42. Bufandas

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Capítulo cuarenta y dos.

Cora Hale.

Sacudí el hombro de Derek varias veces intentando que despierte.

— Derek — lo llamé, pero él no cedía, tiene el sueño muy pesado — Derek, necesito llevarme tu coche, mi motocicleta está en el taller — le digo de nuevo, pero él no se mueve — ¡Derek!

Suspiro dándome por vencida.

Busco sus llaves en cada cajón pero finalmente las encuentro dentro de su chaqueta de cuero negra. 

— Lo llevaré, ¿vale? — le pregunto, pero él está acostando boca abajo en la cama sin mover un solo músculo y solo recibo silencio de su parte — Lo tomaré como un sí.

Salgo de su habitación para buscar mi bolso y es lo único que llevo conmigo cuando cierro la puerta del apartamento detrás de mi.

Me subo al coche de mi hermano y me veo el reloj de mano.

Faltan diez minutos para entrar a la clase, será mejor que no llegue tarde con esta máquina.

Durante el camino me salté dos semáforos. Si mi hermano estuviera aquí me castigaría de por vida con no volver a tocar su coche nunca mas.

Finalmente llego al instituto a tiempo, ya todos estaban en el salón esperando que Stiles empiece la clase. Es muy irónico que la primera clase en la mañana siempre es con el señor puntualidad y yo nunca me levanto temprano. Me sorprende que de verdad todos le hacían caso.

Lo vi y mi primera impresión en ese instante fue lastima. Ahí estaba la cara de juez amargado que se trae todos los días y hoy no era la excepción.

Llegan más personas, no sé el nombre de todos. Pero reconozco los rostros, había un chica que tenía la pinta de ser un cerebrito, pero me gustaba mucho su pelo rojizo, venía con su amiga que siempre se viste muy bien. Detrás de ellas vienen otros dos chicos e Isaac, el único que conozco de ellos. Bajé la cabeza cuando sus ojos encontraron los míos y de nuevo, tomó asiento a mi lado.

— Linda bufanda — murmuro y él emboza una sonrisa

— Gracias — me dijo y volteo los ojos.

— No era un cumplido — dije y él solo se encogió de hombros

— Vas a tener que ser más clara — agrega y aprieto los labios decidiendo no responder más.

Stiles comienza la clase saludando amablemente como siempre lo hace, no puedo evitar notarlo distraído. Y quizá nadie más lo note, pero estoy segura de que lo está.

Me pregunto cuál será el problema con el que ha estado lidiando últimamente.

Estamos cerca de las pruebas de nuevo, así que nos ha asignado un trabajo en parejas rápido, estamos leyendo Hamlet.

— ¿Ya lo leíste? — Isaac me pregunta y yo niego con la cabeza

— ¿Te parece que me gusta leer? — lo miré por el rabillo del ojo y él se encogió de hombros

— A un montón de chicas les gusta leer — añade y ruedo los ojos.

Que rápido que la ha cagado, madre mía.

Tuya - Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora