Embarazada de Draco Malfoy《EN EDICIÓN》

HOGWARTS

Nota:

Este capitulo es especialmente dedicado a todas las que leen este fanfic y comentan. Gracias por su apoyo.
Aprovecho esta ocasión para decirles que lo siento, no podre cumplir mi promesa de subir hoy el final. No es por justificarme pero la verdad es que no encuentro el final adecuado (PERFECTO) a parte que hay muchos vacíos en la historia que debo llenar. Pero si puedo asegurarles algo publicare mas seguido.

Draco observo por novena vez las letras escritas en la segunda hoja del “diario”.
                           HPMG

Al hacerlo recordó las palabras del ex viejo director antes de ser asesinado por Snape.

—te importan —afirmo Dumbledore.

—Usted que sabe —grito Draco al borde de un colapso nervioso.

Le apunto con su varita en el pecho  dispuesto a decir la maldición asesina.

—A mí no me engañas Draco —Dumbledore le dedico una sonrisa ¿amigable? —Está en tu baúl —susurro.

— ¿Qué cosa?

—eso que…

Los suaves golpes detrás de su puerta lo sacaron de su trance. Escondió “el diario” dentro de sus camisas de seda negra, correctamente planchadas y limpias, depositadas dentro de su baúl aun abierto.

—Adelante —dijo fríamente.

Su madre, Narcissa Malfoy antes Black ingreso a la alcoba de su hijo con su caminar erguido y aristócrata que la caracterizaba. Su cabello rubio iba amarrado en moño alto.

Narcissa poso una de sus suaves y perfectas manos en el hombro de su hijo  mientras este guardaba algunos de sus pantalones dentro del baúl.

—Hijo, a veces siento que me escondes algo —expreso, su madre,  afligida —pero por más que intento descifrar que es, no lo logro.

Draco giro la cabeza para ver los ojos azules de su madre.

Se sintió miserable por tener que esconderle algo tan importante. Antes que sucediera lo que sucedió con Granger, el confiaba plenamente en su ella. No existia secretos entre ellos dos.

—No sucede nada madre —mintió descaradamente —imaginaciones tuyas —desvió la mirada avergonzado.

Se apartó de su madre y de su enorme ropero de madera de caoba oscura extrajo su uniforme, su capa para guardarlas en su baúl.

Mañana iniciaría un nuevo año escolar en Hogwarts y Draco no se sentía para nada contento de tener que retornar a ese lugar. Después de lo sucedido con Dumbledore se había hecho a la idea que nunca más volvería a ese colegio pero su madre había insistido tanto que a Draco no le había quedado otra opción que regresar.

—Y mi padre —inquirió despreocupadamente.

Meses atrás, Lucius Malfoy había sido liberado de Azkaban junto a otros mortifagos. Desde entonces su padre ya no era el hombre arrogante, altivo de siempre, estaba sumido en una depresión ahogante por haber fallado en su misión y haber perdido todo su prestigio y terminado, él y su familia, en los puestos más bajos de los mortifagos.

—Él está…  —Un fuerte grito proveniente de la sala interrumpió a su madre —él está con…

—Esta es mi casa y no voy a permitir que me quites la autoridad dentro de ella —Draco oyó la furiosa  voz de su padre gritando.

—Cuida de tus palabras Lucius —advirtió una voz retorcida  —recuerda tu posición en estos momentos.

—Esta con tu tía Bella —dijo Narcissa finalmente.