Capítulo 7

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Capítulo 7 - "Reflexiones mundanas"

Esta llegando, ya casi esta aquí, el aparatoso mecanismo metálico empieza a chirriar, juraría incluso haber visto un poco de humillo salir de la compuerta. No puedo aguantar más, estoy a la expectativa de lo que va a suceder.

La tapa se abre verticalmente, en el interior del pequeño habitáculo hay una bandeja larguirucha de color blanco, sobre ella reposa un vasito de agua junto a un plato de comida.

Esta sensación, este recuerdo, ¿qué esta pasando aquí?, ¿por qué me resulta todo tan familiar? Mis piernas temblorosas diambulan hasta acercarse a la escotilla, mis frías manos recogen con cauteleza la bandeja. Con ella me desplazo hasta un lugar cómodo, tengo hambre.

La cámara se enciende, otra vez mirando, ¿qué tan interesante es ver a una persona vivir atrapada aquí dentro? Sigo como si nada, voy engullendo la sabrosa comida que me ha proporcionado la habitación; mientras, en mi cabeza están ocurriéndose las maneras más alocadas de escapar de este lugar.

Pensándolo fríamente la verdad no tengo ningún motivo real por el que salir de aquí. No conozco mejor vida que esta, tal vez ni si quiera exista cualquier otra vida. También desconozco lo que habrá detrás de esas paredes si es que en realidad hay algo, o tal vez me halle flotando en medio del vacío, rodeado y abrumado por la más inmensa oscuridad.

Mi mente intenta hacer suposiciones, pero mi cabeza empieza a doler y ha arder en cuanto me empiezo a esforzar demasiado. Supongo que mi curiosidad es más grande que mis capacidades de entender el mundo que me rodea.

¿Acaso esta vida es real? ¿Quién me puede asegurar que todo lo que me rodea sea nada más que una simple ilusión de mi mente? ¿Y si tal vez haya vivido engañado toda mi vida?

Una marea de preguntas sacude mi mente como si de una tormenta eléctrica se tratase, caigo desplomado en el suelo.

Necesito tumbarme, necesito reflexionar, necesito respirar, necesito desconectar.

* * *

Ningún resultado parece complacer al inspector, ya casi he perdido la cuenta de veces que hemos tenido que repetir esta misma escena. Parece surrealista, necesito café.

Me levanto de mi silla de trabajo como me dispongo a prepararme un café con leche en mi cocina, observo la maceta con la planta más longeva de este planeta mientras escucho el hervir de mi máquina de café.

Todo esto me esta haciendo reflexionar, ¿de verdad vale la pena?
No tiene sentido. Dejémoslo.

Mi café esta preparado, lo pongo en una taza de color grisáceo, me dispongo a tomármelo en el balcón de casa, mientras, observo desde aquí arriba la mundana vida del resto de personas que pasean por la calle.

Es todo tan inexplicable.


Las paredes de tu interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora