CAPITULO TREINTA.

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Una semana después.

— ¡Oye no!.— grito Nate.

Gruñí volviendo a estar en mi posición anterior.

— Nate...

— La doctora dijo que nada de cargar cosas pesadas,ni hacer corajes,ni pasarte de comida.— dijo quitándome la caja que hace unos segundos había levantado.

Lo mire con evidente molestia a lo que el tan solo me dio la espalda y camino con la caja a la nueva habitación.

Y bien,se deben estar preguntando,¿Que paso en esta semana?.

Pues bien.

Nate esta más sobre protector que nunca,no me deja cargar absolutamente nada,se pone histérico si no me encuentra y en más de una ocasión ha peleado conmigo por tonterías.

El embarazado parece el.

Escuche el timbre,a lo que mire a ambos lados,caminé y abrí la puerta.

Era Jocelyn,quien tenía a una chica tomada de la playera.

La pobre tenía una cara de susto exagerada,estaba muy delgada y pálida,su cabello era un desastre y ni hablar de el de Jocelyn.

— ¿Que diablos...?.

— Es una de otra manada,no se que hace aquí. — dijo Jocelyn.

Nate bajo y miro la escena riendo.

Lo mire curiosa,la chica hizo ahora una mala cara dirigida a Nate,a lo que yo hice lo mismo.

— ¿Me cuentas que es tan gracioso?.— pregunte.

Nate dejo de reír y se acerco a mi oído.

— Jocelyn parece mapache.— susurró.

Como si ella no pudiera escucharla.

La note poner los ojos en blanco molesta a lo que reí fuerte.

— ¿Y tu quien eres?.— pregunte al unisono con Nate.

La chica hizo una pequeña mueca.

Miro a ambos lados,su respiración era agitada;estaba asustada.

— Vamos a el despacho;Jocelyn sueltala.— demandó Nate.

Camine junto a Nate,quien conducía a la chica a el despacho,ella tan solo caminaba y miraba a todos lados.

Cuando llegamos se sentó a lo que me senté a su lado.

— ¿Estas bien?.— pregunté.

Ella negó con la cabeza.

— Llevo tres días corriendo sin parar,mis pies están matándome.— dijo con voz ronca.— Y muero de hambre.

Me puse de pie y me asome al pasillo,al ver a una omega de limpieza la llame.

— ¿Puedes traerme un plato de comida?.— cuestione.

— Claro que si.

Volví a entrar y me senté donde mismo.

— ¿Porqué corrías?. — preguntó Nate.

— Estaba huyendo de...— nos miro curiosos.— Tan solo huía.

Mire a Nate,a lo que el solo seguía con la vista clavada en ella.

— ¿Como te llamas?.— pregunté.

— Peyton Evans.— respondió.

El plato de comida llego,a lo que se lo dí.

Ella comenzó a comer algo desesperada y después hablo.

— No se quien sea la rubia que parece mapache,pero es irritante.— declaró. — No sabía que este era su territorio,lo siento.

— No hay cuidado.

La alarma de Nate sonó.

— Male,hay que ir a el cónsul...

— Ahora me cambió. — interrumpí.— Escucha Peyton,llamare a una de mis amigas,te dará ropa y te dejara bañarte,después puedes regresar por donde viniste.

— Gracias.

Salí junto a Nate de el despacho,a lo que el beso mi frente.

— ¿Lista?.

— Lista.

(...)

Mire atenta el monitor.

La mujer sonrió y nos miro.

— Es una nena,una sana y muy grande.— volvió a mover el aparato en mi vientre.— Hay un feto,uno más, pero este esta creciendo demasiado lento a comparación de ella,dudó mucho que sobreviva el parto.

Mire curiosa,yo no veía nada.

Pero el solo pensar que había otro bebe y que probablemente moriría me hacía entristecer.

Mire a Nate,quien buscaba en la pantalla moviendo sus ojos por toda ella.

— Puedes ir a cambiarte.—me dijo sonriendo.

De inmediato me cambié.

Creó que ella noto nuestra tristeza, por lo que cuando ibamos saliendo dijo:

— Haré lo posible por salvarlo,se los juro.

Le Sonreí y salí de el lugar junto a Nate.

Ahora sabía que tendría una nena,había que pensar el nombre.

My cold mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora