Capítulo 17

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Kirvi

Hice bailar mi mano sobre la pizarra dibujando el nombre de las dos cosas que explicaría sobre la vida: heterofóbia y heterofília.

-La heterefóbia es el rechazo a la gente extraña considerándola como una fuente de peligro o de contaminación. La heterofília es defender la diferencia cultural, prefiere el diálogo y la relación pacífica con la gente que es diferente.-comenté girándome sobre mis talones hacia ellos.-Son dos temas opuestos, una la sufre el que solo prefiere la violencia y la otra el que prefiere el diálogo tal como dice la descripción.

Justamente al decir la última palabra el sonido del timbre inundó el instituto. Todos se levantaron y salieron por la puerta tan rápido como pudieron. Yo también podía sentir ese placer de saber que er última hora. Puse todo dentro de mi bolso y cogí lo que quedaba en la mano. Dispuesta a salir me giré hacia la puerta. Paré en seco. Había otro sobre debajo de la puerta. Dejé lo que llevaba en las manos y me acerqué a él asustada. Lo cogí suavemente con las manos y lo abrí dispuesta a todo.

"¿Quieres saber quién soy?

Búscame, estoy más cerca de lo que crees".

Ni hablar. Solo quería provocarme, seré idiota pero no estúpida. Hice resonar mis plataformas contra el suelo mientras me dirigía fuera del centro. Al salir por la puerta de la entrada visualicé a Junaid. Me guiñó un ojo y se adentró en su coche para después desaparecer por la carretera dejándome con una sonrisa dibujada en la cara.

-Señorita.-oí una voz masculina a mi derecha.

Volteé mi cabeza para ver a un hombre casi del tamaño de Junaid. Tenía el pelo negro, los ojos del mismo color y una barba de dos días. Iba vestido todo de negro, camisa y tejanos no muy apretados.

-Dígame.-sonreí girándome al completo hacia él.

-Quería hablar con usted de mi hermana.-sonrió al igual que yo.

Una sonrisa brillante, grande y amable al mismo tiempo. Era una de esas sonrisas tan sinceras que te alegran el día.

-Claro, volvamos adentro.

Caminé por los pasillos con él y su hermana, que era alumna mía, detrás de mí. Me adentré en el ala de profesores y les invité a sentarse.

-¿Qué necesitan?-pregunté con educación.

-Nada especial, solo quería darte las gracias de parte de mis padres.-volvió a sonreír enseñando sus blancos dientes.

-¿Porqué?-cuestioné sorprendida.

-Porque dicen que está como más lista, por decirlo de alguna manera.

-Idiota.-susurró Amal a su lado.-Solo es que en su asignatura saco más nota que en las otras, me preguntaron porqué y les dije porque la profesora explicaba muy bien.

-Y también porque antes eras más tonta y no digo que hayas dejado de ser lo.-se burló el único hombre que se encontraba en el aula.

Solté una carcajada mientras miraba ese buen rollo que tenían los dos hermanos.

Después de darle información sobre como iba su hermana en las demás clases, dimos por finalizada la reunión.

-Ha sido un placer señorita Kirvi.-se levantó el hermano tendiéndome la mano.

-Igualmente señor...-esperé a que continuara él la frase.

-Nader.-habló estrechando mi mano.

-Nader.

(...)

Me senté a la mesa junto a mi familia para comer. Mi padre levantó su mirada del plato hacia mí.

-Kirvi.-pronunció para que yo también le mirara.-Mañana nos iremos hacia Madrid.

Abrí los ojos sobresaltada por sus palabras.

-¿Porqué? Mañana tengo trabajo.-dije demasiado rápido.

-Tu abuela está enferma. Tú te quedarás por tu trabajo, volveremos lo antes posible.

-¿Qué le ha pasado?-dije tragando con dificultad las patatas.

-Nada grave.-respondió con su mal humor de siempre.

