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—Oye, Nam... —Jin frunció el ceño y continuó dibujando círculos imaginarios con sus dedos sobre el pecho del alto, quien medio taciturno, cerró sus ojos, sintiendo la caricia como algo que parecía marcarle también el corazón. Jin levantó un poco su rostro, preguntándose si Namjoon estaba durmiendo o no, pues parecía estar en la mejor siesta de su vida. Comprobó que le estaba poniendo atención cuando le vio levantar las cejas—. ¿Qué ocurre con Jungkook?

Namjoon guardó silencio, intentando procesar la pregunta, nada llegó a su mente cuando sólo imágenes de un Jungkook inexpresivo rodeaban sus pensamientos. —¿A qué te refieres?

—Tae estuvo toda la mañana llorando en la habitación de Jimin, cuando estaban todos durmiendo. —Jin lo recuerda como alguna escena de película, de esas melancólicas, que por más humor que tengan, sabías que el final no sería feliz. Se había levantado para ir a dejar a Hoseok, cuando de vuelta, dormitando y casi chocando con las paredes, escuchó unos sollozos provenir de la habitación.

Primero pensó en Jimin, pero luego recordó que entre su estado de embriaguez había ido al dormitorio de Yoongi, encontrándose con el par durmiendo casi como si estuvieran unidos al nacer. Y luego, el ligero "no me dejes" con demasiado ruego, fue lo suficientemente claro y alto para saber que se trataba de Taehyung.

Los sentimientos del joven actor eran más que obvios. Taehyung era como un libro abierto, donde todos podían dar cuenta con bastante facilidad para donde apuntaban sus sentimientos. Todos menos Jungkook, quien sólo velaba por hacer bien su trabajo, sin ser consciente de muchas cosas que ocurrían a su alrededor.

Namjoon suspiró, abriendo sus ojos. —Taehyung cuando toma, primero se duerme, si despierta todavía ebrio, se pone a llorar, es de los borrachos melancólicos con depresión transitoria. Mi sentido pésame para Jungkookie.

Jin le miró feo. —¡Ya! ¿Cómo puedes decir eso de tu amigo? ¿no te da pena?

—No realmente, es decir, Tae llora bastante, pero es normal.

Jin frunció el ceño, con demasiada preocupación como para pensar que era "normal". El menor había estado sollozando con una voz tan rota y lastimada que incluso a él le llegaba a romper el corazón.

"Jungkook, por favor, no me dejes, por favor."

"Soy un idiota, ¿Cuántos más estarán enamorados de ti?"

"¿Qué puedo hacer para gustarte? Por favor... acéptame."

Todos esos ruegos, dichos con una voz desgarradora, llena de sentimiento, entre hipeos y sollozos crueles y secos. Jin había luchado en ese momento con la necesidad de abrir la puerta, ofrecerles dinero a ambos o a Jungkook para que, aunque sea, finja querer a Taehyung. Pero no podía, no podía hacerles eso, sabía que estaba mal, así que parte de él se quebró con Taehyung a medida que permaneció de pie escuchándole, porque a fin y al cabo, fue lo único que pudo hacer.

—¿Por qué Kookie es así? Ese pequeñito luce con tanta soledad que incluso me da lástima mirarlo. Como si su vida fuera triste.

—De hecho... si lo es —Namjoon se giró completamente hacia Jin, pasando un brazo por su estómago y descansando su mentón en el ancho y suave hombro del mayor; buscando su cariño porque pensar en Jungkook parecía volverlo triste a él también—. Jungkook se crió en un orfanato, es por eso que comenzó a trabajar tan joven, Taehyung me dijo que era el menor de su empresa, todos los demás guardaespaldas rondan los 30 años. Jungkookie no tiene familia, hogar, amigos. Nada. El orfanato estatal en el que creció tuvo problemas judiciales durante los últimos años, se descubrió que los niños huérfanos los utilizaban para el tráfico de drogas y pornografía infantil.

HEARTBEAT #1; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora