Embarazada de Draco Malfoy《EN EDICIÓN》

LA CRUDA REALIDAD

Nota:

Soy la peor lo se, no he actualizado en mucho mucho tiempo y no tengo excusa para eso bueno si la tengo pero no quiero abrumarlas con mis problemas.

No volverá a pasar, estoy como a 3 capítulos de darle fin a este fanfic que en mi opinión lo alargue demasiado.

Siento decirles que este capitulo esta lleno de errores, me falta editarlo, lo editaré en estos dias.

Este capitulo esta especialmente dedicado a todas las que lo siguen leyendo pero mas en especial para:

KarimeAlcudiaR quien ha estado esperando este capitulo con ansias
Las AMO chicas...

Apoyada en el marco de la gruesa puerta de madera, en silencio, Pansy observo como Goyle, con el maleficio Cruciatus, torturaba sadicamente a una niña de segundo año perteneciente a la casa de Gryffindor.

Gruesas lagrimas caían de los ojos de la pequeña y sus dientes castañeaban fuertemente.

Pansy desvío la mirada de esa escena tan cruel, dejo escapar un débil suspiro.

Se sintio impotente por no poder impedir que el deserebrado de Goyle torture a esa niña pecosa.

A grandes zancadas, se alejo de la puerta de la sala de castigos.

Estaba segura que reportarian su inastinsencia a su profesor de artes oscuras.

Se encogio de hombros, le daba igual.

Empezo a vagabundear por los pasillos, con la vista puesta en el suelo.

Un nudo se formo en su garganta, tenia la sensacion de ardor, sus ojos comenzaron a picarle.

Queria llorar, tomo una fuerte vocanada de aire. No lloraria, no en ese momento, habian algunos alumnos merodeando por esos lugares. Pansy no permitiria que la vieran llorar. Para ella llorar delante de personas era un acto debil, de perdedores.

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—Es un varon —oyo la irritante y potente voz de su padre.

Pansy esbozo una sonrisa, su segundo bebe era un varón. Acababa de tener mellizos.

—Quiero a mi bebe —ordeno extendiendo sus manos.

Para la extrañesa de Pansy, la elfina domestica la ignoro y cuidadosamente deposito al bebe en los brazos del señor Parkinson.

Durantes algunos instantes su padre contemplo al bebe, fascinado por ese ser tan pequeño hasta que finalmente levanto la vista.

—Tiene unos ojos hermosos —afirmo con una mueca dibujada en sus labios.

Pansy acomodo su espalda contra el respaldo de su cama.

—Papá quiero a mi bebe —pidió débilmente.

—Es encantador —su padre deposito al bebe en los brazos de su esposa
—y es nuestro —expreso alegremente.

Un sudor frio comenzó a recorrer la frente de Pansy.

—Papá eso... —empezó a reclamar urgidamente.

—Tú... —la interrumpió el señor Parkinson señalandola con el dedo indice —Eres su hermana mayor el es tu hermanito.

Pansy frunció el entrecejo, acaso su padre había perdido la razón.

—Papá tu sabes que eso no es cierto
—respondió con tranquilidad —
Dame a mi hijo, por favor.

El señor parkinson levanto ambas cejas.