-De acuerdo.-asentí para seguir comiendo con la mirada en el plato.

Entré a mi habitación y vi que seguía desordenada. Madre mía, últimamente estaba algo distraída y descuidada. ¿Qué más me perdía? Él o ella dijo que estaba demasiado cerca. ¿Tenía que desconfiar hasta de mi sombra? ¿Quién era? ¿Porqué no podía ser tan fácil saber quién era? Cierto, porque mi vida es un desastre. Me tiré encima de la cama y miré el techo contando los rajoles que lo decoraban. Veinticinco en total. Después me puse a pensar en lo guay que sería tener una aspiradora de humanos. Más tarde en como sería tener amigas para ir al cine, a comer a algún restaurante e ir de compras. Después de acabar bachillerato las amigas se esfumaron con un "puff". Un consejo que siempre me doy a mi misma es que nada es para siempre. Todo acaba alguna vez, si la vida no le pone fin, lo hace la muerte. A veces creo que la Tierra es el infierno. Podría ser que ya estuvimos en otro mundo, fuimos malos y Dios nos castigó enviándonos al infierno maquillado. Maquillado porque visto desde la burbuja donde la mayoría de gente vive, parece el paraíso. Pero si eres como yo y ya has salido de esa burbuja, sabrás lo que hay realmente a nuestro alrededor. Vivimos en una sociedad manipuladora, capitalista e hipócrita.

Me levanté de la cama para desnudarme. Una vez en ropa interior repasé mi cuerpo de arriba abajo. Un pelo largo, ondulado y negro acariciaba mis hombros. Llevé el café de mis ojos a mis caderas. Visualicé las celulitis y las cicatrices decoradas con unos rayos del color de las nubes que gobiernan el cielo de un día tranquilo. Sonreí mientras me imaginaba volando sobre la ciudad lanzando rayos con mis caderas a los malos. La Mujer Rayo salvando el mundo de los monstruos con traje. Giré sobre mi eje riendo mientras bailaba sin música. Y así es como cualquier hombre y mujer tiene  que sentirse. Hay que encontrarle un buen sinónimo a los defectos, siempre lo hay. Soy  la Mujer Rayo, ¿tú qué eres? Cómete el mundo con una sonrisa. Sonríe y la vida te sonreirá. Sonríe, que a alguien alegrarás el día con esa belleza natural y sincera.

-Soy hermosa y todos lo saben.-canté llena de vida.-Lo sé porque puedo ver como la belleza corre por mis venas. Lo veo, lo veo, lo veooo. Mírame y lo verás, pero antes póngase unas gafas que tanta belleza ciega. Nanananana. Na. Na. Naaaaaa.

Ese era uno de esos días donde Kirvi era feliz sin motivo. Solo decide ser feliz y no pensar en nada más. Ojalá, pensaba como siempre que pasaba algo bueno, me quedara atrapada en el tiempo y no acabar nunca con tal felicidad. Pero eso no era cierto, porque ella bien sabía que de tanto bucle en el mismo tiempo, se acabaría aburriendo. Quedarse atrapado en el tiempo no es la mejor opción, es mejor dejar pasar los momentos y esperar al siguiente buen momento. Y también, Kirvi debería dejar de mezclar primera persona con tercera, ¿no?

No, porque soy un elfo libre y un elfo libre hace lo que se le antoja. A mí se me antojaba chocolate, pues como soy un elfo libre salí a por chocolate a la nevera.

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¡Holaaaaaa libres elfos, ¿cómo están?!

Pido miles de disculpas por no haber subido capítulo durante mucho tiempo. He tenido bastantes problemas con mi desastrosa y torpe vida: el ordenador se estropeó, muchos exámenes(nada nuevo) y muy poca imaginación mezclada con poco tiempo. Sí, no tengo vida.

Espero que os guste y votéis y comentéis.

¡Buenos/as días/tardes/noches, bonitos elfos!

Instagram: wassilahaddadi

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