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Yoongi no hablaba, no decía nada. Ni siquiera le miraba cuando él no hizo más que quedarse quieto ahí en su sitio, como si hubieran pausado la escena mientras sus mentes procesaban lo que realmente estaba ocurriendo entre ellos.

Y el miedo recorriendo su cuerpo era tanto que le resultaba difícil a Jimin decir algo, las palabras se cortaban automáticamente en su garganta.

Aunque tampoco sabía qué decir o hacer, pues ya había dicho todo. No le quedaba más que esperar la respuesta de Yoongi, la cual hasta ahora no le estaba gustando, porque el mayor no decía nada, ni siquiera le miraba con el enojo que vio en sus pupilas hace un rato atrás. Y prefería mil veces ver alguna conducta de él que presenciar esto, como si no existiera. Como si no hubiera nada.

A pesar de todo, sabía que hizo bien, sabía que lo correcto era decirle, pero se arrepentía tanto de haberlo hecho... El sentimiento que tenía ahora sobre su pecho no existía, era un vacío que pareció tragarse todo lo bueno que alguna vez fue capaz de sentir. Incluso las lágrimas que rodaron por sus mejillas bajaron en silencio, porque todo el dolor parecía haber sido tragado por ese vacío.

De la nada, después de que los segundos parecieron horas, Yoongi soltó un sonido parecido al de una risa, pero Jimin creía que era más una burla, algo que le hizo pegar un pequeño salto. Agachó la mirada, y escondió el mentón en su pecho. No se atrevía a mirarle.

—Dime que es mentira. —Las palabras susurradas con tanta lástima lo hirieron. Por un momento le costó reconocer su voz, porque Yoongi hablaba con mucho dolor, nada en comparación al tono que había usado anteriormente, cuando le pidió que dejara de hablar. Y era casi increíble que los diferentes tonos y sentimientos que entregaba la voz, fueran de la misma persona.

No hizo más que negar con la cabeza y cerrar sus ojos. —Lo siento...

Yoongi tomó su mentón y en un rápido movimiento levantó su rostro. Incitándole a que le viera. La piel de su mandíbula ardió bajo el toque de sus dedos fríos y el contacto de sus ojos serios le estremeció por dentro.

—Jimin... dime que es una broma, dime que es mentira ¡vamos dilo!

Su grito lo hizo tensarse y volver a saltar en su sitio, obligándose a cerrar sus ojos porque se sentía cada vez más pequeño e indefenso a medida que mantenía su mirada. Ahora tenía miedo, miedo de lo que Yoongi podría hacerle.

No físicamente, sino que a sus sentimientos. Y eso, era lo peor.

—H-hyung yo... —tuvo que detenerse cuando un sollozo se le escapó. Carraspeó con fuerza y continuó incluso cuando su voz salió temblorosa, porque le dolía que todo esto estuviera pasando entre ellos. No le deseaba a nadie este tipo de situación—. Yo... desearía poder decir que es una broma, yo-

—Joder... mierda. —Yoongi estiró el brazo y ahora, por voluntad propia, posó la palma en su pecho desnudo, justo donde latía su corazón y donde había dejado su mano reposada anteriormente. El órgano pulsátil pareció latir con mayor fuerza, como si de alguna forma reconociera la piel que enfriaba su pecho. Como si supiera que aquella mano pertenecía a Yoongi.

No sabía qué hacer, Yoongi respiraba agitado mientras mantenía la mirada fija en su pecho, donde se mostraba parte de su cicatriz. Y él se estaba desesperando, mordiéndose los labios, completamente nervioso porque nadie le había enseñado cómo afrontar este tipo de situaciones, aunque creía fielmente que por mucho que le hubieran dicho qué hacer, nada hubiera servido, porque había que vivirlo para realmente saber qué decisiones tomar.

HEARTBEAT #1; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora