Capítulo 30

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Kirvi

Volteé mi cabeza hacia él con lentitud, sin prisa ni sorpresa. Solo le miré, estudié su rostro y su expresión. Parecía sincero, pero a mí eso no me bastaba, me acaba de dar cuenta de algo, algo de lo que no me había percatado antes.

—¿Eres consciente de que a día de hoy no sé nada de ti? —dejé salir como un suspiro decepcionado.

—Porque siempre que estamos juntos tan solo te dedicas a hablar de ti. Hubo momentos en los que llegué a pensar que no te importaba, que tan solo me estabas utilizando como psicólogo y por eso hice el papel de uno, nunca pensé de me enamoraría de una egoísta.

—No soy egoísta, no vuelvas a decir eso. Nunca. Yo no soy una egoísta. —Le miré con rabia.

No sabía si esa rabia era hacia mí misma, hacia él o hacia sus palabras.

—Lo eres inconscientemente. —Llevó su mirada hacia el más allá.

—Dije que no es cierto.

—Apuesto que no sabías ni que tengo treinta y dos años.

—Intentas desviarte del tema principal ¿o qué? La idea es que me expliques qué está realmente pasando entre tú y mis padres.

—Siempre escapando de los problemas a tu manera.

—No quiero hablar de un tema que no toca ahora. —Miré a través de la ventanilla.

—¡Claro, y eso lo dices tú, la que siempre habla de temas que no tocan! —Alzó la voz.

—Mira niño, a mí no me rayes con tus quejas ahora. —fruncí el ceño mientras le asesinaba con la mirada.

—Mira quién fue a hablar. —Soltó una pequeña carcajada incrédula.

—Miri quiin fui i hiblir —me burlé de él con mala cara mientras movía las manos de un lado a otro.

Una sonrisa de lado se asomó por su boca. La intentó disimular pero en vez de conseguir eso soltó una carcajada incontenible.

—Eres insoportable —suspiró.

Yo solo le miraba con una sonrisa pequeña para no darme falsas esperanzas. No sabía que era lo que me pasaba cuando estaba con él. Todo se esfumaba, solo quedábamos él y yo. Incluso pelearme con él me encantaba. ¿Cómo podía estar enamorada de alguien al que tan poco conocía? La arruga que se le formaba en la frente cuando fruncía el ceño, los lunares de sus mejillas y la cicatriz de su frente. Imperfecciones que me encantaban.

—¿Porqué me miras así? —preguntó con su mirada fija en mí.

—Quizá haya sido una egoísta y solo haya hablado de mí misma en todo el tiempo que hemos estado juntos, pero tan solo le hablo de mí a la gente que realmente me importa, Junaid. Me importas. No quiero que lo que hayamos pasado resulte ser un engaño por culpa de una venganza sin alma. No sé si quiero saber la verdad, no quiero perder la fe que tengo en ti, no quiero perderte.

Al cabo de unos segundos, sus labios estaban encima de los míos saboreando mis palabras. Se movía con lentitud, delicadeza y sin prisa. Era como si no quisiera salir nunca de ese beso, como si no quisiera olvidarse de la sensación que producía estar unido a mí en un beso.

Se fue alejando poco a poco hasta quedar a unos pocos centímetros de mi cara.

—Te quiero. Yo tampoco quiero perderte —siseó con los labios rojos.

—Pues no lo hagas, no me mientras más.

—El no mentirte en este instante es igual a perderte, Kirvi —lamentó con sus manos rodeando las mías.

—¿Qué quieres decir? —Jugueteé con sus manos al igual que él con las mías.

—Lo que te ha dicho tu padre es cierto; mi objetivo en tu familia solo era vengarme. Tú también solo eras una herramienta más para construir tal venganza.

Solté un suspiro ahogado para no llorar.

—Así que todo ha sido un engaño. Todo. El primer día, el árbol, los «te quiero»... —Perdí mi mirada en el color de su camiseta.

—No, todo no. El primer día no sabía ni quién eras, pero me dejaste pensando en ti como un bobo. Tú abrazada a mí con tu mirada conectada con la mía. —Sonrió.— Pero cuando fui a empezar todo con tus padres, te vi ahí con tu pelo acariciándote la cara. Tu cuerpo pequeño y vulnerable a la vista. Tu cara, tus ojos, tú. Intenté meterte para hacerte sufrir y hacerles daño contigo, pero no pude. El amor no perdona.
       »Ellos mataron a mis padres junto a mi mujer. Les quitaron la vida, me quitaron a mis padres por problemas que tenían entre ellos. Me metieron en algo que no tenía nada que ver, me dejaron solo. Estar con mi hermana es como estar con nadie. Lo único que me queda es Sara. No sé quién es su padre, pero sé que yo no soy ese padre. Pero era la única manera de no quedarme solo del todo, aceptarla como tal, como mi hija. Estaba tan cegado por un amor que se convirtió en obsesión por mi mujer que no me importó que se tirara a cincuenta tíos al día. Ahora que he encontrado a alguien que me quiera de verdad no quiero perderte.

Su mirada estaba húmeda y triste.

—¿Y si solo es una obsesión por ser querido? ¿Y si de verdad no me quieres? —Me solté de sus manos.

—Estoy dolido, no loco. —Volvió a agarrar mis manos.

Su mirada pasó de ser una sincera y triste a ser una mirada de odio y rencor. Intenté deshacerme de su agarre pero me agarraba demasiado fuerte.

—Ya está aquí —susurró sin soltarme las manos—. Lo siento.

—Junaid suéltame —ordené sin tener éxito.

La puerta del copiloto se abrió dejando ver a Nader vestido con una sudadera negra junto a unos pantalones negros.

—¿Nader, qué haces aquí? —pregunté con los ojos abiertos.

—Cierra la boca —escupió y me agarró de la cintura para sacarme del coche a la fuerza bajo mis gritos.

El velo se deslizó hacia atrás dejando ver mi oscuro pelo. Nader me lanzó hacia el suelo con brusquedad. Junaid apareció junto a él con Nader al lado.

—¿Qué está pasando? —chillé asustada.

—Los hijos heredan los errores de los padres. Lo siento, pero solo así puedo hacerles sentir lo que nosotros sentimos al perder a nuestros seres queridos —comentó Junaid sacando un arma de su pantalón.

—¿Vais a matarme? —pregunté incrédula.

Si era hora de conocer a la muerte, conocería a la muerte con gusto. El mal sabor de boca apareció con otro nudo de regalo en la garganta. Por lo menos no sufriría más. Junaid iba a matarme, mi Junaid. ¡Viva la confianza y el amor! ¡Viva!

—Dispara —ordené poniéndome de rodillas delante de ellos.

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¡Hello beautifuls!

¡El turno de Nader llegó!

Lo siento por tardar(de nuevo), pero es que soy algo insegura, suelo escribir los capítulos y dejarlos en el Word sin subirlos por miedo a que sean malos y no gusten. Además escribir un solo capítulo me toma muchísimo tiempo por lo tiquismiquis que soy con lo de releermelo cincuenta veces para que no haya ninguna falta😂. Sí, se que soy rara pero cada uno tiene su manera especial de ser y tú nunca abandones la tuya, eso juega en tu contra. Mi consejo es que te comas el mundo intentando cumplir tus metas❤.

¡Besos para ti y para toda tu familia! 

Instagram: wassilahaddadi

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