OLOR A FRESAS Y CHOCOLATE

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CAPITULO DEDICADO A Zeweels

Pansy Parkinson se marchó victoriosa de la cocina, con una tarta de melaza entre sus blanquecinas manos.

Con una pequeña cucharilla empezó a saborear el exquisito sabor de su tarta. Le había costado mucho conseguir ese manjar tan delicioso.

Los estúpidos elfos domésticos, que se encontraban en la cocina, la habían “acorralado” situándose alrededor de ella, hablando todos al mismo tiempo.

Su rostro formo una mueca de asco, en su importante opinión aun no concebía la idea que muchos de ellos eran libres, esas criaturas tan nefastas habían nacido para servir a los magos.

Mientras caminaba y comía al mismo tiempo, se llevó una mano a su cachete derecho, lo froto sintiendo un dolor imaginario. Recordó  la fuerte cachetada que su padre le propino semanas atrás al darle la “grandiosa” noticia que esperaba un bebe. Su padre le había lanzado un sinfín de insultos.

Su madre se había echado a llorar, dramáticamente, afirmando que era una vergüenza que fuera su hija.

Su padre la había llevado a empujones a su dormitorio, donde la encerró bajo llave.

<<Fueron horas de incertidumbre>> recordó Pansy pues no sabía qué ocurriría con ella y el hijo o hija que se estaba gestando en su interior, conociendo a sus padres eran capaces de matar, con un maleficio, al hijo que esperaba.

La puerta de Mármol se abrió y su madre entro a su dormitorio con un hombre viejo, canoso y regordete siguiéndola  por detrás.

—Recuéstese —ordeno el viejo regordete, abriendo su maletín de cuero café y extrayendo un cilindro de metal color negro de no más de 18 cm.

Pansy obedeció pensando lo peor, su cerebro empezó a maquinar posibles alternativas de huir.

El hombre, le subió el suéter dejando al descubierto su plano vientre,  situó el cilindro en el vientre de ella, poso una oreja por unos segundos.

—Está embarazada —afirmo —de dos meses —agrego con una sonrisita burlesca apartándose de Pansy.

Su madre se cubrió el rostro con ambas manos, emitiendo fuertes sollozos y palabras sin sentido como "que hice mal"

— ¿Qué es? —pregunto su padre desde la puerta, con ambos brazos cruzados sobre su amplio pecho.

—es un...

—no lo diga, una niña ¿cierto? —Lo interrumpió el señor Parkinson ladeando la cabeza de un lado a otro —quiero que arranque a esa bastarda de las entrañas de mi irresponsable hija —ordeno con su estridente voz.

—No… no por favor —rogo Pansy con lágrimas acumuladas en sus ojos, llevando automáticamente una mano a su vientre.

—señor Parkinson sino me hubiera interrumpido sabría que su afirmación esta errada — dejo escapar un suspiro de frustración —es un varón   —informo de mala gana guardando su cilindro dentro de su maletín —y si enserio desea deshacerse de la criatura venga mañana a mi oficina —dijo abandonando el dormitorio.

—un varón  —hablo para sí mismo su  padre, después de unos minutos de incomodo silencio —un niño —sus resecos labios formaron una maliciosa sonrisa.

Levanto la cabeza para observar mejor a su hija.

—por fin hiciste algo bien Pansy —le dedico una sonrisa tan grande que dejo al descubierto sus blanquecinos dientes.

— ¿Quién es el padre? —pregunto su madre secándose, con un pañuelo blanco, una lagrima.

—Es sangre pura  —mintió Pansy descaradamente ya sabiendo lo que deseaba oír su padre.

Embarazada de Draco Malfoy《EN EDICIÓN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora