Capítulo 4

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Con mi navaja le amputé la mano izquierda a Juliana, lo que provocó que retroceda y deje de ajustarme el cuello.

-Estúpida perra.

-¡Mi mano!

-Juliana, ¿estás bien?- preguntó estúpidamente Cristobal.

-¡Cómo crees que estoy!

-Claro, claro, lo siento.

-Ya Cristobal, déjate de mariconeras, ahora debo ir a recoger a su nueva compañera- advertí

-¡Espera! ¿qué va a suceder con mi mano?- dijo Juliana sangrando.

-Yo qué sé, ten, una toalla para que tu mano deje de ensuciar el piso. Adiós.

Cerré la puerta y esta vez me dirigí a otro lugar, porque ya era muy común que secuestrara en el parque, creo que estaban sospechando.

-Bien, ahora a dónde me voy.

Decidí ir a un colegio, ya que hay muchas muchachas que pasan clases de noche.

*****
9:15 p.m.

-Bueno, debe medir mas o menos 1.60 m., pero tiene culo al menos.

Como quería cambiar la técnica esta vez, een vez de golpear a la víctima, le inyectaría una sustancia concentrada y especial, y no, no era droga, la droga te hace feliz, esta sustancia te hace dormir por media hora.

-Dulces sueños.

Se lo inyecté y luego cayó desmayada al suelo. Directamente procedí a colocarla en el auto para luego llevarla a su habitación correspondiente.

*****
-Despierta.

-¿Ah? Tú no eres José Antonio.

-Que lista resultaste ser niña.

-¿Quién eres?

-Soy muy directo, soy un asesino serial, y estoy juntando a veinte personas para un juego que inventé yo, te daré comida una vez al día, y si intentas hacer algo, terminarás como esa chica que está al frente de tu habitación, bueno, te dejo para que converses con tus nuevos  compañeros. Ah si, dime, ¿cuál es tu nombre?

-Lourdes, mi nombre es Lourdes.

Cerré la puerta y salí de ahí antes de que recibiera algún regaño o insulto inútil de parte de Lourdes.

-Un gusto, soy Lourdes.

-Si, ya escuchamos tu redactada conversación con el loco- dijo Diego.

-Soy Cristobal- socializó Cristobal.

-¿Lourdes?

-¡Flavia!

-¿Se conocen?- dijo Diego confundido.

-Somos compañeras de curso.

-Ho...hola soy Ju...liana.

-¿Qué te sucede Juliana? Te noto un poco débil- preguntó Lourdes curiosa.

-El asesino le amputó la mano izquierda a Juliana.

-Así lo hizo.

-Pero... ¿porqué lo hizo? Eso es cruel.

-Es que Juliana...- quiso explicar Cristobal.

-Aún puedo hablar Cristobal.

-Lo siento.

-Es que me pasé de lista e intenté asesinarlo al demente.

-Pero luego se dio cuenta de que una simple chica no puede asesinar a un asesino serial- se burló Diego.

-Ya Diego, deja de hacerte el pichi.

-Mejor vamos a dormir, otro día se cautiverio nos espera mañana.

****
Mientras tanto...

-Veamos que hay en la televisión boliviana.

Se han registrado varios secuestros en base de adolescentes y un chico de dieciocho años, la familia ya ha puesto la denuncia correspondiente a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen. Estaremos atentos a este caso y si están enterados de algún paradero de alguno de estos adolescentes, les agradeceríamos que den la información correspondiente al número en pantalla.

-Bueno, ya se enteró la policía, ahora solo queda ver que intentan hacer por descubrirme.

****
Sábado 29 de octubre, 11:00 a.m.

-Bueeeen día, les traje su comida, y para que veas que no tengo resentimientos Juliana, te voy a seguir dando alimento, aunque no lo merezcas.

-Cómo sea.

-Bien, ya tienen su alimento, ahora me tendré que retirar, y no se olviden que mañana toca un varón, hasta mañana.

-Me pregunto cómo será el próximo en ingresar al juego- se preguntó Cristobal.

-Eso es lo de menos, debemos planear cómo vamos a matar a este sujeto.

-Juliana sigues con lo mismo... ¿no entiendes que no puedes asesinar a un asesino serial?

-Eso lo sé perfectamente Diego, por eso necesito la ayuda de todos lo que están aquí, y de todos los que estarán.

-Me pregunto cómo estaría Bruno.

-Yo creo que debe estar bien, ya que no está secuestrado con un asesino serial peligroso- se rió Diego.

-Diego, al menos disimula- dijo Cristobal

-¿Disimular qué? ¿ah? ¿ah?

-Bueno, bueno, cálmate, yo solo digo.

-¿Quién será el próximo que ingrese al juego?

-Deja de preguntar eso, estoy estresada y encima que me duele mi herida.

Entré en ese momento y di un aviso breve..

-Ah si, puse un poco de veneno en la comida de alguno de ustedes, no los matará pero los hará sufrir, diviértanse descubriéndolo- avisé

-¿¡Qué!?

-Lo que faltaba.

-Diviértanse, hasta mañana.













Asesino Serial | Comienza El Juego ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora