My cold mate.

CAPITULO VEINTIDÓS.

De acuerdo,puedo jurar que me siento malditamente apenada.

¡Y Nate lleva más de media hora en el baño!

Cuando escucho la perilla de la puerta girarse,de inmediato cierro los ojos fingiendo estar dormida.

— Se que no estás dormida.— escucho su voz.

— Mierda.

Me incorporo en la cama y lo miro mientras camina por toda la habitación con tan sólo pantalones.

Dios,que sexy es este hombre.

Bajo de la cama y me aproximo al baño,cuando estoy por entrar escucho la voz de Nate.

— Fue el mejor despertar que he tenido.

Siento mi rostro arder y lo miro por sobre el hombro,notando una pequeña sonrisa en su rostro.

No digo nada y me meto al baño con rápidez.

(...)

— ¡Basta,basta!.— grito West.— Me rindo,ganan ustedes.

Todos gritamos.

Corro a las escaleras de la casa más cercana y me siento tomando agua desesperada.

Jugar con los niños era algo agotador,y más lo era el haber ido hasta el final de la aldea caminando.

Miro un par de pies postrarse frente a los mios,por lo cual levanto la vista.

Nate me alza ambas cejas y me extiende la mano;la tomo y me levanta quedando en su pecho.

— Hola Muñeca.— susurra.

— Hola.— susurro con una sonrisa.

Cam y West estan a nuestro lado,hablando de tonterías,como es normal.

Subo a dos escalones,quedando a la altura de Nate.

— Mira,soy más alta que tu.— digo pasando una mano por sobre su cabeza.

— No,estamos del mismo tamaño.— contraataca rozando nuestras narices.

Doy un pico en sus labios y escucho como Cam comienza a gritar.

— ¡Awwwwww!¡Que lindoooooos!.— grita aplaudiendo.

— ¿Que?¡No vi nada!.— grita West.— ¡Que pasoooo!.

— No,le digas.— pide Nate.

— No,no,no,no.— habla West.— Dímelo ahora.

— Cam,no lo hagas,es un camino largo de regreso.— suplico juntando mis manos.

Ella asiente dándole la espalda a West,mientras el camina detrás de ella,suplicando que le diga lo que vio.

Escucho la risa de Nate,lo miro con admiración a lo que el deja de reír.

— No,no,sigue riendo.— pido apoyando una mano en mi mentón.

El niega con su cabeza bajando la mirada.

¡Agh,está precioso!

Realmente no se como deseé que no fuera mi mate.