Anhelo

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Clarke

Abrí los ojos y contemplé el rostro de Saskia solo a escasos centímetros de mi. Estaba tan confundida que deseé que el sueño se apoderase de mi otra vez. Cerré los ojos y sentí que ese no era mi lugar, estaba volviendo a cometer los mismos errores una y otra vez y lo peor de todo era que solo pensaba en mi y no en los demás. Volver a Polis, más exactamente volver a los brazos de Saskia era algo que jamás hubiera pensado hacer en estos últimos días, mi cabeza estaba completamente pendiente de Lexa y de todas las situaciones que aún debíamos solucionar. 

-Debo irme- pronuncié mientras me incorporaba en la cama.

-¿Esta todo bien?-preguntó ella no demasiado despierta aún.

-Saskia- susurré y me di la vuelta para mirarla a los ojos- No debí venir- agregué.

-¿Por qué lo hiciste?- dijo ya lo suficientemente despierta como para levantarse de prisa.

-Creí que...

-Clarke- exclamó- Sería bueno que ordenes tus pensamientos antes de desordenar los de los demás.

-Lo sé, no te culpo.

-No juegues conmigo, Clarke- me dijo acercándose.

-No lo hago, de verás- negué con la cabeza.

-Lo hiciste en su momento y lo estas haciendo ahora- pronunció caminando a mi lado y apoyándose en la ventana de la habitación.- Escucha, Clarke- suspiró- Sé que las cosas entre tu y Lexa no están nada bien, pero eso no te da derecho a correr hacia mi cada vez que las cosas se pongan un poco mal.

-Saskia...-volví a negar.

-Está bien, en serio. Lo supe desde el primer momento, jamás creí que lo nuestro llegaría a algo.

-¿Por qué?- pregunté dudosa, sin entender a que se refería.

-Porque el amor que sientes por Lexa no es de esos que se olvidan de un día para otro.

Crucé la entrada de Polis harta de seguir siendo la misma cabeza dura de siempre, estaba en mi, era innato y en ese momento fue consciente de ello. No sabía que demonios había pasado por mi cabeza para besar a Saskia, ni siquiera para volver a ese lugar. 


Lexa


"Sé que jamás leerás ésto y tal vez nunca me atreva a decírtelo mirándote a los ojos, aunque verdaderamente la pregunta es si volveré a verte. Te culpé por cada lágrima derramada, te culpé por haberme dejado ir, te culpé por encontrarme sola y lo peor es que te culpé por mi indiferencia, sabiendo que la única culpable era yo. Al principio creí que la gente no podía cambiar de la noche a la mañana, o que, simplemente no podía olvidar a quienes amaron, pero me equivoqué. La gente cambia de la noche a la mañana. Yo lo hice. Tú lo hiciste. Y no te culpo. Hoy es uno de esos días en los cuales me levanto extrañándote. Y no sé por qué. No sé por qué te extraño tanto . Tal vez te extraño porque no me diste una razón para olvidarte y si mil para recordarte. No sé si extraño tus abrazos o que alguien me abrace. No sé si extraño tus besos o que alguien me bese. No sé si extraño sentirme segura en tus brazos o si extraño sentir seguridad en cada uno de mis actos. Pero al final del día, cuando me voy a dormir me doy cuenta que te extraño a ti. Extraño tus palabras antes de irme a dormir e incluso antes de despertar. Son tus besos los que extraño y aquellos abrazos que me generaban una paz indescriptible. Me dijiste adiós demasiado temprano. Me dijiste adiós cuando yo estaba comenzando a quererte. Me dijiste adiós cuando todo parecía estar bien. Extraño lo que fuimos aunque no hayamos sido nada. Hoy te extraño al despertar e incluso antes de estar despierta."

Otra vez cerré el libro que me mantenía distante de todos mis sentimientos, de todas formas esa mañana fue diferente. Podía sentir en carne propia cada palabra allí escrita, las sentía fluir por mi sangre y hasta incluso lograron humedecer mis ojos. La realidad era que así me sentía yo, sin ella. La extrañaba aún teniéndola enfrente, mirándola a los ojos, a la distancia o incluso a centímetros. Entonces, de esa manera me preguntaba que tan difícil había resultado todo para ella durante el tiempo que no estuve presente. Los días que me lloró, los abrazos que deseaba recibir, los besos que creía jamas volver a sentir, la necesidad de contacto, de tenerme con ella. A veces la culpaba por ser tan dura conmigo pero era cierto que la vida la había vuelto así, dura.

La puerta de la habitación se abrió y la rubia de ojos claros apareció delante de mi. Aquella chica que hacía días no me dirigía la palabra, que ni siquiera cruzaba su mirada con la mía por accidente, la inquieta, impulsiva y hermosa Clarke. Sus ojos rojos me confirmaron que había estado llorando, realmente no la había visto en toda la mañana y ya me resultaba raro, pero conociéndola sabía que podría estar en cualquier parte. 

-Clarke ¿está todo bien?- pregunté mientras la chica colocaba sus brazos en la cintura y suspiraba. Sus ojos se enfocaron en los míos por algunos segundos y para cuando tomé consciencia de la situación sus labios estaban sobre mi boca.  Comenzó a besarme desesperadamente como si hubiera estado anhelando eso por largo tiempo. Me recostó sobre la cama y se colocó arriba mio sin ni siquiera separar su boca. Las manos de Clarke se desplazaban por todo mi cuerpo haciendo que el mio reaccionara ante tales estímulos. Por un momento creí que sería mejor detenerla y hablar, pero la deseaba demasiado como para apartarla de mi. Sus manos heladas se metieron por adentro de mi remera mientras yo besaba su cuello. Empezó a desprender mis pantalones y yo hice lo mismo con los suyos. Cuando su mano me rozó comprendí que también la extrañaba de esa forma. Extrañaba sentirla dentro de mi, como lograba enloquecerme con cualquier movimiento, como su boca se unía con la mía y como mi cuerpo reaccionaba ante ella. 


Sil

No me maten por estar un año sin subir capítulo. Los quiero♥ Dejen sus comentarios!!

AND WE MEET AGAIN - CLEXA (Lexa y Clarke) EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora