamos Aslan? — pregunte al salir por completo de la luz blanca.

—En Narnia... unos años después de tu muerte.

—¿Es James? — pregunté al intentar enfocar mi vista. Si era él, estaba sentado en la cornisa del balcón.

—Sí. Se volvió un rey sensato con los años, un rey justo — informo Aslan.

—Ese título le pertenece a Edmund.

—Así es — comento Aslan.

—¡Padre! — grito un niño energético corriendo hacia James.