01 (i)

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Decir que estaba molesto era poco, y es que ni Yoongi sabía el por qué de su mal humor, a veces se preguntaba si la palabra paciencia existía en su diccionario, sin embargo, a través de los años se dio cuenta que el estrés en su vida sólo iba en aumento y él necesitaba quitarse toda esa mala energía siendo una mierda con las demás personas.

Así que ahora, mientras guardaba papeles y papeles de un nuevo caso en su maletín, se detiene un poco para observar a la persona frente a él y de paso soltar otro botón de la camisa que se sentía demasiado apretada siendo que sólo habían pasado apenas dos horas desde que salió de casa vestido con unos de sus trajes.

—¿No te da curiosidad? —Preguntó Hoseok mientras jugaba con uno de los lápices típicos que regalaba el buffet de abogados donde trabajaba.

—Ya, no quiero saber y no quiero conocerlo. —Yoongi sentía que le daría algo, estaba seguro que su rostro se quedaría para siempre con la expresión molesta de tanto que fruncía el ceño. Quiso echarle la culpa al nuevo caso en el que estaba trabajando, ya que estaba siendo demasiado agotador como para querer llevar un horario de comida y descanso normal, ¿Cuánto había dormido? Sí, apenas una media hora y que Hoseok, el hermano de su difunta esposa le venga hablar sobre un tema que lo cabreaba más, claramente, no ayudaba.

—Pero tiene el corazón de mi noona, aunque de todos modos no es como si supiéramos mucho, el director del hospital lo único que nos dijo fue que el chico tenía 20 años, apenas dos años menos que yo.

—Dije, no me interesa, ahora quítate que tengo que ir donde otro abogado.

Yoongi lo escucha suspirar mientras se remueve en la silla donde generalmente se sentaba la gente que venía a contratar sus servicios, conocía a Hoseok desde hace muchísimo tiempo, quizás desde que el menor tenía 10 y él 12, así que la confianza que tenían era los suficiente como para soltarse las verdades a la cara con la intención de ser honesto y generar unas cuantas heridas en el proceso, eso, para mala suerte de Hoseok, porque Yoongi lucía como una roca tan dura que ni la más filuda cuchilla podía rayarla.

Y es que en realidad, Hoseok no sabía que, lo que más le incomodaba, era que le hablaran de su esposa, no porque era un pasado que le gustaría borrar, al contrario, haría lo que fuera por traer ese pasado de vuelta, tenía que ver más con el hecho de que sus verdaderos sentimientos estaban puestos ahí, así que de alguna manera, hablar de ella, y que sobre todo Hoseok, quién es el hermano, hable de ella, lo hacían sentir un poco expuesto, por lo tanto, su único refugio era ser un mal nacido con una de las personas a la que le guardaba un gran cariño.

Hoseok sale de la oficina y Yoongi lo sigue para caminar juntos al ascensor, sin antes, decirle a su secretaria que estaría fuera por un tiempo.

Entran al pequeño elevador pulsando el botón de la planta principal y cuando desciende Hoseok se gira a su dirección, esta vez su mirada lucía más lastimosa que antes.

—Hyung, sabes que mi noona no quería esto para ti, tienes que aprender a dejarlo, ni siquiera estaban jun-

—Ni te atrevas a ir por ahí —Grazna, girándose para observarle con presunta molestia y cortando las palabras cuando se dio cuenta del final y sentido de estas—, lo que yo crea, o piense no es tu problema, así que deja ese discursito gay sobre lo que sería bueno y malo para mí.

—Geez —Hoseok lo mira con desapruebo, negando con la cabeza y dando un paso hacia atrás, aumentando la distancia—, eres demasiado gruñón, contigo no se puede.

HEARTBEAT #1; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora