21. ¿Quién gana?

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Capítulo veintiuno.

Cuando el timbre anuncia que es hora de ir a clase de literatura mi corazón salta de la cuneta.

La gente se apiñaba en los pasillos hablando y riendo hasta que entraban al salón y el profesor Stilinski ya estaba sentado en el escritorio. Entonces todos callaban.

Estudio el fruncimiento enterrado de sus cejas mientras empieza la clase. Pero él en ningún momento me mira y su voz no tiene forma mientras habla.

— Vamos a repasar la clase anterior. Saquen una hoja. — dijo de repente

Se me cae la cara al suelo. ¿Un quiz? ¿Hoy?

Todos los murmullos empiezan aturdiendo al profesor, quien se ve fastidiado de lleno. De repente siento la presión en mi pecho y no quiero pensarlo, pero parecía de mal humor. Hundí mis cejas. ¿Por qué?

Imágenes titilantes del viernes van apareciendo conforme pasa el tiempo y el miedo asciende. ¿Y si cambió de opinión? ¿Y si ya no quiere verme?

Sus ojos no han caído sobre mí en ningún momento.

Saqué la hoja que ordenó y escribí mi nombre.

— Silencio, por favor — él calló los murmullos que no cesaban por el quiz sorpresa. — Tres preguntas: ¿En qué nación trabajó Orwell para la Policía Imperial Británica? — iba dictando demasiado rápido, alguien pidió que repitiera la pregunta y solo así pude escribirla correctamente. — ¿En qué nación nació Orwell? y ¿Cuál era el verdadero nombre de George Orwell?

Ya no hacía más preguntas acerca del contenido del libro, sino directamente sobre el autor. De lo que habíamos hablado muy pocas veces, pero que era información de la clase pasada.

— Tienen quince minutos. — ordenó y se fue a sentar al escritorio.

Sabía todas las preguntas. Y me avergonzaba un poco el hecho de ser tan nerd. Burma, India y Eric Blair respectivamente. Fui la primera en terminar pero no quería que todos se dieran cuenta, así que me quedé quieta en silencio.

Hasta que el profesor dijo — Quien haya terminado que traiga la hoja al escritorio con nombre completo.

Esperé a que alguien lo hiciera primero para construir una mejor confianza. Mis ojos estaban sobre él revisando algo en su computador con plena atención como acostumbra, no me mira en ningún momento y ya estoy empezando a notar la ausencia de sus ojos.

Sus rasgos de tranquilidad están tallados con la expresión cuidadosa.

Algo en mis articulaciones duele como un agudo anhelo. De repente tengo ganas de estar cerca y quiero ponerme de pie para entregarle mi quiz pero Tracy Stewart se adelanta. Esperé demasiado.

No escucho lo que le dice cuando llega a su escritorio, pero la sonrisa nunca abandona su rostro mientras Stiles solo asiente con la mandíbula tensa y sus brazos cayendo flojos sobre el escritorio. Cuando Tracy se sienta me pongo de pie sosteniendo la hoja delante de mi.

— Listo — dije llamando su atención, él no me vió llegar. Existiendo la hoja en su dirección.

Ahora me mira de soslayo y asiente — Gracias, señorita Martin. Puede volver a su asiento. — coge la hoja de mis manos.

Me cuelo de asombro y de una astilla de intimidación nuevamente. Quiero abrir la boca para decir algo pero nada sale, así que me giro sin más para regresar. Su voz era la energía más fría y líquida que había atestiguado hasta ahora.

Frunzo el ceño.

Después de los quince minutos el profesor anuncia que el tiempo se ha acabado y una fila se forma en su escritorio para entregar el resto de hojas. Continúa la clase como tiene por costumbre y su indiferencia me apuñala justo en el estomago. Retrocedo y tengo flashbacks de días anteriores pero está vez me decepciona más, después de haber estado tan cerca de él, parecía que nunca había pasado.

Tuya - Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora