Capítulo 11

4.3K 225 4
                                        

La noche que te conocí

Fui a una fiesta,a presumir a todos la nueva noticia, me voy a casar y obviamente estoy feliz, muchos dicen que tal vez me estoy precipitando pero yo no lo creo, he tenido un montón de trabajo, firmas de contratos, la compra de acciones y demás cosas del mundo empresarial.

Pero hoy solo me quería divertir con mi novia, se llama Nadia y es un encanto, no es de mi mundo y eso es lo que adoro de ella, unos amigos nos invitaron a la fiesta y quise ir, aunque ella no se veía animada como otras veces, supongo que algo del trabajo, no me quiso decir.

Ella es asistente de un amigo mio, Kyle, es casi un hermano para mi, mi mejor amigo en la universidad y compañero en las parrandas.
Llegamos y ella saluda a sus amigas y yo hago lo mismo con  los míos, unas miran asombradas su anillo de compromiso y me hace sentir mas feliz.

Se ve radiante y presume aun mas ese anillo que tarde horas en escoger solo para ella, algo lindo y delicado como ella.

Bebo no se cuanto, un poco de cerveza, whisky y no se que otra cosa más, por un momento pierdo de vista a Nadia, la busco con la mirada y a lo lejos la veo hablar con  Kyle.
No debe ser nada mas que  trabajo, me digo, aunque por un momento lo dudo al ver los ademanes que hacen, el se ve enojado y ella triste, justo cuando me levanto para ver que sucede, mi amigo y colega Damian me abraza, ya está muy borracho, cuando miro de nuevo ya no los veo.
Fue muy extraño, es decir es jefe y empleada, solo que algunas veces he sentido que cuando llego a buscarla ellos interrumpen su conversación, se que solo son inventos míos, ellos son mi familia y jamas me harían algo horrible.

Transcurre la noche y Nadia se ve apagada.

- ¿ Que te sucede? .
Le pregunto.
- Nada, solo no me siento bien.
No me mira.
- Ok,  si quieres que nos vayamos pues nos vamos.
- Si eso está bien.
Sigue sin mirarme y toma sus cosas.
Me estaba divirtiendo pero algo me dice que debemos hablar.
Me despido de todos, me dicen que  ya estoy ebrio para conducir, los ignoro y nos vamos, llego a mi auto y ella sigue sin decir palabra alguna.
- Nadia, nena,  ¿ sucede algo? Sabes que  puedes decirme lo que sea.
- No me pasa nada, vamonos.
Sube al auto y me esta empezando a irritar su cara, esa que siempre pone cuando hay algo que la molesta pero que es incapaz de decirme.

No entiendo por que las chicas simplemente no dicen lo que sienten o quieren, en serio, para todos nosotros seria mas fácil amarlas sin tantos dramas

Conduzco un poco alterado, por su maldito silencio.
- ¿Me vas a decir que  te pasa?.
- No tengo nada, ya te lo dije.
Doy un volantazo y ella se asusta.
- No vuelvas a hacer eso.
Me suplica.
- Ok,  solo me molesta que estés callada cuando hay algo que pasa y no haces nada por decirme, en serio que es molesto y me saca de quicio por que ni siquiera se si es por mi culpa que estés así, o alguna de tus amigas locas te habrá molestado, Nadia, necesito que me hables o que quites esa puta cara de amargura que te cargas desde que salimos de la fiesta, no, desde que hablaste con Kyle.
- ¿Me viste hablar con Kyle?

- Pues si, ¿Hay  algo que este mal?.

Me estaba enfureciendo cada vez mas, me miraba asustada.

- No... No se como decírtelo.

- ¿Decirme que?.

- Matt...Kyle y yo..yo.

Era una completa mierda, estaba totalmente furioso conmigo mismo, con ella y con el desgraciado de Kyle, ¡lo sabia! sabia que ahí había algo que ellos no me querían decir, maldije y blasfeme todo, y llore, por supuesto que llore, ella me suplicaba que la perdonara, se habían reído de mi, el sabia cuanto la amaba y quería que el fuera mi puto padrino de boda.

Y de ahí todo se hace borroso. 

Gritos, llantos y furia, mucha furia.
No lo sabía o tal vez si y sólo yo no quería verlo, ella y Kyle juntos, totalmente enamorados pero ninguno quería lastimarme así que ella acepto casarse conmigo por lástima, pero ya no pudo seguir así , y me lo cuenta justo cuando voy alterado, borracho y conduciendo.
En el espejo retrovisor veo el auto de Kyle.
Acelero y veo como ella se pega mas al asiento, me gusta verla así de vulnerable.

Me odio y los odio, ella llora  y pide perdón, cierro los ojos y me dejo llevar.

Siento dolor, escucho cristales rotos y sus gritos, por fin abro los ojos y me veo fuera del auto, no se como llegué aquí, siento el pavimento en mi espalda, saboreo la sangre en mis labios, trato de respirar y no puedo.

Y muero....

El Hilo Rojo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora