Tuya - Stydia

46. Abandonada

Capítulo cuarenta y seis.

Entramos a una de las habitaciones que estaban en el segundo piso. Solo fue necesario que Jackson empujara con la espalda para entrar, sus labios aún seguían sobre los míos.

Él cerró la puerta con su pie y empezó a caminar conmigo hasta llegar al borde de un mueble que me golpea ligeramente pero no me aparto.

Estaba oscuro pero no importaba. No sé si es el alcohol, pero la adrenalina de estar en este lugar con Jackson seguía corriendo y corriendo, donde sus labios y su cuerpo estaban tan cerca del mío. Sus manos hicieron a un lado mi cabello para colocarlo detrás de mi oreja y tuve que alejarme unos centímetros solo para asimilar mi posición.

No había duda de que no estaba pensando con claridad y para variar tenía la mente en blanco.

Su aliento estaba rozando mis labios y nuestras respiraciones se mostraron suficientemente alteradas mientras se conocían. Sus ojos encontraron los míos y me di cuenta de que había le dejado rastros de mi labial. Lo retiro con mi dedo pulgar.

— Me gustas mucho Lydia — me dijo en un susurro.

Siento una punzada de culpa en el pecho. Yo no puedo sentir lo mismo que con Stiles de ninguna manera, ni siquiera pensarlo.

Lo miré en silencio por unos segundos intentando encontrar las palabras correctas pero él se inclinó para volver a juntar nuestros labios. Abrí mi boca lentamente y su lengua apareció.

Jackson sabe besar muy bien.

Una de sus manos encontró mi cintura y me atrajo a él, empiezo a sentir gotas de sudor reunirse en mi frente.

Encuentro el dobladillo de su camisa y la deslizo sobre su cuello por un momento y no parece importarle. Pero una vez que empiezo es imposible parar. Y cuando mi cuerpo actúa por si sólo inconscientemente e intento hacer algo más, sus manos tomaron ambos lados de mi rostro y echó su cabeza hacia atrás — Lydia — su voz grave.

Suspiré — ¿Si?

— Estás borracha — me dijo aún muy cerca, donde su nariz tocaba la mía.

Y solté una carcajada. — Tú también — le dije pero él negó con la cabeza

— No lo suficiente.

El peso de sus palabras cae sobre mí y suspiré pegando mi frente contra la suya — Está bien — le di un beso corto para alejarme y decirle  — La ropa se queda puesta

Él se ríe y me atrae con sus manos para besarme. Tira mi cabello a la espalda y la confianza que me trasmiten sus manos de repente es demasiado evidente. Camina conmigo hacia atrás donde los dos caemos encima de una cama y el colchón es demasiado suave como para quejarme.

Lo único que no tenía puesto era su camisa, me doy cuenta del buen cuerpo que tenía. Nunca le hubiera puesto demasiada atención de no ser ahora que lo tengo encima de mi.

— ¿Vas a olvidar esto mañana, verdad? — susurró alejándose un poco

Encierro mis brazos alrededor de su cuello — ¿Quieres que lo olvide?

Negó con la cabeza — No.

No dije nada. Volvió a besarme y arqueo mi vientre hacia delante para conocer su abdomen desnudo a través de mi vestido. Jackson se tensa a través de su aliento y me inclino intencionalmente para que baje a mi cuello.