Capítulo 19

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Capítulo 19 - "Impacto"

Estaba desatascando la tapadera que había encontrado en aquel macabro lugar, tenía una corazonada, ahí debajo había algo. Seguí empujando y estirando con todas mis fuerzas, esperando a que aquello se desplazase y me dejase entrar.

Seguí intentándolo varios minutos y mis manos ya no podían más, mi cara se sentía acalorada y por mi frente caían gotas de sudor. El esfuerzo había sido increíble pero por fin logré desatascarla, bajo mis pies se vio el mismo fondo de la habitación de la que venía, desde aquí arriba me sentía poderoso, me sentía fuerte, era fuerte. Las escaleras desplegables impactaron contra el suelo provocando un sonido que rebotó por todo el pasillo, el cuál ahora estaba un poco más iluminado gracias a la luz prominente de la habitación.

Tenía que investigar, tenía que bajar aunque mi mente me rogaba a gritos que no lo hiciese, que no bajase. Que iba a quedarme atrapado en la misma habitación una vez más. Pero luché contra mis pensamientos, luché en contra de lo que sentía en mi interior. Puse mis pies sobre la escalera y empecé a bajar despacio por los peldaños.

Mi cuerpo estaba volviendo a descender, a cada peldaño que bajaba me sentía un paso más cerca de mi antigua situación, atrapado entre estas malditas cuatro paredes, esperando una salvación. Acabé de bajar las escaleras, no podía ser, mis ojos no podían creer lo que estaban presenciando.

Era ella, si era ella, sin duda, no podía ser verdad, tendida en el suelo, temblando del miedo observándome con los ojos abiertos como platos, estaba aterrorizada.

Aquel pelo negro, aquel aroma, aquel cuerpo, sabía que la conocía de algo. Era una situación muy extraña, la tensión del ambiente era palpable, no podíamos movernos, nos observamos el uno al otro, sin reacción ninguna durante segundos, mi pulso, mi respiración, todo iba a más y no podía controlarme, aquella situación era demasiado irrealista, algo que jamás me hubiera imaginado, existe gente como yo.

No podía dar crédito a lo sucedido.

* * *

Mis manos estaban temblando en el suelo, así como mis ojos no podían apenas pestañear, mi quede sin aliento, me quede petrificada, no podía asimilar la situación, ¿qué acababa de ocurrir? No podía decir nada, pensar en nada ni reaccionar de  ninguna manera durante un tiempo que se hizo eterno.

Paso el rato y volví a ser consciente de mi situación, me levanté, y fui corriendo hacía él desde la otra punta de la habitación. Un instinto salvaje en mí empezó a florecer, nunca había sentido esta rabia, esta violencia, no podía contenerme, fui corriendo, la sangre corría por mis venas como una marea de rubís, mis músculos se tensaban y endurecían a la vez que apretaba mis puños.

El no se movía y yo me acercaba a él, cada vez más cerca, más y más cerca, hasta que llegue a estar a la suficiente distancia, ahora, ahora es el momento dijo una voz en mi cabeza.

Con mi puño bien cerrado reuní todas mis fuerzas y le golpeé todo lo fuerte que pude en la cabeza, el impacto hizo sonar un golpe seco y muy fuerte. Mi mano había quedado dolorida de haber realizado aquel golpe a su cara. Mis dedos estaban temblando, mi adrenalina estaba por los aires, esa sensación me llenaba por dentro.

El ser se quedó de pie, con la cara moldeada por mi golpe, se me quedo mirando fijamente, y pude ver como de su zona impactada empezaba a brotar un poco de líquido rojo, poco después trató de alzar un brazo cuando cayó repentinamente desplomado al suelo dándose con la cara contra el suelo.

Había perdido la consciencia por mi culpa, le había hecho daño y lo que es peor me sentía culpable, no podía creer lo que había ocurrido. Fui corriendo a una esquina y me acurruqué observando la escena, me sentía fatal conmigo misma, no podía creer haber sido capaz de haber actuado así.

Las paredes de tu interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora