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El viento movía su cabello castaño oscuro causándole ligeras cosquillas en la zona. Sus ojos se achicaron mientras el sol del otoño comenzaba a picarle en sus pupilas. Guardó sus manos en los bolsillos de su terno y se dispuso a observar las calles que simulaban pequeños trazos de un camino bien formado desde la altura donde se encontraba.

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que su corazón por fin se sanara?

Cuando Kris conoció a Haeyeon, se dio cuenta que las cosas buenas aun existían y que los malos de las películas también merecían disfrutar de ellas.

Y cuando Kris se enamoró de Haeyeon, dudó de todo, volviéndose un poco paranoico porque nadie antes se había calado tan fuerte en su corazón como para poner en la balanza su ambición contra querer hacer las cosas bien.

Sin embargo, cuando Haeyeon falleció por su culpa, fue como si cualquier rastro del chico sonriente, envuelto en esas sábanas blancas, se hubiera perdido. Como si por fin todo lo malo hubiera tomado posesión de él, apagando la última luz que Haeyeon se había encargado de aun mantener encendida.

A veces se preguntaba si Haeyeon puso en práctica su trabajo como psicóloga en él, jugando con su mente y manipulándola para intentar hacer las cosas bien, sin embargo, él era un mafioso, siguiendo la línea de su familia, y por lo mismo, sabía que su camino venía torcido desde la raíz.

Y cree que quizás eso fue lo que le capturó de ella, sus incontables sonrisas y sus inevitables ganas de querer sacarlo de un lugar del cual ya no podía salir.

Porque Haeyeon fue la única que mantuvo las esperanzas en él, fue la única que se quedó a su lado a pesar de lo malo que eso resultaba ser. Fue la única capaz de poner su vida en juego por él. Fue la única que, después de todo, le amo. Y él, como el demonio que era, como lo roto que estaba, no lo supo valorar.

No supo cuidar de un amor que por más vivo que se sintiera, terminó matándolo.

—Señor, hemos recopilado la información que nos pidió.

Kris giró la cabeza hasta su hombro y por el rabillo del ojo observó al dueño de la voz. —Habla.

—No hemos podido confirmar si hay alguna relación de Park Jimin con el abogado Namjoon y SeokJin, sin embargo, sabemos que vive en los edificios de los Kim y que está directamente relacionado con Min Yoongi y Jung Haeyeon.

Apenas escuchó el último nombre, la tensión llegó a él como una ráfaga de recuerdos. Abrió sus ojos sorpresivamente y se giró para prácticamente asesinar con la mirada al subordinado que de inmediato agachó la vista, como si fuera un pecado mantenerla. —¿A qué te refieres?

—Bueno, por los antecedentes recopilados el joven Park recibió un trasplante de corazón —dijo el hombre, cambiando el peso de un pie a otro, demasiado nervioso y arrepentido de ser él quien diera la información, porque todos sabían, todos los trabajadores sabían lo loco que se volvía su jefe cuando el tema de Haeyeon salía a la luz—. E-el trasplante que recibió Park Jimin era de Jung Haeyeon.

Por un momento no sintió nada, pero luego la ira subió de golpe, comenzando a brotar desde adentro, desde su manchada alma, produciendo pensamientos y deseos demasiado irracionales, ideas que sólo una persona tan enfermiza como él podría tener.

HEARTBEAT #1; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora