Capítulo 22

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Capítulo 22 - "Confía en mi"

El seguía estirando de mi mano entre aquellos oscuros pasillos, mis pies se debilitaban y dolían, a veces flaqueaban y me hacían resbalarme o tropezarme, mi mente no estaba preparada, esta situación tan estremecedora se me hacía grande, pasar de estar encerrada en una habitación a estar cogida a otra persona mientras me conduce por un macabro pasaje, tengo miedo, mi aliento esta exhausto, mis pulmones agotados, mi pecho doloriento y mis piernas cansadas.

- Espera un momento, - logre decir entre severos entrecortes de hiperventilación - solo un segundo..

- No podemos parar, debemos darnos prisa, antes me pareció escuchar algo, algo que viene detrás de nosotros. - me dijo en voz baja mientras trataba de retomar mi mano.

- Lo siento pero no puedo. - le dije a todo mi pesar.

Hubo un silencio mortífero durante unos breves segundos, la situación se intensificó, y el sonido de algo correteando los pasillos nos alarmó, nos quedamos petrificados, ese sonido parecía haber aparecido de la nada, era intenso, tenía un ritmo de galope, algo venía corriendo hacía nuestra dirección, nuestros cuerpos no podían reaccionar, seguíamos petrificados.

Fue él, quien rompió esta situación, me miró a los ojos muy profundamente y me observó con cara de auxilio, volvió a coger mi mano con fuerza, como si no quisiera que me desprendiese de él, podía notar el latir de su corazón en la palma de su mano, estábamos nerviosos y sin la menor idea de que hacer.

Empezó a correr hacía una dirección, el sonido tras nosotros parecía intensificarse, parecía que quería algo de nosotros, nos perseguía y no iba a dejarnos ir. No sin antes atraparnos entre sus garras de oscuro marfil.

Giramos en un cruce inesperado, agua de alcantarillado y un olor fétido impregnaba el lugar, las paredes parecían ser más antiguas y la corrosión de estas era muy notable.
Parecía que nadie había pasado por ahí en bastante tiempo, el maldito olor quedó grabado en mi mente.

Pasamos esa zona de asquerosas aguas y llegamos a una zona más parecida a la anterior, volvíamos a estar en unos pasillitos claustrofóbicos, estrechos e infinitos, parecía que nunca se fuesen a acabar.

Fue entonces cuando entre el silencio de nuestras pisadas correteando por aquellas instalaciones logramos oír una voz.

- ¡No corráis! Confiad en mi - dijo una voz femenina a lo lejos del pasillo.

Sus pisadas volvían a sonar de una manera acelerada, era ella quien nos había estado siguiendo todo este tiempo.

Nos miramos, teníamos que decidirnos.

- ¡Confiad en mi! Os ayudaré a salir de aquí, lo juro. - insistió ella.

Mi compañero me hizo una señal de guardar silencio, nos quedamos inmóviles mientras yo le negaba con la cabeza así expresando mi negación a seguir sus planes, me negaba a quedarme ahí quieta esperando a que llegase nuestro verdugo.

-¡Sujeto 59 confía en mi! - dijo finalmente su voz.

Los ojos de mi compañero se iluminaron como si hubiese visto algo en su interior, se quedo perplejo, no podía creer lo que estaba ocurriendo, algo dentro de él reaccionó de una manera jamás esperada al oír eso.

Le dí un toque a mi compañero, pero este no reaccionaba, me quede mirándolo, su mirada estaba perdida en la infinidad de aquel pasillo.

A lo lejos se podía ya observar la silueta de la mujer corriendo por el pasillo, en su mano portaba una luz con la cuál iluminaba todo a su alrededor, esa luz cegadora nos deslumbró, esa luz al final del túnel nos hizo quedarnos de piedra, que belleza. Los rayos de luz impactando en las viejas paredes de aquel oscuro lugar iluminando así con vida y esperanza el camino hacía nuestra libertad.

Cogí de la mano a mi compañero, estaba orgullosa de su decisión. Sabía que ella nos ayudaría a salir de aquí.

- Lo siento por la tardanza. - dijo la mujer nada más llegar tras una larga caminata.

Se situó delante nuestro, a muy poca distancia, no pude evitar dar dos pasos hacía atrás, mi compañero la miraba, parecía conocerla de algo.

Las paredes de tu interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora