AND WE MEET AGAIN - CLEXA (Lexa y Clarke) Español

Vacío

Saskia

Indra se acercó a mi y colocó una de sus manos en mi hombro. Abrí la puerta de la habitación y por fin comprendí que era aquello que sentía dentro de mi, aquello que me costaba tanto entender. Me sentía vacía. La habitación de mi padre estaba como él la había dejado, todo en su lugar, todo ordenado perfectamente, los dibujos que solía hacerle aún colgaban de las paredes y el cuadro de mi madre apoyado contra la pared parecía mirarme fijamente. Era la primera vez que entraba allí luego de su muerte. No fui capaz de enfrentarme a tantos sentimientos, no fui capaz de recordarlo porque sabía que me ahogaría en llanto y me haría débil, no me encontraba en una situación para que los sentimientos y emociones me impidieran avanzar. Había quedado a cargo de una nación y las obligaciones y retos que me esperaban eran demasiado para mi. Jamás me preparé para ser comandante, no seguí las reglas que esto requería ni me enseñaron de niña, simplemente me tocó y yo diría lamentablemente.

Indra me dejó sola y cerró la puerta dejándome entre tantos recuerdos que me envolvían y parecían no querer soltarme. Las lágrimas no tardaron en llegar cuando de repente la puerta volvió a abrirse. Levanté la mirada y con los ojos borrosos contemplé aquella imagen que no parecía real. Aclaré mi vista y ella simplemente me sonrío.

-¿Clarke?-pregunté y me puse de pie enseguida. Me acomodé el cabello y me acerqué a ella- ¿Que haces aquí?

-¿Te encuentras bien?-me preguntó e inmediatamente llevó su pulgar hasta mi rostro deteniendo algunas cuantas lágrimas. Mi rostro se paralizó ante su contacto y probablemente lo notó pues quitó la mano enseguida y negó con la cabeza- Lo siento- agregó.

Indra irritada ingresó con dos guardias a la habitación y por momento parecía que iban a matar a Clarke frente a mis ojos.

-Tú, otra vez- inquirió Indra levantando su cuchillo en el aire mientras su rostro mostraba decepción y rabia.

-Indra- pronuncié y sus ojos se fijaron en mi otra vez- Esta bien, puede estar aquí.

-Heda...- pronunció.

-Puedo cuidarme sola, retírense- ordené y los tres cruzaron la puerta cerrándola a sus espaldas. Clarke se encontraba junto a la ventana de la habitación y por primera vez en mucho tiempo ambas nos mantuvimos en silencio por un buen rato.

-Veo que las cosas han cambiado desde la última vez que estuve aquí- pronunció ella mientras yo observaba los precarios dibujos que colgaban de las paredes.

-Así es- asentí y me senté en la cama observando como ella miraba aquel paisaje. Me daba la espalda y en ese momento entendí que aún seguía sintiendo algo por esa mujer. No había logrado desprenderla completamente de mi alma y eso se hacía sentir.

-¿Como llegaste a ésto?- preguntó dándose la vuelta para por fin mirarme.

-¿A ser comandante?- pregunté y ella asintió- Las cosas cambiaron aquí Clarke, con el regreso de Lexa y la pérdida de su espíritu la gente comenzó a desesperarse ¿sabes? La nación del fuego amenazaba con comenzar una guerra y simplemente un día la puerta de la habitación se abrió y Regina me dio la noticia de que debía dirigir a toda una nación.

-¿Y como te sientes con eso?

-¿Como me siento con eso?- pregunté confundida poniéndome de pie y acercándome a ella- Me conoces, Clarke. Sabes como soy, sabes que detesto ver morir a la gente. Imagina como me siento cada vez que alguien muere por mis malas decisiones o porque creen que deben morir por mi.

-Creí que ser comandante se trataba de eso, Saskia- pronunció cruzándose de brazos.

-Claro que se trata de eso, Clarke. Desgraciadamente es así, la diferencia es que yo no nací para hacerlo, no lo soporto, yo no soy como Lexa.