Gustosa violación

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- ¿Eh? - dije al no comprender, el cachorro comenzó a atar mis manos a la cabecera de la cama - ¿Q-Que haces?
- El efecto de la droga no tardará en desaparecer y no quiero que te resistas cuando te haga mío - dijo el cachorro ajustando las ataduras.
- ¡¿Que harás qué?! - dije comenzando a forcejear - ¡Déjame ir!
- Ni loco - dijo el cachorro acariciando mi mejilla - No desperdiciare la oportunidad de hacerte mío... - dijo acariciando mi pecho - tu relájate, te haré sentir bien muy pronto.
¿Relajarme?¡¿Relajarme?!¡¿Como quiere que me relaje si esta a punto de violarme?! Este niño esta loco si creé que voy a quedarme quieto solo porqué el lo dice.
- ¡Quítame las manos de encima! - dije totalmente furioso.
- Que rudo... creó que deberé domarte - dijo el cachorro relamiéndose los labios.
Este no es el cachorro que yo conozco, este es astuto y... malvado. Un escalofrió me recorrió la espalda cuándo comenzó a besar y morder mi cuello.
- D-Detente... p-pervertido - dije tratando de evitar soltar algún gemido.
- No puedes resistirte a mi - dijo bajando hasta mi pecho, pellizcando y mordiendo mis pezones - Pronto pedirás que te de más y más.
- N-No... p-para - dije sintiendo que mi calor corporal aumentaba.
Esto no me gusta, cada vez que sus manos se pasean por mi cuerpo deja un rastro que hace que mi cuerpo arda, estoy... cediendo. Me excito, no puedo evitarlo, el cachorro sabe donde tocar.
- ¡D-Detente! - dije al sentir su dedo en mi entrada.
- Eres muy... estrecho - dijo el cachorro ignorando mi queja.
Comenzó con uno y luego de un rato metió otro, sentía tanto éxtasis y solo eran sus dedos. Cuando los saco me sentí vació y solté un gruñido.
- Estas muy impaciente... - dijo sacando a la luz su miembro, es mas grande de lo que pensaba - déjame complacerte - dijo metiendo su miembro de una sola estocada.
- ¡AAAHHH! - gemí ante la inesperada intromisión.
- Apretado... me gusta - dijo relamiéndose los labios.
El cachorro no tardó en embestirme con una fuerza sobrehumana, lo más raro de todo es que no sentía dolor, solo placer recorriendo cada parte de mi cuerpo.
- Ahh... ahh... m-me vengo - dije sintiendo el cosquilleo en mi vientre.
- Y-Yo también - dijo el cachorro acelerando sus movimientos.
Poco tiempo después, el éxtasis llego y ambos nos vinimos al mismo tiempo. Esto me destrozo el cuerpo pero lo que dijo después me destrozo el alma.
- Que conste que esto no significó nada.
Continuara...

Leo entre lineasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora