Capítulo 18

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Capítulo 18 - "Aguas estancadas"

Podía sentir un cierto sabor a sangre en mi garganta, el aire me faltaba, aquellos pasillos interminables con pestelienta olor a catacumbas, mis pies mojados chapoteando mientras corría sobre el agua estancada de lo que parecían ser unas cloacas.

Seguía corriendo entre la tenue luz del lugar, apenas podía distinguir cualquier detalle, mis manos estaban cansadas de palpar las paredes del pasillo, mis pies estaban dolorientos y aun así sabía que tenía que seguir corriendo, lo iba a lograr, aunque no sabía lo que me podía encontrar en aquel inhóspito lugar. Algo dentro de mí me dijo que lo iba a hacer. Que lo iba a conseguir.

Seguí unos segundos corriendo, hasta que mis pies se encontraron con una superficie diferente al resto, el tacto de mis pies con el suelo me revelaron que algo debajo de mí era distinto, la temperatura, la textura, mis sentidos me alertaban de que había algo ahí.

Me agaché, y con mis propias manos empecé a tocar el suelo en búsqueda de algo, algo que me permitiera reconocer entre la basta oscuridad de que se trataba aquella cosa. Encontré lo que parecía una cerradura extraña, debajo mío se encontraba una tapa extraña similar a la que tapaba el techo de mi celda.

Algo me hizo pensar que ahí debajo había alguien, que ahí abajo me encontraba yo mismo hace unos minutos, pensando que no había salida de este lugar. Y en ese mismo instante supe que tenía que ayudarle, y de cierto modo ayudarme a mí mismo, tenía que hacerlo.

Me puse arrodillado sobre la trampilla extraña y traté de abrirla, me disponía a entrar.

* * *

Todos eramos conscientes de la situación, en cierto modo había sido un descuido de nuestra parte el no haber cerrado correctamente la contrapuerta del techo al realizar la reparación de la cámara de seguridad. Pero lo que nunca nos hubiésemos imaginado es que aún estando a cierta altura de la trampilla hubiese hallado una manera de desatascarla, una simple bandeja, una simple bandeja que había roto por completo toda nuestros métodos de seguridad, parecía algún tipo de broma, pero a veces las cosas más simples pueden hacer el cambio más grande.

En la reunión los participantes se observaban tensamente, nadie parecía agradado ante aquella situación.

- Tenemos que hacer algo... - propuso una voz de un hombre de avanzada edad.

- De inmediato, denles persecución a esos sujetos. - pidió rápidamente el líder a sus encargados.

- A sus ordenes jefe. - respondió la voz del superior.

* * *

Mi uña seguía doliendo bastante, mi cuerpo seguía reposando sobre aquel suelo, mi cabeza seguía inmersa en la infinidad de preguntas sin respuestas que rodean mi existencia.

Me doy la vuelta sobre el suelo y observo una de las paredes, en ella me imagino el exterior, o al menos eso intento, mi cabeza intenta generar cualquier imagen ficticia en mi cabeza, pero la pared sigue viéndose blanca.

Durante mis pensamientos me parece haber oído un leve sonido sobre mi cabeza, en ese instante pensé que simplemente habría sido una alucinación, cuando luego descubrí que en realidad algo en mi techo se estaba moviendo, que estaba ocurriendo, estaba aterrada en el suelo contemplando sin reacción alguna aquella situación, mis ojos temblorosos no sabían si quiera hacía donde mirar.

Algo estaba sucediendo en el techo, y cada vez el sonido del forcejeo era más y más intenso, estaba asustada, mi corazón no podía latir aún más fuerte.

Rompí otro trocito de mi uña por si luego iba a perder la consciencia.

Las paredes de tu interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora