Capítulo 3

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Kirvi

Ahí estaba de nuevo. Cerca de mí y, esta vez estaba sobando mi mano mientras mantenía contacto visual conmigo.

-¡Quita!-separé mi mano de la suya con un humor de perros.

-Eyy... solo quería ayudar.-levantó las manos en son de paz.

-Aléjate de mí, idiota. No te me vuelvas a acercar.-le señalé con el dedo índice.

Me eché hacia atrás decidiendo ir hasta el instituto caminando.

-¡Ey! ¡Espera!-gritó trotando para llegar hasta mí.

Intenté acelerar el paso lo más que pude, pero fue en vano. Su mano rodeó mi brazo haciendo que me quede inmóvil. Simplemente dejó su mano ahí, no tiró de mí ni nada, solo empezó a hablar con una voz más tranquilizadora y calmada que antes.

-Tu coche está aparcado en la carretera de al lado, yo le pedí a la grúa que lo pusiera ahí.-me giré hacia él.-Y lo siento si te he molestado, hermana.

-¿Hermana?-pregunté confusa.

-¿Eres musulmana, no?-respondió con una pregunta obvia.-¿O tienes cáncer?

-Astaghfirullah.-dije con una mirada de espanto.

-Oh, lo siento.-se disculpó de nuevo.

-Deberías dejar de disculparte y llevarme a mi coche, porque llegaré tarde al trabajo, son las siete y cincuenta, ¡solo tengo diez minutos!-solté todo de golpe, sin respirar.

Empezó a caminar hacia la carretera de al lado y yo le seguí.

-Así que eres musulmán.-afirmé con las manos en los bolsillos.

-Mmm... supongo que sí.-me miró y desvió su mirada a mi coche que estaba a tan solo unos metros.

-Gracias.-agradecí avergonzada por mi anterior comportamiento.-No debí haberte dicho esas cosas antes, pero tienes que saber que mi coche es una de las cosas más apreciadas que tengo.

-Y lo entiendo, debí haberte lo dicho al principio, solo quería bromear.-miraba hacia cualquier parte menos a mí y eso me hacia sentir mal.

Llegamos al lado de mi auto.

-Bueno adiós.-dije bastante rápido.

-¿Sabías que hasta hablando se deben poner comas?-se río.

-¿Y tú sabías que tú también haces preguntas largas?

-Pues ahí tienes algo que tenemos en común.-me enseñó sus brillantes dientes en una sonrisa.

-Me tengo que ir.-hablé tragando saliva.

-Soy Junaid.-se presentó.

-Kirvi.-le tendí la mano y él me la estrechó.

-¿Cómo puedo contactar te?-preguntó mientras abría la puerta del coche y me metía dentro.

-Será mejor olvidarme, Junaid.-sonreí girando la llave para acabar ya con ese sufrimiento.

-Después de haber oír tu hermoso nombre, me será imposible.

Arranqué sin mirar su postura por el retrovisor, solo quería desaparecer. No quería que mi vida se complicara. Siempre lo planeé todo y él no estaba en esos planes. Apareció así sin más y eso significaba problemas. Odio los problemas, me cuesta tanto salir de ellos. Me envuelven tanto que me acabo deprimiendo, tengo fobia a los problemas, a la gente que me rodea y al amor. Amor. Amor. Amor. Una palabra preciosa, pero un sentimiento fuerte y doloroso que solo los fuertes lo aguantan, aunque hasta el más fuerte acaba destrozado y sin ganas de vivir cuando se acaba.

Entré corriendo al instituto. Abrí la puerta de la clase y entré. A diferencia del día anterior estaban todos sentados en silencio. Primera hora, sociología. Estaban intrigados por saber lo que era. Así son los adolescentes si quieren algo es cuando más santos son.

-Buenos días.-saludé dejando mis cosas sobre la mesa.

-Buenos días.-respondieron todos a la vez.

Saqué un rotulador de mi bolso y escribí sociología en la parte superior de la pizarra.

-¿Qué os viene a la cabeza cuando veis o os dicen está palabra?-pregunté señalando la palabra sociología.

-Social.-se escuchó la voz de alguien en el fondo de la clase.

-Sociedad.-dijo la chica que estaba al ante del todo.

-Sociales.-habló un chico de la segunda fila.

-¿Nadie tiene una definición?-pregunté haciendo bailar mis dedo encima del escritorio.

Al ver que nadie respondía proseguí.

-La sociología es una ciencia social que apareció en el siglo XIX(diecinueve) Estudia la sociedad humana, es decir, el cómo se comportan los humanos dentro una sociedad y el por qué se comportan así.

Mientras lo iba diciendo, lo apuntaba en la pizarra.

-Por ejemplo, el racismo. El por qué la gente es racista.

-Porque esa gente es imbécil.-se escuchó con voz burlona de fondo.

-Ya, pero esa es una opinión subjetiva. Los sociólogos necesitan una objetiva. Una opinión subjetiva es la opinión de cada uno, a diferencia de la objetiva que es una opinión científica. Si decimos que el tiempo está alborotado, es una opinión subjetiva. Pero si decimos que estamos a 25 grados, es una opinión objetiva.

-Ahhhh...-hicieron todos mientras se reían.

-Y entonces, a partir de lo objetivo, es decir, buscando información y indagando en el pasado, llegaremos a una respuesta cierta: El racismo existe desde hace siglos, y uno de lo motivos del racismo contra los negros es que en un duro pasado los utilizaban como esclavos. Y en el siglo XIX(diecinueve), hasta se llegó a decir que estaba científicamente comprobado que los negros eras inferiores a los blancos. Cosa que se inventaron para quedarse con sus tierras y esclavizarlos como les dé la gana.

-Malditos blancos.-escupió Abraham, uno de los pocos nombres que recordaba.

-Tú eres blanco.-me reí.

-Pero no soy cruel como esos.

-¡Cruel es bueno!-se escuchó la voz de alguien.

La mayoría de los alumnos se pusieron a reírse, incluida yo.

-Por eso nunca hay que generalizar. Todos somos humanos y todos somos iguales, seamos blancos o negros.

-Tú si que eres una buena profesora.-sonrió.

-Y tú eres un mal pelota. No subo nota por los cumplidos.-bromeé mientras recogía mis cosas. La hora había pasado volando.

La campana sonó y los alumnos satisfechos con la explicación, se fueron saliendo de la clase para dirigirse a otra materia. Yo, agotada de tanto hablar, me senté en mi silla de escritorio, esperando a que la manada de alumnos de economía entren en la clase.

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Enseñen a sus hijos a que lean libros desde muy pequeños en vez de ver la tele, porque si no acabarán votando a gente como la que gobierna hoy en día; mientras bombardean países con la finalidad de robarles. Suerte y que sobreviváis al mundo actual.

 ¡Buenas noches y nos vemos en el cuarto capítulo!

Instagram: wassilahaddadi

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