Promesa

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-¿Estás segura?-pronunció Bellamy apoyando su barbilla sobre su mano.
-Si, lo estoy. No hay otra explicación-negué con la cabeza.
-¿No has pensado en la posibilidad de que la chica se haya dado contra algo?-preguntó Raven.
-¿Cómo explicas la constante herida abierta en su cuello?-dije defendiendo mis ideas. Lexa descansaba sobre una silla que había en uno de los extremos de la habitación. La observábamos como si ella fuera nuestro próximo proyecto de ciencias pero parecía no importarle. Era impresionante el ejercicio mental que hacía cada minuto para que las ganas de besarla no me jugarán en contra. Es que tenerla tan cerca me generaba un estado de completo desasosiego. La quería entre mis brazos, quería volver a tocar su piel y poder decirle cuanto la amaba, pero en la chica sentada en la silla parecía no haber un gramo de Lexa y eso me destrozaba por dentro. Volví a mirar a Bellamy que pensativo parecía sacar conclusiones dentro de su propia cabeza.
-¿Sabes lo que implicaría ir allí?-dijo serio y cruzando los brazos.
-Lo sé- dije y tristemente sabía que esa era la única opción.
-Lo siento, Clarke. Pero no permitiré que uno de tus caprichos vuelva a acabar con nuestra gente- exclamó Jasper, probablemente refiriéndose a lo ocurrido con Maya.
-No quiero que nada de eso vuelva a suceder, Jasper- negué con la cabeza y volví a mirar a Lexa que parecía analizar su calzado- Pero es Lexa- concluí con angustia interna.
-¿Eso significa que cuando a ti te importa alguien debemos dejarlo todo para ayudarte?-volvió a exclamar Jasper irritado.
-Hey, ya cálmate- dijo Raven dandole un pequeño golpe en el pecho a este. La realidad era que Jasper aún guardaba cierto rencor en su interior a pesar de que las disculpas ya estuviesen sobre la mesa. Le había quitado a la persona que amaba y pareció apiadarse de mí cuando perdí a Lexa. Ahora ella estaba de nuevo, Maya no, así que su ira parecía volver y no lo culpaba por eso. Harper ingresó a la sala dándole un suave beso a Monty y sonriendo. Él embobado se la quedó mirando y la atención fue directo a ellos dos. Si había algo que Octavia no soportaba era presenciar semejantes gestos de amor, no porque le diera vergüenza o porque se incomodara sino por lo que había sucedido con Lincoln. Luego de la muerte de Lexa todo se descontroló para los Trikru. Ontari también muerta no ejerció el mando y toda una población quedó desamparada. Luna murió en brazos de Lincoln y este prometió quedarse con su gente, lo que significó estar lejos de Octavia. El hombre pareció transformarse en una piedra luego de lo sucedido con Luna y le imploró a Octavia que no se quedara con él. Ella destruida volvió con nosotros y hasta ese día se preguntaba qué era lo que había hecho mal. Amaba a Lincoln con todo su corazón y lo extrañaba cada día, pero a pesar de todo parecía respetar su opinión. Nunca había hablado con nosotras abiertamente sobre lo que esa situación había causado en ella. Simplemente se ahorró las palabras y sentimientos y siguió con su vida como si nada hubiese sucedido, sin embargo a veces al pasar durante la noche por su habitación los sollozos podían sentirse desde el pasillo lo que lograba estrujarme el corazón. Octavia no merecía eso y Lincoln no merecía estar lejos de ella, pero una promesa era una promesa. Una promesa rota significaba traición y la misma se pagaría con su muerte. Volví a concentrarme en lo que nos mantenía reunidos en ese momento. Lexa.
-Ingresar a la ciudad de fuego nos generará más problemas- pronunció Octavia teniendo razón. La ciudad de fuego había aparecido en nuestras vidas sin avisar. Era una ciudad temible por nosotros y yo le tenía mi propio rencor guardado. Miska, comandante de la ciudad, había acudido personalmente para hacernos una propuesta. Sabía que nuestra gente podía causarles problemas así que simplemente se apareció en las puertas de Arkadia montando un caballo de color blanco.
-La paz será pagada con el espíritu de la última comandante Trikru- exclamó calmada. Mi garganta se cerró por completo al oír sus palabras. Sabía a qué se refería y el poder que tenía el espíritu de Lexa en la inteligencia artificial. Tuvimos tres días para ponernos de acuerdo. Estaba en contra, claramente. No quería entregarle lo único que me conectaba con Lexa, dárselo significaba perderla para siempre. La respuesta fue clara. No aceptaríamos. Enfrentaríamos la guerra con la ciudad de fuego. Sin embargo Miska no volvió a presentarse en nuestras puertas pasados los tres días. Al principio supusimos que algo había ocurrido con ella pero ese pensamiento se evaporó fácilmente cuando la inteligencia artificial que llevaba guardada en mi habitación había desaparecido. La ira que recorrió mi cuerpo ese día era algo que jamás había experimentado. El espíritu de Lexa había sido entregado a la ciudad de fuego sin mi consentimiento y debía encontrar al culpable. Miller confesó su traicion pasados los dos días. No voy a negar que no traté de matarlo porque si lo hice. Pero mi madre pareció conectarme a tierra y hacerme entender que Lexa no estaba allí sino en mi corazón. Habíamos evitado una guerra y no era poca cosa. Al fin y al cabo Lexa me estaba salvando otra vez y preferí mirarlo de esa forma y no con sangre en mis manos. Jamás volví a dirigirle la palabra a Miller, había una gigantesca cruz en su rostro y apenas podía mirarlo.
Estaba segura que los pensamientos y recuerdos de Lexa se encontraban en la A.I pero obtenerla significada ingresar a la ciudad de fuego. Tomar la inteligencia artificial significaba entrar en guerra ¿Acaso era una posibilidad?

Sil
Gracias a todos por sus comentarios. Espero que les guste este capítulo aunque no haya sido muy largo. Besos

AND WE MEET AGAIN - CLEXA (Lexa y Clarke) EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora