HEARTBEAT #1; yoonmin

06 (ii)

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—¿Sigue mirando? —Preguntó Yoongi, ahora en la pista, con Jimin abrazado a su cuerpo.

El mayor los giró, de tal modo que sea Jimin el que terminara observando la barra. —Sí...

Yoongi casi por instinto posó su mentón en el hombro del menor sin realmente preocuparse, aunque cayó en la cuenta de lo que estaba haciendo cuando Jimin se tensó. —¿Qué está haciendo? ¿sigue solo?

El rubio comenzó a jugar con su cabello y luego negó suave, sabiendo que Yoongi estaba lo suficientemente cerca para sentir el movimiento. —No está solo, hay otro hombre, más joven, pero se están riendo, ya no miran.

—Bien.

Jimin titubeó. —¿E-ese bien es bueno o malo?

Yoongi rio ante su pregunta. —Está bien, Jimin... está bien, por cierto, se te da bien esto.

—¿El qué?

—El baile.

Ambos habían estado en la pista desde hace unos diez minutos, pasando de música electrónica a algo de mucho más bajo perfil que hizo que la mayoría de la gente dejara la pista, ya que el ritmo no era demasiado animado. Ellos estaban bien con sus cuerpos pegados.

Jimin infló su pecho con aires de orgullo. —Es porque es lo que estudio. —Soltó sin más, recordando las veces que sus padres lo animaron, o las veces que su equipo médico le dijo que no había problemas en estudiar algo que requiera actividad física alta/moderada.

Yoongi enarcó una ceja, ni siquiera sabía que iba a la universidad, y entendió mejor ahora el por qué Jimin parecía moverse como si no tuviera huesos hace unos minutos atrás, donde bailó como si todo lo de su alrededor hubiera desaparecido por unos segundos. —¿Danza?

—Si. A ti también se te da bien esto —Confesó el menor, colocándose rojo al segundo de haberlo soltado, sin saber por qué le avergonzaba darle un elogio a Yoongi—, es decir, para ser abogado y hacer secretamente esto, se te da bien, porque no eres profesional ni nada y por eso...

Yoongi soltó una risa al sentir como Jimin casi lo estaba ahogando en ese abrazo. —Estas divagando.

El menor resopló. —Sí, lo estoy.

—¿Lo haces porque estás nervioso? También me estás ahorcando.

Jimin destensó el agarre casi de inmediato, echándose hacia atrás por la pura sorpresa de haber hecho eso. Yoongi le quedó mirando un poco curioso, con sus brazos aun abiertos para él. Se quedó en silencio y luego de un rato, sin compartir palabras, volvió rodear los hombros de Yoongi para seguir bailando sin un ritmo en especial.

—Lo siento por eso.

—No pensé que te caía tan mal como para que quieras matarme en medio de una fiesta.

Sintió las mejillas de Yoongi levantarse, y supo de inmediato que estaba sonriendo a lo grande. Resopló un poco frustrado. —Sabes, no te entiendo, eres diferente a como te imaginé.

—¿Cómo me imaginaste?

—Cascarrabias, enojón, molesto y sin corazón.

Jimin cree que nunca olvidaría esa primera impresión de Yoongi, bramando sin paciencia en la puerta de su apartamento compartido, como si quisiera maldecir hasta las cosas inertes por ocupar un poco de espacio en este mundo. Como si le valiera nada todo lo de su alrededor y como si no le importara más que su propio pellejo.