My cold mate.

CAPITULO DOS.

Dedicado a: diosadeegipto

Respire hondo,en un intento de relajar mis nervios.Lo cual se puede decir funcionó un poco;sentía mis manos húmedas a causa de el sudor en ellas y mi respiración comenzaba a agitarse un poco.

Hace un rato no hubiera pensado que sentiría estos nervios al ir caminando rumbo a la cima de la montaña en donde todos se transforman.

Papá,mamá y el Alpha venían conmigo.

Era algo realmente extraño que el alpha viniera,el nunca acude a las transformaciones,solo lo hace cuando le interesa el resultado.

Ni siquiera cuando su beta se transformo estuvo presente,¿Porque lo estaría ahora?.

Recordaré decirle a Cam que agregue esa pregunta a mi lista de preguntas de Male que jamás serán respondidas.

Una vez en la cima de la montaña,miré a mi padre con angustia en mis ojos,a lo que el sonrió y me dio un pequeño abrazo.

— Todo saldrá bien,pequeña.— suspire asintiendo.

Mire a mamá quien alzo ambos pulgares.

El Alpha me miro curioso,¿Tenía algo en la cara?.

Después de un pequeño movimiento de cabeza de su parte se acerco a mi.

— Ven aquí Malesse.— puso una mano en el centro de mi espalda y me dio un pequeño empujón para que caminara.

Camine,sintiendo su fría mano aún en mi espalda.

Una vez justo en el punto donde la luz de la luna me cubría completamente a mi,el retiro su mano y me vio a los ojos.

— Intenta no hacer mucho ruido al transformarte.— fue lo que dijo antes de alejarse.

¿¡En serio!?

Gruñi para mis interiores,mientras le daba la espalda a todos los que me acompañaban.

Pasaron cerca de cinco minutos,antes de que mi cuerpo comenzara a doler.

Escuche como mis propios huesos tronaban,cerré mis ojos asustada,tratando de olvidar por un momento el dolor que me causaba esto.

Escuché mi columna tronar,antes de abrir mis ojos y toparme con unas patas blancas.

¡Mate,mate!

Chillo una voz en mi interior.

¿A quién mato?¿A quién?.

Escuche un bufido en mi interior.

¡Busca a nuestro mate!

Respire hondo,solo para notar un aroma exquisito entrando a mis fosas nasales,un aroma a tierra húmeda y a pino.

Levante la vista,encontrándome con el alpha,mirándome con algo diferente en su mirada.

Oh mierda.

No,no,no,no.

¡Es el,nuestro mate!

Casi podía ver a mi loba bailando en mi mente, mientras yo solo quería huir.

¿¡El es mi mate!?

Si,soy yo.

Escuche esa voz tan profunda que pocas veces se escucha en la aldea.

Levante la vista nuevamente mirándolo de forma confusa.

El no se inmutaba,su rostro era de semblante frío, no había alguna expresión en el.

Decidí ignorarlo e ir caminando hasta donde estaban mis padres.

Ellos acariciaron mi cabeza con delicadeza a lo que mi loba de inmediato cedió, y bajo la cabeza.

— Anda,corre.— dijo papá.

Mi loba movió la cola antes de comenzar a correr.

Sentía el aire fresco pegando en mi rostro,sentía que nada podía detenerme en este momento.

A mi lado apareció un lobo imponente,negro de ojos grises.

Sentí como mi loba rompía el vinculo conmigo,por lo que frene.

Mire a el lobo,era mi alpha,o más bien,era mi mate.

Transformate.

Pidió el mirándome a los ojos.

¿¡Que!?¿¡Y estar frente a el,DESNUDA!?

Iré por mi ropa.

Rompí el vinculo y le di la espalda,para correr de vuelta a donde estaban mis padres.

Mi madre me tendió una pequeña mochila que había traído con lo necesario para mi,la tome con mi hocico y fui detrás de los arbustos.

El Alpha por ser de genes más poderosos,no sufría aquello de: Si te transformas se rasga tu ropa.

En el no pasaba eso.

Me transformé, sintiendo un poco de dolor,pero eso no importo.

Me vestí lo más rápido que pude y salí de mi pequeño escondite.No había nadie más que el alpha,quien,apenas pise una rama volteo a verme.

— ¿Mis padres?.— cuestione bajo.

El me miro.

— Les he dicho que se vallan,que hablaré contigo.— respondió con voz gruesa.

Ladee la cabeza esperando que comenzara a hablar, necesitaba regresar a casa y darme una ducha.

El miro al cielo y después a mi.

— No puedes ser mi delta.— demandó.

Alze la mirada,con mis ojos abiertos como platos.

— P-pero,¿Porque?.— junte mis cejas extrañada.

El me miro directo.

— Porqué serás mi luna.—