Capítulo 14

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Fui a trabajar con esa voz tan molesta que desde hace unos días está a mi lado, no le he dicho a nadie ¿Quien me va a creer?.
Busqué su expediente y ahí vi la foto del hombre que me acompaña, efectivamente estaba muerto.
Matthew Howard, 26 años, dueño de una empresa que se dedica a comprar otras y revenderlas, prometido de Nadia Flowers, murió por un traumatismo el día 14 de Noviembre, fue enterrado al día siguiente, hijo único, benefactor de muchas casas dedicadas a rescatar animales, aunque también apoya a los jóvenes que muestran talento para los negocios.
- Era un millonario, y muy atractivo.
Dijo y me guiñó un ojo.

- Hola a todos.
Saludé.
- Hola Hayley, ¿Que tal tu fin de semana? ¿Hablaste con el hermano del doctor Sheppard?.
Con todo lo que había pasado ni siquiera lo recordé.
- No, yo he tenido unos días pesados.
Dije mirando a Matthew que a su vez miraba a Cassandra visiblemente maravillado.
- ¡Tienes que contármelo todo!.
- Pero no ha pasado nada Linda.
Seguía mirándolo.
- ¿Que miras?.
- Nada Lin.
Me dispuse a firmar mi hoja.
- No me había dado cuenta que la rubia es muy atractiva ¿Como se llama? Cassandra ¿no?.
Lo ignoré.
- ¿Hayley puedo hablar contigo...? .
Me fui al vestidor.
- Eres muy grosera ¿sabes? Estuvo mal que la ignoraras.
- Eso es algo que a ti no te importa.
- Yo no se por que siempre estas de mal humor.
Puse lo ojos en blanco.
- Yo te lo hubiera quitado.
- No se como demonios harías eso.
- Yo si sé.
Se me acercó acorralándome con sus brazos y bajando la cabeza.

No se que demonios pensaba esa cosa, quería que lo ayudara pero esto de acosarme como todo un pervertido, no era lo que yo necesitaba. 

Así que sencillamente lo atravesé y me fui a trabajar.

Mi sombra se había ido y lo agradecí, escuché mi teléfono y era un mensaje de Christian.

Hola como estas? Espero que aceptes mi invitación a cenar un día de estos, de verdad quiero conocerte más.
Christian

Sonreí, yo también quería conocerlo a pesar del miedo que sentía.
- Vaya, vaya ¿Quien es él?.
Me asustó tanto que casi me caigo del asiento, todos me miraron.
- ¿Estas bien Hayley?.
Me pregunto Max.
- Si yo solo... Eh.... Todo bien.
Y le sonreí, pero siguió con sus cosas y yo fulmine a Matthew con la mirada, quería evitar verlo, cada vez que lo hacia se volvía mas real .
- Deja de hacer eso.
Le susurré.
- No es mi culpa que te asustes por todo, no has respondido mi pregunta ¿Quien es?.
- No tengo por que decirte.
Alcé un poco la voz y miré alrededor por si alguien me había escuchado.
- Pues tu y yo estamos juntos en esto, así que si es de mi incumbencia.
- No lo es, vete a acosar a tu Nadia.
Me miró mal, torció la boca y se fue.
Si, lo había lastimado pero él se lo buscó.
Por fin llegué a mi casa después de un noche de trabajo muy pesada y mi sombra se había quedado callada, dándome un poco de paz.
Me duché y me puse mi pijama lista para dormir, no lo vi por ni ningún lado y me fui a mi cama, estaba muy cansada y enseguida me dormí.
Soñé con ojos grises y sonrisas burlonas.
La luz del sol iluminaba mi cuarto, no quise despertar bien así que me dí la vuelta sólo que algo no estaba bien, sentí una presencia, abrí los ojos y vi otros, grises, tardé segundos en darme cuenta de que no estaba sola en mi cama .
Me sonrío como siempre lo hace.
-¿ ¡Pero que demonios haces tu aquí!? .
Grité al mismo tiempo que lo empujaba de la cama.
- Que mal pareja eres.
Se levantó del piso y volvió a sonreír.
- Jamás lo vuelvas a hacer maldito cerdo aprovechado, vete a vagar por ahí como las almas en pena.
- Pues las demás chicas con las que estuve me decían lo contrario.
Puse los ojos en blanco, me puse mi ropa favorita y salí a comer algo, quería desestresarme y olvidar aunque fuera por un rato lo que había pasado solo algunos días antes,aunque sabia que no lograría gran cosa con Matthew a mi lado.
- Que rico ¿A dónde vamos?.
No le conteste y llegue (llegamos) a un pequeño local, pedí mi desayuno.
Al poco rato me llegó un mensaje.
Hola Hayley, espero que tengas un buen día ¿crees que puedas ir a cenar hoy? Se que hoy es tu día libre, me lo dijo Daniel, si no puedes yo lo entiendo.
Bueno eso es todo .
Christian

Sonreí, Matthew trataba de ver que decía el mensaje y le respondí.

Si claro que acepto, nos vemos a las 8.
Hayley.

Al tiempo que llegaba mi desayuno.
Matthew siguió preguntando sobre el mensaje y yo lo seguí ignorando, escogí cuidadosamente mi ropa, jeans y tennis, ya no me dejo llevar por la moda.
- ¿Enserio no me vas a decir donde vamos? Igual lo voy a saber, ya sabes estoy atado a ti, ademas en teoría deberías buscar como separarnos.
Me seguí maquillando, algo ligero pero que se vea bonito, rimel, brillo labial y listo.
- Te ves igual que siempre.
Me dijo mirándome de arriba a abajo.
- Vaya gracias, eres todo un Don Juan con ese tipo de cumplidos.
- Solo digo la verdad.
- Vete a molestar a alguien más.
- No, tu eres más divertida.
A las ocho en punto, sonó mi timbre.
- ¿Ya es hora?.
Dijo Matthew levantándose del sofá.
Abrí la puerta y ahí estaba Christian, con una camisa de cuadros azules que contrastaban con sus ojos verdes, me quedé sin habla.
- Wow, Hayley estas tan hermosa.
Me sonrojé.
- Gracias Christian tú también estas muy bien.
- ¿Yo? Gracias.
- Guacala, no puedo con este derrame de miel, lo digo en serio mejor busca como separarnos...

Lo ignore y Matthew saco la lengua como si fuera un niño. 

Me llevó a un restaurante muy elegante pero también lindo, me la pasé muy bien, me hace reír con pequeñas cosas, hablamos de lo bueno y lo malo que nos pasado, lo que queremos para nuestro futuro.
Es tan fácil hablar con él.
Matthew me decía tonterías en el oído al principio era molesto pero lo ignoré tan bien que se hartó y se fue a sentar en una mesa sola y solo nos miraba .
- Gracias por la cena, estuvo increíble.
- A ti Hayley, por aceptar, espero que no sea la última vez que aceptes.
Dijo sonrojándose y mirando el piso.
- Ñoño.
Dijo Matthew.
- Espero que así sea.
Me dio un beso en la mejilla que me perturbó.
- Descansa Hayley.
- Tu igual Christian.
Lo vi alejarse y Matthew se atravesó, empujándome adentro.

 - ¿Que te pasa?.

- ¿A mi? Nada, ¿no es obvio?.
- No lo sé .
- No entiendo por que estas molesto, si tu eres el que no me dejaba en paz.
Ya no me miraba.
- ¿ Y bien?.
Seguía sin mirarme.
Algo se me pasó por la cabeza pero era imposible.
- Estas... ¿Estas celoso? O es alguna cosa rara de fantasma.
Y por fin me miró.

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