Miércoles 26 de octubre, 9:00 p.m.
-Haber ¿quién toca?, creo que era un chico.
Caminé sin sospechas buscando a un chico para mi macabro juego.
-Fantástico ahí está uno.
Parecía estar sentado en el piso y llorando, me acerqué a él.
-Mariconazo - susurré.
Después le di una patada en el cráneo, la cual lo dejó satisfactoriamente inconsciente.
Hecho esto, lo arrastré hasta una camioneta, la cual robé, y luego me fui directo a el escondite.
-¡Ya llegué muchachos!
Entré con el muchacho cargado como su fuese un perro muerto y lo llevé a su respectiva habitación.
Como cada puerta de cada habitación tiene una rejilla para poder ver cuando llego y cuando me voy, me vieron con el muchacho entrando a otra habitación.
-Pobre chico- miró con tristeza Flavia.
-¿Estará muerto?- preguntó Juliana aterrada.
-No creo, porqué él necesitaría un muchacho muerto, si lo que quiere es hacer un juego homicida- respondió Diego.
Entré a la habitación y tiré al muchacho sobre un charco de agua.
Comenzó a medio despertar el chico.
-Anda, levántate.
-5 minutos más, mami.
-Que te levantes pendejo.
-Tú no eres mi mami.
-No me di cuenta. Dime tu nombre.
-Cristobal, ¿y el tuyo?
-Es un secreto.
-¿Y qué se supone que hago aquí?
-Digamos que es un juego, pero no como los juegos que conoces.
-Osea...- dijo Cristobal sin entender.
-Que soy un asesino serial pendejo, y voy a reunir a 20 personas en total para que participen en mi juego.
-¿Así como un juego de ajedrez?- me miró serio.
-Exacto, ahora debo dejarte, cerraré la puerta con candado y te traeré comida una vez al día, tienes unos amigos para poder platicar si deseas, hasta pronto.
Cristobal estaba normal, no se quejaba, no me insultaba, eso era bien raro.
-¿Y cómo han estado?- intentó socializar Cristobal.
-¿Cómo puedes estar tranquilo en un momento como este?- reclamó Juliana.
-Porque a mi la vida ya me vale verga, mi novia terminó conmigo y encima no tengo dinero ni familia.
-Ohhh que triste...
-Si porque...
-Estaba siendo sarcástico idiota- se burló Diego.
-Ya, tranquilos, que así no vamos a resolver nada- intentó interferir Flavia.
-Una pregunta Cristobal- intentó hablar Diego.
-Dime
-¿Tu novia te dejó porque no tenías dinero?
-Ese es un problema personal.
-Jaja.
-Basta Diego, no sé porqué eres tan... tan...- se quejó Flavia.
-Tan que.
-Tan pendejo.
-Ya, mejor ya durmamos para que mañana estemos bien y podamos platicar más- habló Juliana.
-Hasta mañana.
-Hasta mañana.
-Hasta mañana.
*****
Jueves 27 de octubre, 1:22 p.m.-¡He vuelto! Y he traído sus alimentos.
-Ya era hora- dijo Diego hambriento.
-Ahora que ya tienen sus almuerzos, me debo retirar, que tengo muchas cosas que hacer.
-¿Qué cosas?
-No te incumbe, hasta pronto, ah si y no se olviden que mañana traigo a una compañera esta vez.
Salí de la habitación y los dejé platicando.
-Ahora sí podemos hablar con calma- dijo Juliana.
-Me pregunto que será de mi novio- suspiró Flavia.
-¿Tie...tienes novio?- dijo entrecortado Diego.
-Si.
-¿Y cómo se llama?- preguntó Cristobal.
-Bruno, se llama Bruno.
-Pendejo - susurró Diego.
-¿Qué dijiste Diego?
-Nada, nada.
-¿Y tú Juliana? No hablas mucho que digamos- intentó hablar con Juliana.
-Yo no soy mucho de meterme en asuntos de los que luego no puedo salir.
-Ah, yo también soy más o menos así.
-Miren la hora del reloj de en frente de nuestras habitaciones, ya son las 00:00 a.m. deberíamos dormir, recuerden que mañana entra otra chica- nos mandó a dormir Flavia.
*****
Viernes 28 de octubre, 6:00 p.m.Antes de salir a buscar a la nueva participante, les dije algo a los demás.
-Buenas chicos- dije entrando.
-¿Qué quieres?- intentó provocarme Diego.
-Solo quería ver si no se habían olvidado que hoy ingresa su nueva compañera de Juego.
-Pero no nos olvidamos, cómo podríamos olvidarnos de eso- dijo Diego.
-Encima que no tenemos nada más que hacer aquí, solo pensar en lo jodido que eres- aumentó Cristobal.
-Gracias. ¿Y tú Juliana?
-...
-¿Juliana?
Me fijé por la ventanilla y grande fue mi sorpresa, que Juliana estaba tirada en el piso, le gritaba pero no respondía, abrí la puerta para poder ver si estaba muerta.
Abrí la puerta y me acerqué a Juliana, pero ella en un impulso se encimó sobre mí.
-¡Maldita perra!
-¡Vamos Juliana! ¡tú puedes!- gritó Cristobal alentando a Juliana.
Me agarró por el cuello, no podía liberarme... así que de mi bolsillo... saqué una navaja.
-¡Juliana!- gritó aterrado Cristobal.
ESTÁS LEYENDO
Asesino Serial | Comienza El Juego ©
Horror¿Qué dirían si un asesino serial los estuviera buscando? ¿Y si los encuentra? ¿Y si los tortura? Todos tienen miedo a ese fin, pero a Ronald no le importa nada de eso, así lo conocen todos, Ronald, no tiene a apellidos ni mucho menos familia. ...