I can hear the sad memories, still haunting me.

Capítulo 32.

—No es tan fácil...— Aclaré algo pensativo. Liam me miró sorprendido. Como... si no pudiera creer que dije eso.

—¡¿Qué no es fácil?! — Cuestionó riendo levemente— Zayn, tú no amas a Perrie .Y eso, lo sabes, sabes a quién amas, pero no decís ni haces nada—Dijo con seguridad. — ¡Jugatela por quién realmente amas! No por la segunda opción.

—¡Perrie no es la segunda opción! — Dije sumamente frustrado.

—Yo nunca dije que ella sea la segunda opción — Dijo él mirándome divertido. ¿Qué le divertía? Seguramente, que después de muchos meses me di cuenta que la amaba. Irónico, ¿No?— Tú sólo estás aceptando a quién amas y quién es la segunda opción. ¡Acéptalo! Aún no puedes olvidarla… y lo sabes.— No sabía que decirle. Tenía tanta razón. Soy un idiota.

— Sólo piénsalo... —Liam me dio una suave palmada en el hombro derecho, antes de irse, y pronunció:— Suerte, verás que todo se solucionará. —- Y se marchó. Bien, acá estoy solo, todos se fueron. Es algo obvio, no podía pedirle a Flor que se quede, después de lo que le dijo Perrie. ¿Por qué no la defendí? Soy un idiota. Espero que ella lo entienda... Caminé hasta una plaza, la cuál estaba cerca de dónde estábamos y me senté en el suelo, debajo de un árbol.

—¿Pensando?—Una voz me interrumpió de mis más profundos pensamientos. No pude evitar sonreír tontamente al darme cuenta a quién le pertenecía la misma.

—Algo así…—Dije frunciendo el ceño. Aún seguía algo confundido. Pude percibir como se sentaba a mi lado— ¿Cómo estás, Lu? — Cuestioné, mirándola. Estaba algo seria. Me preocupaba eso.

—No creo que bien… Por lo menos, sobrevivo— Dijo ella dejando escapar una risita irónica de sus labios — ¿Vos?

— ¿Sucedió algo? — Cuestioné preocupado.

—¿Vos cómo estás?—Dijo ella esquivando mi pregunta. ¡Detestaba que haga eso!

— No me importa cómo esté. Me importa como te sientas vos. Vamos, dime que sucedió.

— Discutí con Joe…—Dijo cortante. Capaz esperaba que me riera o me burlará de ello, ya que cerró sus ojos con fuerza. Oh, por ese idiota estaba mal.

— ¿Qué te hizo ese idiota?— Dije intentando calmar las ganas de ir a la casa de él y romperle la cara, literalmente.

—Él… Me engaño, con la misma chica de la otra vez. — Su voz se quebró. No...— ¿Recuerdas que te conté?— Dijo muy triste. Llevé mis brazos a su cintura, para así abrazarla fuertemente e hice que escondiera su cabeza sobre mi pecho

— Todo estará bien, él es un idiota, que no te supo valorar—La apegue más a mi. Realmente necesitaba uno de sus abrazos. No sé si ella necesitaba más un abrazo o yo. Estúpido Liam, tenía razón. Aún la amaba.— Él, simplemente, no te merece y tú no mereces estar mal por él.— Pronuncié con mucha seguridad.

—Es que… Cuando volví con él, me prometió que nunca más me engañaría, nunca más me lastimaría y rompió la promesa—Susurró. Se veía tan vulnerable, insegura.— En cualquier momento, llegará y no sé que hará… Me perseguía, ya que no me lo tome de la mejor manera…. Pero dime: ¿Quién se tomaría bien esa noticia? Nadie. —Concluyó, desviando su mirada al suelo. Acerqué levemente mi rostro al suyo, y llené de besos su mejilla.

— Tú no te preocupes por nada ¿Entendido? Yo siempre estaré para ti…—Sonreí haciéndole cosquillas, provocando que ella riera. Amaba verla feliz o más bien, ahora está aparentando que lo esta. Pero haría cualquier cosa, tan sólo con verla sonreír, otra vez.