Las paredes de tu interior.

Capítulo 3

Capítulo 3 - "Un trozo de mí"

Mi mente se aclara, parece haber finalizado aquel momento de caos e incertidumbre, reviso otra vez rápidamente la habitación, hay algo en el suelo, mi cuerpo se altera y entra en pánico, ¿qué es ese objeto desconocido? Parece inerte y es muy pequeño, de color grisáceo y de una textura peculiar, me acerco a ello poco a poco, me pregunto como habrá llegado ahí.

Me encuentro al lado de este objeto, me tumbo ante él y lo observo muy de cerca, no me atrevo a cogerlo aún, mi mente sigue preguntándose una infinidad de preguntas sin respuesta válida. Por fin me armo de coraje, voy a tocarlo, me voy a atrever.

Alargo mi brazo y despliego mi mano de manera que dentro de un instante ese artefacto tan pequeño quedaría atrapado en mi mano, lo tengo. Lo agarro con fuerza, no quiero que se me escape tal vez esta sea mi oportunidad, esta frío y polvoriento.

Abro la palma de mi mano, ahí se encuentra reposando sobre mi piel ese extraño objeto inerte, quieto y congelado, algo en mi cabeza me da una pista de su lugar de origen. Miro al techo, en efectivo, era un trozo de este, parecía la última pieza que cerraba esa habitación en una cuadrado perfecto.

Se había desprendido un trozo de la habitación, es increíble, mi mente no tiene descripción alguna ante esta sensación, ¿acaso hay algo más allá de esta habitación?, tal vez me encuentre ante la solución de este enigma, la habitación se puede destruir, pero no huir de ella.

Guardo la piedra en mi bolsillo y me siento a un lado de la habitación, pensando y reflexionando sobre las mismas cuestiones de siempre, a veces me pregunto si la habitación es un castigo hacía mí y por ello estoy encerrado en este espacio tan incomprensible; pero a la vez pienso que tal vez sea un milagro al hallarme aquí, tal vez sea el único lugar donde exista la vida, o simplemente no haya nada más que un inmenso vacío detrás de estas paredes, algo oscuro, negro e inexistente. No hay nada más en esta vida a parte de esta sala.