-Verás Juliana, la verdad parezco muy joven pero ya estoy terminando la universidad, y estudié informática, y como todo informático tengo mi dispositivo de repuesto, si me dicen el nombre de él puedo sacar información, y luego mandarla a algunos contactos...- explicó David.
-Entiendo...- mintió Juliana.
-No entendiste ni una sola palabra que dije ¿no?
-Eh... no
Se comenzaron a reír pero se dieron cuenta de la hora que era, así que se fueron a dormir para luego continuar su conversación en la mañana.
Martes 8 de Noviembre 9:00 a.m.
Entré a dejar los alimentos pero Juliana y David estaban dormidos, se habían quedado hasta tarde conversando seguro, pero ese no era mi problema, yo solamente iba a dejar la comida y luego me retiraba.
-¡Hey!- gritó Diego.
-¿Qué sucede Diego?- pregunté al voltearme.
-Dijiste que nos ibas a soltar el Lunes, y ya es Martes, no creas que no me di cuenta.
-Es cierto, a mi también me tienes que soltar, y creo que también tienes que soltar a Lua- añadió Cristobal.
-Bien, tendré que cumplir mi promesa.
Los desaté y luego le di la comida a Lua, pero después no deje que me volvieran a interrumpir y salí rápidamente de la habitación.
-¿Saben? hace tiempo que Lourdes no habla de nuevo.
-¿Quién es Lourdes?- preguntó David.
-Soy yo, solamente he estado pensativa todo este tiempo.
-¿Sabes? yo también soy así... me gusta pensar, meditar.
-¿Enserio? Pensé que era la única que lo hacía.
-David, no me terminaste de contar toda tu historia...- Juliana interrumpió al parecer intencionalmente.
-Ah sí, perdón... bueno, como te decía, necesito solamente su nombre, así podré rastrear toda su información y podré...
En ese momento entré a la habitación furioso con un arma en la mano, luego entré a la habitación de David.
-Dame ese dispositivo David- le dije apuntándole con un arma.
-¿De qué me estás hablando?
-No soy estúpido, ¿tú crees que me ibas a ver la cara de pendejo?, ahora dame el puto celular o dispositivo que tengas.
-Ten- me entregó lo que el dispositivo.
-Bien, ahora no quiero enterarme de algo nuevamente, si lo hago... no te salvarás la próxima.
Antes de salir de la habitación agarré el artefacto de David y se lo mostré.
-Esto... no lo volverás a ver nunca más...- luego de eso lo tiré al piso y lo aplasté.
Luego recurrí a salir de la habitación con los restos del artefacto.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?, ya no tienes nada para poder descubrir información.
-Ten- David le susurró a Juliana, mientras le pasaba una nota por un pequeño agujero que había en la pared.
-¿Qué es esto?- susurró Juliana.
-Léelo.
"No debo decir esto en voz alta, pero tengo otro, yo sé que él nos está vigilando, en especial a mi, pero por eso te estoy hablando por medio de esta pequeña nota"
-¿De dónde sacaste papel para poder escribir esta nota?- susurró nuevamente Juliana.
-Tengo un pequeño diario de notas que me regaló mi abuelo.
-Vamos a dormir, que ya es tarde, y mañana va recoger a una mujer.
-Sigo sin entender porqué lo hace pero no hay remedio, recuerda que debes averiguar el nombre.
-Será difícil pero lo intentaré.
Miércoles 9 de Noviembre, 11:00 p.m.
Salí en busca de la nueva participante y compañera, aunque se me estaba haciendo un poco tarde.
-Puf, encima que sigo pensando si David podrá conocer la información, aunque... no... no creo, mejor me concentro en buscar a la nueva.
Pasé unos 30 minutos buscando, aunque no encontraba a nadie, no volaba ni una sola mosca, de repente se me vino a la mente el noticiario que informaba de la desaparición de dichos jóvenes, a lo que pensé que los demás tomaron precauciones y no salían tarde.
-Al fin una.
Me acerqué y ella estaba ahí, con su iPad, no sabía exactamente qué estaba haciendo pero poco me importaba, simplemente debía noquearla, subirla al coche, saber su nombre y luego dejarla con sus compañeros de juego.
-Welcome- susurré al recordar que era gringo.
Le presioné el cuello con tanta fuerza que cayó desmayada... la coloqué en el coche y nos fuimos directo a su habitación.
-Despierta de una vez.
-¿Quién eres?
-Poco te incumbe, ahora dime tu nombre.
-Poco te incumbe- respondió de vuelta.
-No te conviene que me hables de esa forma.
-¿Porqué?
-Porque... No, no caeré en ese truco, dime tu puto nombre o verás- saqué una pistola del bolsillo de atrás.
-Estefania- dijo asustada.
-Bien, espero ahora que no me causes más problemas, no sabes lo que me costó encontrar a alguien, te dejo para que tus compañeros te expliquen qué sucede aquí.
Cerré la puerta y salí de la habitación cansado.
-¡Hola! soy Estefania, ¿y ustedes?
Nadie respondió, todos estaban dormidos, así que ella no tuvo más remedio que dormir también, esperando la respuesta de alguno de sus supuestos compañeros.
ESTÁS LEYENDO
Asesino Serial | Comienza El Juego ©
Horror¿Qué dirían si un asesino serial los estuviera buscando? ¿Y si los encuentra? ¿Y si los tortura? Todos tienen miedo a ese fin, pero a Ronald no le importa nada de eso, así lo conocen todos, Ronald, no tiene a apellidos ni mucho menos familia. ...