Capítulo 5

103 7 0
                                    

-Diviértanse, hasta mañana.

Cerré la puerta y salí con una sonrisa de satisfacción y placer a la vez.

-¿Cuánto creen que tardará en surgir el efecto de el veneno que nos colocó?- dijo preocupada Flavia.

- No lo sé, pero ahora debemos esperar a que el efecto aparezca- dijo Cristobal.

-Mejor quedémonos despiertos toda la noche, así podremos ver a que hora aparece el efecto y en quien aparece- suspiró Lourdes. 

Domingo 30 de octubre, 4 a.m.

-Que raro, ya pasaron como 6 horas y nada, no aparece el efecto en ni uno, encima que ya comenzó a llegar el sueño- dijo Diego cerrando los ojos.

-Hay que aguantar Diego, si nos dormimos podríamos estar sufriendo mientras dormimos- dijo Cristobal bostezando.

-¿Y si tal vez... todo esto es un invento del asesino? Es decir, el inventó todo esto para que nos preocupáramos y así divertirse- bostezó Flavia.

-¡Ay!- gritó Juliana.

-A la verga, ya sabemos a quién le tocó el veneno en su alimento- cerró los ojos Diego.

-No es el veneno, es que estoy en mis días- gimió Juliana.

-Que puto asco joder- dijo con asco Diego.

-Me diste un susto de muerte Juliana- suspiró Cristobal.

-¿Lourdes? ¿te dormiste? ¡Lourdes!- gritó preocupada Flavia.

-Ah... ¿qué?... puff... me había dormido, no aguanté- despertó Lourdes.

-Queda entonces confirmado, todo era una mentira de mierd...- dijo Diego sin completar la frase.

-¿Diego?- preguntó Juliana.

-¡Buaj!- vomitó Diego.

-Ahora sí, que puto asco Diego- dijo Juliana.

-Ya enserio no mamen... ¡buaj!... no puedo dejar de... ¡buaj!... vomitar- no paraba Diego.

-Creo que el veneno se lo puso al que menos esperábamos- dijo Flavia.

-Oigan... ayer tenía que venir otro participante, ¿qué habrá sucedido?

En ese momento entré y pregunté.

-¿Ya descubrieron a quién le tocó el veneno?

-Hijo de... ¡buaj!- vomitaba demasiado Diego.

-Bien, ahora que ya lo saben debo explicar porqué no vino su compañero nuevo ayer, bueno lo que sucede es que ese era la recompensa, en vez de un participante ayer, decidí descansar un poco y ponerles este pequeño mini juego para que no estuvieran aburridos.

-Ah, ahora entiendo todo- dijo Flavia.

-Pero ahora debo ir, calma Diego, el efecto desaparecerá de aquí a unas seis horas, a ver, ¿qué hora es?... ah sí, son las dos de la tarde, es decir que a las ocho vas a estar bien para recibir a tu nuevo compañero de juego, hasta en la noche.

Cerré la puerta y dejé a Diego vomitando en abundancia.

-Puta... ¡buaj!... vida...-empezó a llorar Diego.

7:30 p.m.

-Bien, media hora antes de que el efecto del veneno desaparezca, es hora de ir a buscar su nuevo compañero para que llegue a las ocho.

Habían varias opciones, no sabía si ir a la escuela de dónde saqué a Lourdes o ir a otro lado, pero como solo fui a secuestrar una sola vez a la escuela entonces decidí ir otra vez.

-Ahí hay uno.

Me acerqué por detrás y lo iba a golpear pero lo esquivó y luego comenzó a querer golpearme.

-Bien, uno que se defiende.

-¿Qué quieres?- dijo el chico en forma de pelea.

-Después te cuento, dime tu nombre.

-Te lo digo, porque como te voy a matar ya no necesitarías saber mi nombre, me llamo Bruno.

-¿Bruno? ¿de por sí no conoces a una chica llamada Flavia?

-Es mi novia, está desaparecida, ¿cómo sabes su nombre?- dejo de estar en pose de pelea.

-Ahora está en un lugar secreto, tú irás con ella.

-¿¡Qué!?- se asombró.

Luego ni bien lo dejé hablar, le dí un golpe perfecto en el cuello, que lo aturdió y luego hizo que se desmayara.

-Este costó mucho.

Lo coloqué en el coche y me puse en marcha hacia donde estaban los demás.

En el escondite, 8:15 p.m.

-Llegué, y le tengo una sorpresa a Flavia.

-¿Sorpresa? ¿Para mí?- se asomó Flavia por la ventanilla.

-¿Lo reconoces?- dije sonriendo.

-¡Bruno! ¡despierta Bruno porfavor!- dijo llorando y gritando Flavia.

Lo llevé a su habitación y como era de pelea, le coloqué una esposa policial de una mano en una tubería que había ahí, para que intente nada contra mí.

-Despierta.

-Tú...- intentó acercase a mí.

-Sí... yo...

-Dime dónde está Flavia.

-¡Bruno!- gritó a lo lejos Flavia.

-¡Flavia!- respondió Bruno gritando también a lo lejos.

-Bueno bueno, ya tendrán tiempo para conversar, los dejo.

-¡Espera pendejo! ¡Maldito maricón!- gritó Bruno.

Cerré la puerta con una sonrisa, la cual fue causada por Bruno que me hizo mucha gracia con sus insultos pero estaba inmóvil.

-Flavia ¿estás bien?- dijo preocupado Bruno.

-Estoy bien, ¿y tú? ¿te golpeó?- dijo preocupada Flavia.

-Me golpeó pero desprevenido, pero no me duele- dijo suspirando.

-¿Ese es el tal Bruno no?- le dijo Diego a Cristobal susurrando.

-Sí, ese es- susurró Cristobal.

-¿Me vas a contar que está pasando aquí Flavia?

-Claro, pero es una larga historia- suspiró Flavia.

-Tengo tiempo, quiero oirla.




















Asesino Serial | Comienza El Juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora