Capítulo 8

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Capítulo 8 - "Subsuelo"

Me despierto sobresaltado de la siesta, la alarma de mi reloj me avisaba de la hora. Era el momento. Me levanté del cutre sofá de mi apartamento, me voy a mi habitación a cambiarme de ropa. En pocos minutos cogería el metro más cercano para llegar hasta la zona.

Antes de irme de casa cojo un paraguas, el cielo esta nublado, va a llover. Bajo las escaleras del piso a ritmo acelerado, voy corto de tiempo.

Por fin he llegado al metro, como siempre suele estar lleno a estas horas, esto me hace recordar que simplemente soy uno más dentro del sistema, alguien enterrado entre la gran masa de la sociedad. No soy nadie.

El metro ha llegado a mi destino, me dirijo a la zona. Dudo llegar tarde pero por si acaso me acelero, no quiero perderme la reunión de hoy.

Entro al antiguo edificio que a simple vista parecería abandonado, pero que en realidad tiene todo un complejo de laboratorios a 50 metros bajo su suelo. Entro en el elevador, pulso una tecla sin número, el ascensor no parece hacer ninguna función, entonces recuerdo que debo confirmar mi entrada, pulso otra vez.

La cámara de vigilancia me detecta, me reconoce y acepta mi entrada, el mecanismo empieza ha arrancar, estoy bajando. En pocos segundos toda la luz prominente de la superficie desaparecería para entrar en los subterráneos de ese lugar.

Es un lugar lúgubre, pero te acabas acostumbrando. Huele a cerrado y el ambiente es muy pesado, los conductos de ventilación parecen hacer una función nula a tanta distancia bajo tierra.

Empiezo a acelerar el ritmo, reviso mi reloj de pulsera para saber si llego a tiempo, sigo caminando entre esas instalaciones que podrían ser confundidas por unas catacumbas antiguas por cualquier forastero. Por fin me encuentro ante la puerta de acceso. Me dispongo a abrirla con mi llave, deslizo mi mano en mi bolsillo apretado; durante una milésima de segundo tengo la sensación de haberlas olvidado, pero mis dedos consiguen hallarlas dentro de ese pequeño rincón.

Introduzco la llave en la cerradura, todo encaja, voy a entrar.

* * *

Sigo aquí encerrado, mi mente no puede frustrarse más, mire donde mire lo único que mis ojos ven son las cuatro paredes acorazadas en las que el tiempo no pasa, la eternidad se hace notoria, en realidad desconozco si quiera si el tiempo existe. Ya no tengo segura ni la existencia de mis sentidos del tiempo, ¿tal vez mi mente me este engañando?

Una sucia sensación de estar siendo controlado y engañado invade mi cuerpo, ¿tal vez lleve encerrado cosa de segundos? O tal vez halla pasado una eternidad...

Quiero despejar mi mente, voy a intentar desconectar, el tiempo parece pasar lentamente aquí dentro, pero voy a intentar buscar una manera de descubrir algo sobre esta habitación.

Me desplazo a una esquina de la habitación, junto mis pies, y me dispongo a medir la habitación. Exactamente 13 pies cuesta recorrer un lado de la habitación sin espacio entre pisadas, o lo que serían 5 pasos con espacio entre si. Hay 4 palmos de altura hasta la metálica compuerta y se encuentra en la mitad de la pared número dos. Ninguna medida parece alcanzar el techo, pero a simple vista parece ser 7 palmos más alto que yo.

Suficiente medición por hoy, dudo encontrar una pista en estos datos, mi cuerpo se relaja en el frío suelo, una lágrima sale de mi ojo derecho, su lento descenso por la superficie rugosa de mi cara hace que algo dentro de mí pierda el sentido, quiero salir de aquí.

Las paredes de tu interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora