10. El coche

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Capitulo diez.

Han pasado un par de días. Intenté mantenerme tan estable como pudiera, pero había llegado a un límite considerable y no sabía a qué más acudir. Y después de habérmelo planteado muchas veces, decidí contarle todo a Allison.

Le conté todo lo que he estado sintiendo.

Ella me dio una pequeña charla de compresión pero al mismo tiempo de compasión porque sabe que es imposible, sin embargo me dijo que tenía que averiguar si él sentía lo mismo por mí.

Me reí después de que esas palabras salieron de su boca. Me pregunto qué se sentiría que alguien como él tuviese el mínimo interés en alguien como yo, demasiado fuera de mi alcance.

Claro, como si eso fuera a pasar.

Durante las siguientes horas decido no darle demasiada importancia a mis pensamientos negativos, necesitaba tener un control estable y en alto si quiero dejar de ser tan vulnerable incluso cuando lo veo de espaldas. He decidido dejar de culparme por hacerlo, sé que de todas formas no voy a poder evitarlo pero definitivamente tendré que reprimir a mi propia subconsciente cuando estoy a punto de perder los estribos.

Nunca se me ocurrió que su efecto sobre mi fuese tan fuerte.

Estaba consumida en mis pensamientos como de costumbre cuando la voz de mi mejor amiga llamó mi atención. 

— ¿Vienes? — me pregunta, estábamos justo al final de la jornada, las clases ya habían acabado.

Pero honestamente no me entero de lo que me ha dicho. ¿Ir a dónde? No le había puesto atención, no obstante, prefiero no ir a ningún sitio por ahora.

Raramente me está agradando pasar tiempo sola, aunque no tengo una explicación para ello, de todos modos no la estoy buscando.

Así que negué con la cabeza  — No, me voy a casa ahora. Te veo mañana  — ella se encoge de hombros suspirando con resignación, pero finalmente asiente una vez.

— Bien, esperaré a Scott. Te cuento los detalles luego  — me dio un corto beso en la mejilla y salió corriendo.

Dejando escapar un suspiro cierro mi casillero sin más, hoy me espera un día aburrido en casa cuando salga de aquí y sé que mañana sería exactamente la misma rutina.

Me pregunto cómo sería mi vida en un mundo alterno, quien sería yo en este escenario y quien sería mi profesor. Me imagino una chica segura de sí misma, saliendo, haciendo fiestas todos los fines de semana, tal vez mi profesor sea lo opuesto a lo que es ahora, alguien gracioso, carismático y por demás, accesible, pero no puedo imaginarlo.

Camino despacio hasta la salida del instituto. Hoy tengo que irme en autobús así que me dirijo hacia la parada y me quedo esperando como de costumbre cada vez que no puedo usar el coche de mi madre o cuando Erica no puede recogerme. Apenas llego diviso la cola de gente esperando igualmente. Comienzo a jugar con mis dedos mientras tambaleo mi pierna con afán.

Me alejo un poco de la multitud cuando me siento abrumada. Me tallo los ojos con aburrimiento, incluso el aire es sofocante.

Hago un recuento de las tareas que puedo llegar a hacer a casa para mantenerme ocupada, quizá tenga tiempo para ver una película también y jugar con Prada. La emoción de mi vida se resumen en esos simples aspectos.

Pronto me doy cuenta de que un coche se acerca demasiado lento. Doy un paso hacia atrás, pero se detiene justo en frente de mí. Levanto la mirada por pura curiosidad cuando llama mi atención.

Tuya - Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora