All you had to do was stay.

6to.

Salí de la casa con la respiración muy pesada, estaba temblando del nervio, pero no le di importancia, mi mama en cualquier momento salía y si me veía ahí se iba a enojar mas y podría empezar a preguntar si algo me pasaba, antes de irme había lavado las sabanas con papel y jabón y las talle hasta no mas poder no se quito del todo pero mi sobrecama era oscura así que no se notaba del todo y como la cambie de lado estaba segura de que pensaría que era porque me había bajado en la noche y no me había dado cuenta, camine tranquilamente hasta la banqueta y cruce, lucia  vivía en la casa que quedaba enfrente de la mía, toqué la puertas unas dos veces y salió Natalia, la mama de Lucia, era una señora un poco baja y morena  pero muy tierna, siempre te sacaba platica, mi mama y ella al igual que lucia y yo eran muy buenas amigas.

-Hola cariño ¿Cómo has estado?Estas muy flaca-dijo sonriéndome

-Hola, bien, muy bien ¿usted?-mientras le contestaba ponía la mochila en el piso. "Muy flaca" decidí ignorar.

-Ya sabes cansada, me dijo mi hija que tenia que llegar temprano, no se por que no ha bajado, deja la voy a buscar, no tardo, dame un minuto.- termino de decir eso y se volteo hacia las escaleras.

Por alguna extraña razón hoy tenia un presentimiento, no sabia si era malo o bueno o los dos.

Decidí mirarme al espejo y ver un poco de mi desastre ahora que recordaba no me había peinado, había uno alado de mi así que solo me voltee y vi que mis cabellos salían, solo me había hecho un chongo, como pude me peine con mis dedos y me hice lo mas parecido a una coleta. Estaba pensando en que le faltaba algo cuando recordé que en mi mochila tenia un moño así que me lo puse, y no me veía bien  pero si mejor que antes.

¿Cómo puedo ir así a la escuela? Mi mama tenia razón, eso ya lo sabia pero normalmente no veía en el espejo antes de ir a la escuela, solo me veía cuando regresaba, y ahí me encontraba yo con unas ojeras grandes, mi cabello todo esponjado y despeinado, mi frente con un granito, y prefería pensar que había llegado mejor.

El espejo era de cuerpo completo, de frente se me veía delgada, pero si me ponía de lado se veía que todo era como la ropa interior con relleno, lindo y gustoso hasta que lo saques. 

Lucia ya baja, rogaba, no quería seguir teniendo que verme.

Y en eso la vi, bajaba con un montan de cosas, una cartulina, su desayuno, su peine, y quien sabe que mas.

-Hola.- le dije sonriendo-¿te ayudo?

-No, gracias Miranda, de verdad.- siempre se hacia la que podía sola.

-¿Nos vamos?-dijo su mama

-Claro-respondimos las dos al mismo tiempo, eso nos hizo reír

El camino hacia la escuela fue muy callado, demasiado, a diferencia de otros días tan siquiera nos decíamos cualquier cosa con tal de hacer la ida a la escuela mejor, pero hoy nada.

Ojala luego hablemos de eso.

Una esquina antes de llegar mi estomago se empezó a revolver, tenia ganas de vomitar, siempre me pasaba eso, antes de llegar a la escuela.

Odiaba la escuela y hoy llegamos 30 minutos antes antes, ni idea de por que, era muy extraño ya que normalmente yo siempre llegaba un minuto antes de que las clases empiezan.

-Listo, que les vaya bien-dijo la mama, y yo solo hice un gesto con la cabeza y le dije adiós con la mano sonriendo  creo que Lucia no dijo nada, la verdad no se en ese momento me jalo del brazo y yo hice una mueca de dolor. Justo en el brazo de mi cortada,¿es un chiste?

-Te tengo que contar algo-me dijo mirándome a los ojos.

Que bueno que no se dio cuenta de mi brazo o de mi mueca.

-Claro dime ¿bueno o malo?- me la quede viendo con una sonrisa como si en realidad no me importara la respuesta

-Bueno- hizo una pausa mientra lo dudaba-, la verdad es que no se como lo tomes. Es sobre ti

¿Sobre mi? Mis nervios subieron a mi garganta y las ganas de vomitar aparecieron de nuevo al segundo.

¿Y ahora que habré hecho malo que todo mundo lo recuerde?

No quería escuchar, no me importaba.